El nombre de Ismael “El Mayo” Zambada ha resonado en los titulares y ha captado la atención de la opinión pública tras su detención el pasado 25 de julio. A sus 76 años, el cofundador del Cártel de Sinaloa se caracterizó por operar en las sombras, lo que lo llevó a nunca pisar la cárcel.
Se supo de él cuando, de manera accidental, una periodista que estaba detrás de la pista del Cártel de Los Arellano Félix escuchó su nombre por primera vez, sin saber los complejos entramados del narcotráfico y del poder que hoy se esconden detrás de las letras de uno de los capos más poderosos de México.
Era el año 1988 cuando la entonces periodista Lilly Téllez se encontraba realizando una investigación de una casa del cártel de Los Arellano Félix en Ensenada, Baja California. Cabe apuntar que ese cártel fue durante al menos una década de los más poderosos.
“Hablo de hace muchos años, yo tengo 56 años y estaba muy joven cuando estaba haciendo esa investigación en la que yo quería probar que la casa era de Los Arellano Félix”, dijo Téllez en una entrevista con Ciro Gómez Leyva.
En esa investigación, señaló, fue a varias ciudades como Tijuana, Guadalajara, Culiacán, Badiraguato, porque los prestanombres tenían una red de negocios fantasma en las que lavaban dinero en cada una de esas regiones, indicó. Fue en ese transcurso, cuando regresó a Culiacán y Badiraguato para recabar más información y testimonios, que la revelación del nombre llegó.
“Unas personas me mencionaron a “un tal Mayo Zambada”. Digo “un tal Mayo Zambada” porque en ese entonces su nombre no era de dominio público. A mí me llamó la atención porque su nombre es muy particular. Yo recuerdo que tomé nota en mi libera como reportera y me señalaron las personas los lugares donde este señor lavaba dinero, eran lecherías y algunos otros negocios que yo alcancé a grabar, aunque en ese momento dejé esos datos para un futuro reportaje”, contó.
Luego señaló que cuando regresó a la Ciudad de México (entonces Distrito Federal) para elaborar el reportaje, dio toda la información a la entonces Procuraduría General de la República (PGR) y ahí le dijeron que El Mayo Zambada sí era un delincuente que sí tenían ubicadas las autoridades, pero “no había conocimiento público de ese nombre ni tenía la fama”. No sería hasta la década siguiente, con su alianza con Joaquín El Chapo Guzmán, que su nombre sería más conocido.
Luego contó que en el año 2000, ya presentando otro trabajo, se vio obligada a revelar ese nombre por una presión del gobierno de la capital, y tuvo que decir que ella estaba investigando a Ismael Zambada García, después llegó su atentado y su información la dejó archivada y ya no la presentó, afirmó.
Dijo que luego del atentado en su contra, Téllez dejó esa investigación. Sin embargo, indicó que ella tiene muy claro que fue la primera periodista en decir quién era El Mayo Zambada y puso el nombre en el mapa. Veinticuatro años después está encerrado en Estados Unidos, sin que nadie lo tocara en México, indicó.
También añadió que fue hasta antes de entrar a la política que hizo una columna de opinión en donde vinculó a Héctor Melesio Cuén Ojeda con el Cártel de Sinaloa: “Se puso furioso, me demandó legalmente porque lo había difamado”. Señaló que en cuanto Rubén Rocha Moya llegó a la gubernatura en Sinaloa, éste se puso en contacto con ella para saber si Cuén la seguía hostigando, a lo que ella mencionó que ya no.
De igual forma, contó que cuando ella estaba de senadora con Morena fue la primera en enterarse por sus fuentes que cultivó de periodista sobre el saludo que el presidente Andrés Manuel López Obrador dio a la mamá de El Chapo, Consuelo Loera, y Citlali Hernández la enfrentó y aseveró que era totalmente falso, horas después tuvieron que reconocer que sí la había saludado, pero dijo que Citlali Hernández le comentó que “no pasaba nada, que era una pobre viejita que no tenía nada que ver” y fue entonces cuando cerró con el partido morenista, al señalar que ese saludo fue un “símbolo estelar de Morena” y añadió que AMLO es el “peor simulador” que ahora defiende delincuentes en Sinaloa.