Su mamá lo había reportado como desaparecido el 25 de agosto en la región del Bajo Simacota, en Santander. Desde las 11:40 de la noche anterior no sabía nada de él. No llegó a su vivienda, ubicada en el corregimiento Puerto Nuevo, después de vender tintos en el sector. Se temía que algo malo le había pasado.
La corazanada empeoró cuando el lunes 26 de agosto, en la rivera del río Opón encontraron un cuerpo con las características similares al de su hijo, Anyerson Armando Gamez Mogollón, de 19 años.
Después del macabro hallazgo, la Unidad Básica de Investigación Criminal de San Vicente de Chucuri se dirigió al lugar para recolectar información que permitiera identificar a la víctima. Las sospechas de la madre eran ciertas: a Anyerson lo habían asesinado.
Las autoridades reportaron que tenía 59 heridas con arma cortopunzante en su cuerpo, especialmente en la espalda, el cuello y el pecho. De acuerdo con testigos, a este joven, de 19 años, lo habría asesinado otro hombre conocido como Marlon. Tenía problemas personales con la víctima.
Las autoridades reportaron que tenía 59 heridas con arma cortopunzante en su cuerpo, especialmente en la espalda, el cuello y el pecho. De acuerdo con testigos, a este joven, de 19 años, lo habría asesinado otro hombre conocido como Marlon. Tenía problemas personales con la víctima.
A un mototaxista también lo asesinaron por celos
El mismo día que encontraron muerto al joven, Anyerson Armando Gamez Mogollón, sicarios asesinaron a Heriberto Antonio Castillo González, un mototaxista en Piedecuesta.
A este hombre le dispararon en una zona boscosa a un costado de la Transversal 2A vía antigua Guatiguará, en Piedecuesta. En la parte posterior de la sede de la Universidad Industrial de Santander encontraron el cuerpo junto a una motocicleta, una Suzuki AX4 y de placas HEP-38F.
El proyectil le impactó el pómulo derecho; lo hizo perder el equilibro de su vehículo y caer a un costado de la vía.
El motivo de su crimen fue el mismo del asesino de Anyerson Gamez: los celos. A Heribero Antonio, al parecer, le gustaban las mujeres comprometidas; así contaron sus familiares.
En el parque principal de Piedecuesta, un hombre lo había amenazado de muerte si no se alejaba de su pareja. Por lo tanto, esta hipótesis tomó fuerza luego de que conocidos le contaran su situación a las autoridades.
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