El próximo 25 de agosto se cumple un mes desde la detención de Ismael “El Mayo” Zambada y Joaquín Guzmán López en Estados Unidos. Ambos narcotraficantes desempeñaban roles cruciales en la estructura del Cártel de Sinaloa, aunque pertenecían a facciones distintas dentro del mismo grupo criminal. La captura de “El Mayo” dejó sin liderazgo a su facción, mientras que varios analistas coinciden en que “Los Chapitos”, conformados por los hijos de Joaquín “El Chapo” Guzmán, aprovecharían la situación para obtener más poder, ya que antes de la captura, ambas facciones estaban en disputa.
La detención de estos dos capos ha generado alarma en la población de Sinaloa y en las fuerzas de seguridad estatales y federales, debido al temor de que se desate la violencia. Esta preocupación también afecta a los propietarios de laboratorios clandestinos y a sicarios y halcones que operan para ambas facciones.
Según una investigación de Insight Crime, tras la captura de Zambada y Guzmán López, varios halcones han reforzado la vigilancia en Sinaloa, principalmente en Culiacán, un municipio clave para el tráfico de drogas. En la comunidad de La Loma, situada en la frontera que divide el territorio de las facciones de “El Mayo” y “Los Chapitos”, los halcones vigilan la entrada y salida de vehículos y personas para evitar intrusos.
Hasta ahora, la violencia no ha escalado significativamente por encima del control de las fuerzas de seguridad estatales y federales, aunque se han registrado algunos incidentes violentos vinculados a ajustes de cuentas. Tras la captura, “El Mayo” reveló en una carta que no se entregó voluntariamente a las autoridades de EE.UU., sino que fue engañado y secuestrado por Guzmán López, quien lo llevó a El Paso, Texas, donde fueron capturados.
El gobernador de Sinaloa, Rubén Rocha Moya, informó en conferencia de prensa el pasado 19 de agosto que al menos 10 personas fueron asesinadas el fin de semana anterior, vinculadas con “El Mayo”. Mientras tanto, el 2 de agosto, miembros del ejército se enfrentaron con integrantes del crimen organizado en La Loma, resultando en la muerte de seis personas.
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Europa Press/Contacto/Department of State/Tv Aztec
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La acusación de “El Mayo” contra Guzmán López ha profundizado la división entre las facciones del Cártel de Sinaloa. Dentro del grupo criminal, esto se considera una traición, ya que se cree que Guzmán López rompió con los códigos internos. Se teme que esta división se extienda hasta el sistema penitenciario, obligando a los miembros del crimen organizado a elegir un bando.
Un cocinero que trabajaba elaborando fentanilo en Sinaloa relató a Insight Crime que existe temor sobre las reglas que pueda imponer Ismael Zambada Sicairos, alias “El Mayito Flaco”, quien se presume asumirá el liderazgo de la facción de su padre en el cártel.
En el suelo, las personas vinculadas al cartel que no son parte de las cúpulas de poder permanecen en alerta ante los posibles cambios en la estructura criminal. Algunos han optado por salir de Sinaloa hasta que la situación se estabilice. Este es el caso de un coordinador de laboratorios clandestinos que trabajó para “Los Chapitos” y “El Mayo”, quien mencionó en entrevista con Insight Crime que su salida es indefinida hasta saber si habrá una guerra o no.
The Wall Street Journal informó que ambas facciones del Cártel de Sinaloa estaban adquiriendo armas para aumentar su arsenal. Además, el envío de alrededor de mil elementos de las fuerzas federales de seguridad ha obligado a los integrantes del crimen organizado a moverse con cautela para evitar afectar sus negocios ilícitos.
Especialistas aseguran que uno de los motivos por los que la violencia no ha escalado en Sinaloa es que un aumento en la violencia provocaría un refuerzo de la seguridad, creando más problemas para el narcotráfico.
