Ana Obregón siempre ha presumido que su residencia familiar en Mallorca es su “paraíso en la tierra” y uno de los lugares que más paz le han transmitido en los peores momentos de su vida tras el fallecimiento de su hijo Aless Lequio en mayo de 2020. Y después del nacimiento de su nieta Ana Sandra hace casi año y medio, ‘El manantial’ -así se llama la casa- se ha convertido en el escenario perfecto para volver a disfrutar del verano con la pequeña que le ha devuelto la alegría y la sonrisa.
Mientras la bióloga apura sus días de vacaciones en la isla balear con la pequeña antes de retomar sus compromisos profesionales en la capital, acabamos de conocer que Ana y sus cuatro hermanos -Juancho, Celia, Amalia y Javier García Obregón- han tomado una sorprendente decisión relacionada con la impresionante propiedad que heredaron de sus padres, Antonio García y Ana Obregón, y de la que ahora van a deshacerse.
Tal y como adelanta ‘Ok Diario’, la actriz y su familia han puesto a la venta la ‘joya de la corona’, ‘El Manantial’ a través de una exclusiva inmobiliaria por la friolera de 35 millones de euros. Y no es para menos, puesto que la mansión, situada a unos 70 kilómetros de Palma, en la localidad de Son Servera, se encuentra en primera línea de playa y es un auténtico sueño.
Mil metros cuadrados de casa construidos en una única planta, en un terreno de más de 6.000 metros cuadrados que cuenta entre otros lujos con una pista de pádel, espacio para que aterrice un helicóptero, cada de guardeses -con dos dormitorios, baño y cocina-, un pozo propio con agua potable, una fuente de mármol e incluso un punto de atraque en el embarcadero. Todo ello en un espectacular jardín coronado por una piscina con vistas panorámicas al Mediterráneo, en la que tantas veces hemos visto a Ana en redes sociales disfrutando de sus vacaciones.
En cuanto a la mansión, cuenta con 7 dormitorios con baños en suite, un aseso de cortesía, un enorme salón comedor integrado a la terraza -con una mesa de mármol para 12 comensales-, cocina, zona de servicio -con su propio dormitorio con baño, sala de plancha y despensa-, y zona de descanso de día y de noche. Todas las estancias con grandes ventanales y espectaculares vistas.
Una residencia que ahora Ana y sus hermanos han tomado la decisión de vender cuando están a punto de cumplirse dos años del fallecimiento de su padre, aunque por el momento la bióloga no se ha pronunciado sobre esta noticia que ha sorprendido a más de uno.