Su puerta de entrada es, de manera precisa, la emblemática carrera 15, por los lados del CAI de la Virgen. Al llegar allí todos se ven inmersos en un sector lleno de casonas y construido a lo largo y ancho del remate de la ladera noroccidental de la meseta de la capital santandereana.
El barrio se llama San Rafael, en honor al apóstol labrador, aquel piadoso arcángel que guiara a los israelitas de la tribu de Neftalí al país de los ‘Medos’.
Es uno de los sectores más viejos de la también ‘añeja’ Comuna Tres de Bucaramanga. Aunque su historia se remonta a la década de los años 50, cuando no era nada más que una inmensa ladera que servía de atajo a miles de campesinos que iban a mercar al centro, solo logró su consolidación en 1964.
Por mucho tiempo ese barrio hizo parte del área de Chapinero y, en un tiempo ya lejano, sobre la escarpa de la calle 3 con carrera 10 funcionó un basurero. Gracias a la gestión de los líderes cívicos de la época, se logró erradicarlo.
Hay que decirlo: esta zona, que fue invadida por arroceras e industrias, ha afrontado durante décadas graves problemáticas: 1. La inseguridad; 2. Las ‘ollas’ del microtráfico y 3. La constante presencia de personas en situación de calle.
Además de esos grandes ‘lunares negros’, San Rafael también es un sitio golpeado por típicos problemas comunitarios, tales como el deterioro de las calles, la contaminación del aire, pues a comienzos de los años 70 el barrio fue cercado por esas industrias, contaminando el aire que respira la comunidad.
Es tan grave la situación, que fue necesario conformar el Comité Pro Defensa del Medio Ambiente, un organismo ecológico que viene luchando por el saneamiento del lugar.
Ante esta radiografía, el propio alcalde de Bucaramanga, Jaime Andrés Beltrán Martínez, de la mano del Invisbu y de entidades como Camacol, tiene diseñado un ambicioso proyecto para transformar esta importante parte de la meseta.
Se trata del proyecto titulado así: ‘Operación Urbana San Rafael’, que hace parte de once zonas que tiene Bucaramanga para renovar.
Consiste en recuperar 25 manzanas, que abarcan cerca de 383 predios. La idea, en palabras del propio alcalde Beltrán Martínez, es recuperar el sector y desterrar de allí la delincuencia y el microtáfico.
En estas cuadras se va a ejecutar un proyecto de más de 5 mil viviendas, las cuales contarán con centros comerciales, zonas de parqueo, colegio, parques, el hogar de adulto mayor San Rafael, la estación de Policía, 72 mil metros cuadrados de espacio público e incluso una zona de transporte transitoria de interconexión con la Comuna Norte y demás municipios como Matanza y Charta, entre otras localidades.
De igual forma contará con manejo de aguas lluvias, que se recuperarán para ser usadas en el riego de las zonas verdes del proyecto; orientación hacia zona de vientos, jardines y todo el componente ambiental que se requiere para ser sustentable y para ahorrar en servicios públicos.
Beltrán Martínez agregó que, “la construcción de este proyecto generará más de 18 mil empleos en el área de la construcción y lo que se busca es habilitar la llamada ‘Ciudad de 15 minutos’, donde los habitantes tengan al alcance de pocos metros todos los servicios generales que requiera y, de esta forma, evitar traslados al centro de la ciudad u otras zonas. Con solo caminar unos metros, la gente podrá acceder a todas las ofertas institucionales de la Alcaldía, opciones de estudio, una plaza de mercado muy organizada y diversas actividades en la zona comercial”.
“Es un tema muy positivo. Con el proyecto se reducirá el déficit de vivienda y la renovación urbana tendría una nueva cara para la ciudad”, añadió.
“Queremos iniciarlo y hacerlo bien, sin afectaciones a la comunidad y de la mano con la empresa privada, constructores, academia y vecindario. Deseamos que todos los actores formemos equipo para sacar adelante esta gran operación, que será liderada por el Municipio, en cabeza del Invisbu, de tal forma que se garantice que se hará de manera ordenada, equilibrada y justa”, recalcó.
“La semana pasada realizamos un taller con expertos, entre ellos Sergio Arenas, quien realizó la formulación del proyecto para la socialización con el equipo de Invisbu y el de proyectos estratégicos del Municipio, acompañados con Camacol, para conocer en detalle la normatividad y la consecución de recursos para este gran acuerdo de ciudad”, dijo.
“Nos articulamos para trabajar de la mano con las empresas de servicios, academia, sector privado, gremio de la construcción y la comunidad para sacar adelante este proyecto”, puntualizó Beltrán Martínez.
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