Como sombras detrás de una supuesta conspiración. Así se conoció el domingo 1 de septiembre de 2024 el informe presentado por Noticias Caracol, en la que se señaló cómo el hombre que entregó información sobre lo que serían los supuestos atentados contra el presidente de la República, Gustavo Petro, y las instalaciones de los tribunales, como la Corte Suprema, al parecer, era información falsa.
De acuerdo con el citado medio, tras conocerse sobre un supuesto entramado para atentar contra la integridad del jefe de Estado, durante la jornada del Día de la Independencia, efectuada el 20 de julio, y también para establecer explosivos en la sede del Palacio de Justicia, de la que se supo el 14 de agosto, estarían basadas en el testimonio de Jhon Alexander Bernal, que supuestamente dio detalles de estos sucesos.
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Pese a que en principio habló sobre estas intenciones de grupos al margen de la ley, nuevas informaciones brindadas a los organismos de inteligencia y la Fiscalía General de la Nación darían cuenta que lo dicho por este hombre tendría algunos vacíos que generaron la sospecha de los investigadores que tuvieron a su cargo. Tras esta situación, habría admitido que lo dicho ante estos organismos no era real.
Le habrían ofrecido una millonaria suma y asilo por continuar con la mentira
Lo grave del asunto es que terminó confesando que un abogado y un investigador privado le ofrecieron tanto dinero como asilo en los Estados Unidos por darle vuelo a los supuestos ataques y que la Dirección Nacional de Inteligencia (DNI) diera crédito a su versión; alcanzando a su vez traslado a diferentes estamentos del Estado. Revelación que desató una ola de comentarios en contra del Ejecutivo.
El hombre “manifestó que la información que suministró carecía de realidad y que las personas que estaban detrás de eso eran Javier Mejía Rojas y Luis Arturo Usaquén Calderón, los cuales le tomaron una entrevista para radicar una denuncia en la Fiscalía”, se precisó en el testimonio de los investigadores, revelados en el informe del informativo mencionado. Además, se le habría ofrecido $500 millones por llevar a cabo estos planes.
“Por esta razón aceptó y siguió con las mentiras”, se agregó en el informe. Con ello, se vino abajo la denuncia radicada por Mejía y Usaquén sobre los presuntos atentados, y que empezó con el caso de un hombre que era buscado por violación en Indonesia y que pretendía escapar del territorio nacional: Brandon Zuluaga Castro, que según los datos entregados a las autoridades pretendía irse a Panamá, en tránsito hacia México.
Los rastros de las supuestas amenazas para atentar contra Petro
En el citado documento, los implicados en entregar información sobre el supuesto complot no solo para atentar contra Petro y las cortes, sino contra las embajadas de los Estados Unidos y de Francia contaron que se habían visto con un hombre identificado como Sebastián Sánchez, que habría sido el enlace con Beltrán y otro sujeto, identificado como José Libardo Quebrada.
El primer rastro sobre la supuesta información que alertaba sobre los atentados que se fraguaban contra el jefe de Estado y el organismo judicial apareció en abril del 2024, cuando se conocieron, además, fotografías de los fusiles que usarían los francotiradores que buscarían asesinar al primer mandatario. Pero los datos fueron rápidamente desestimados por la DNI, debido a evidentes inconsistencias.
Por su parte, el 5 de mayo, de acuerdo con la información de Noticias Caracol, apareció el segundo rastro, cuando la Policía incautó un fusil que tenía los mismos rasgos del que había sido enviado por postales a la DNI, en especial su color rojo intenso; que fue hallado durante una operación de rutina efectuada en la localidad de Kennedy, en Bogotá. No obstante, la famosa arma era en realidad de tipo deportivo.
La referida arma funciona con gas, utilizada para tiro deportivo y cacería, por lo que no es un arma que tenga como propósito otros fines, además de que habría sido modificado en su mira. Mientras que el 8 de julio se conoció el tercer indicio del supuesto atentado, cuando se radicó ante la Fiscalía, la DNI y la Policía, la denuncia sobre el supuesto atentado contra Petro, en la que Jhon Alexander Beltrán era la fuente.
Pero las agencias de inteligencia calificaron la información como “poco veraz”; no obstante, como se mencionaron dependencias como la Presidencia y las embajadas de EE. UU. y Francia, se puso en conocimiento de las mismas estos datos. A partir de entonces se gestaron los hechos en los que el primer mandatario protagonizó una fuerte polémica, pues llegó cuatro horas tarde al desfile militar.
“¿Que llegué tarde? Sí. Información a corroborar desde la embajada de los EE.UU. y una descoordinación de mi servicio de escolta motivaron la tardanza”, comentó el propio presidente en su perfil de X al día siguiente, el domingo 21 de julio. Mientras que el 8 de agosto, el ministro de Defensa, Iván Velásquez, también hizo precisiones sobre las supuestas informaciones en este sentido.
Incluso, Petro endilgó al Estado Mayor Central (EMC) y a alias Iván Mordisco si tenían algo que ver sobre el presunto plan para matarlo, a lo que el jefe insurgente negó que estuviera involucrado en este asunto. En medio de este rifirrafe mediático, el falso informante ofreció más información a la Dipol, sobre las armas que serían usadas, pero debido a inconsistencias se rechazó tal versión.
El hallazgo de la maqueta del Palacio de Justicia y armamento en el sur de Bogotá
Al ver que no tuvo éxito con inteligencia, Beltrán ofreció lo que supuestamente sabía a la Dirección Judicial de la institución (Dijín), en su seccional de Bogotá, el 13 de agosto. A ellos les entregó laubicación de un apartamento y una bodega en el sur, lo que permitió descubrir el armamento y la munición con la que atentarían contra Petro: como 16 bolsas con pólvora negra y la maqueta del Palacio de Justicia.
El supuesto hombre de custodiar lo descubierto era alias Alarcón, que según se supo fue asesinado dos días antes del hallazgo. Pese a ello, la pólvora incautada, según el general William René Salamanca, director de la Policía Nacional, no era una sustancia de “alta repercusión”. Y con las crecientes dudas, Beltrán al final confesó que había sido preparado para dar información falsa, con lo que todo se vino abajo.
“Lo prepararon, ya que le dijeron que iba a ser objeto de seguimientos ilegales, interceptación e, incluso, sabían que le iban a realizar una prueba de polígrafo y por eso todas las comunicaciones las hacía por WhatsApp y nunca habla por llamadas normales. Pero después de estos hechos observó cosas que no le cuadraban y por eso dijo la verdad”, se dijo en el reporte de los oficiales que desenmascararon al hombre.
Llama la atención cómo en este complejo caso un abogado en Nueva York, llamado Alexei Schant, contó que por datos por uno de sus clientes, narcotraficante, informó a la embajada de Estados Unidos en Bogotá sobre el supuesto atentado contra Petro. “Mi cliente llamó la atención de los gobiernos estadounidense y colombiano sobre este plan para matar”, dijo el letrado a Noticias Caracol.
De Beltrán se supo que se negó a someterse a pruebas de polígrafo y tras dos citaciones ante la Fiscalía se negó a asistir, por lo que será conducido en calidad de indiciado a interrogatorio.