Terminada una semana de duras derrotas en términos parlamentarios, en la que además se desataron fuertes internas que terminaría con una diputada expulsada del oficialismo, el Gobierno quiere dejar atrás los problemas y se prepara para reorganizarse en el Congreso, donde ya intenta recomponer el diálogo con antiguos aliados.
De acuerdo con lo que precisaron a Infobae fuentes cercanas a los protagonistas de estas negociaciones, desde hace algunas semanas el actual jefe del bloque de La Libertad Avanza en la Cámara baja, Gabriel Bornoroni, se encuentra conversando con su antecesor en el cargo, Oscar Zago, para analizar la posibilidad de conformar un interbloque.
Con el aval de la secretaria general de la Presidencia, Karina Milei, a quien responde políticamente tanto Bornoroni como el titular del recinto, Martín Menem, comenzó el acercamiento al dirigente del Movimiento de Integración y Desarrollo (MID).
Las autoridades nacionales son conscientes de que cuentan con una minoría legislativa, aunque esa debilidad recién se vio con claridad en los últimos días, cuando el PRO dejó de acompañar las iniciativas del Poder Ejecutivo, en un contexto de tensión entre el líder de ese partido, Mauricio Macri, y el asesor presidencial Santiago Caputo.
A esto se le sumaron conflictos propios, a partir de las denuncias públicas que viene haciendo una de las -hasta ahora- integrantes de la bancada oficialista, Lourdes Arrieta, quien acusó a sus compañeros de espacio de haberla engañado para que participara de una visita a represores en la cárcel de Ezeiza.
La situación llegó a su pico máximo después de que la diputada ayudara presuntamente a la oposición a conseguir el quórum necesario para que comenzara la sesión en la que luego se rechazó el DNU que aumentó los fondos reservados para la SIDE.
En una posterior reunión del bloque, Arrieta discutió a los gritos con Martín Menem, tras lo cual, sumado a algunas sospechas de traición, la propia Karina Milei determinó que fuera expulsada de LLA, lo cual se haría efectivo el próximo martes.
Sin embargo, la mendocina no sería la única que correría esta suerte: se habla además de los posibles apartamientos de Rocío Bonacci -también peleada con la conducción del espacio- y Marcela Pagano.
La periodista tuvo sus roces con el presidente de la Cámara de Diputados tiempo atrás, cuando la cúpula libertaria frenó una reunión en la que la estaban designando al frente de la comisión de Juicio Político, que actualmente sigue acéfala.
Ese cruce fue el mismo que luego se extendió a Zago, quien respaldó a Pagano y cuestionó las órdenes de Martín Menem, lo que desencadenó el enojo en la Casa Rosada y terminó con su salida de la bancada, para ser reemplazado por Bornoroni, muy cercano a Karina Milei.
Desde ese momento, el diputado optó por quedar al mando de su propio bloque, al que llamó MID y que integra junto a otros dos legisladores del mismo espacio, Eduardo Falcone y María Cecilia Ibáñez, pero cortó todo el vínculo con las nuevas autoridades de La Libertad Avanza.
Si bien siempre votó alineado con el oficialismo, la distancia era tal que Zago solía visitar en Balcarce 50 al entonces ministro del Interior, Guillermo Francos, para interiorizarse sobre las negociaciones que se estaban realizando para la aprobación de la Ley Bases.
Hace algunas semanas, sin embargo, esto cambió y el jefe de LLA en Diputados volvió a hablar con su par del MID para ofrecerle que ambos partidos formen un interbloque y, de esa manera, se formalice la alianza y el trabajo sea más coordinado.
Sin embargo, el dirigente desarrollista le aclaró que, si bien estaba de acuerdo con esa iniciativa, ya había iniciado conversaciones con el PRO para hacer algo similar, por lo que cualquier eventual acuerdo debería incluir también al partido de Macri, con el que recientemente surgieron diferencias.
Así las cosas, con una minoría en el Congreso, y ante la posibilidad de perder a tres miembros más en Diputados -Arrieta, Bonacci y Pagano-, el Gobierno estudiaba por estas horas los pasos a seguir luego de las derrotas en las dos Cámaras, con el DNU de los fondos de la SIDE y la aprobación en el Senado de la movilidad jubilatoria.
A todo esto se le suma el conflicto con la vicepresidenta Victoria Villarruel, a la que, si bien no de manera directa, implícitamente responsabilizan por la visita de los parlamentarios a los represores en Ezeiza: “No sé si ella tuvo algo que ver con esto. Habrá que ver. Mi agenda no es, seguro”, expresó el propio presidente Javier Milei, en una reciente entrevista radial.
En tanto, en el círculo íntimo de la titular del Senado insisten en que el mandatario nacional “puede decir lo que quiera” y será “su opinión personal”, pero remarcan que “cada vez que Victoria quiere plantear agenda, pone la cara y dice las cosas para que no queden dudas”.