Dicen que las segundas partes no suelen ser buenas. Sin embargo, existen numerosas películas, libros y videojuegos que, con suma facilidad, rompen dicha máxima. Little Nightmares fue un muy buen juego, pero la segunda parte fue una experiencia superadora en todo sentido. Tarsier Studios supo dar vida a un título brillante, sumamente aterrador y escalofriante. Cuando se anunció Little Nightmares III (Casualmente en la Gamescom 2023), las expectativas se fueron por las nubes, no sólo porque mantiene la atmósfera tensa tan característica de la saga, sino porque Bandai Namco reveló que el proyecto estaría a cargo de Supermassive Games.
En Gamescom 2024, Little Nightmares III volvió a estar presente, sólo que esta vez con una demostración jugable que nos permitió tener un primer contacto con el título. Tan sólo con dar los primeros pasos, es fácil darse cuenta que Supermassive Games entendió a la perfección cómo interpretar la singular visión del terror de la saga. Nuestros protagonistas, Alone y Low, saltan, corren, se mueven e interactúan con los entornos de la misma forma que lo hizo Six en el primer juego o Mono en el segundo. En cuanto a los escenarios, mantienen el característico y retorcido diseño que no sólo nos hace sentir pequeños, sino desprotegidos y a merced de los numerosos peligros que acechan en las sombras.
La primera demostración a la que tuvimos acceso era para un jugador. Básicamente es el mismo gameplay que Bandai Namco compartió hace aproximadamente un año, donde nuestros dos protagonistas recorren el escenario de La Necrópolis, mientras son acechados por una especie de “bebé” gigante. Este primer contacto fue ideal para familiarizarnos con las nuevas mecánicas del título. Ahora, tanto Alone como Low pueden usar una llave inglesa y un arco y flechas respectivamente, para derrotar enemigos, activar mecanismos o golpear interruptores inalcanzables, entre otras tantas cosas. Además, ambos personajes cuentan con unos paraguas improvisados que, aprovechando las corrientes de aire, les permiten alcanzar zonas virtualmente inaccesibles.
Lo interesante -por decirlo de algún modo- estaba en la segunda demostración, la cual fue a puertas cerradas. En la misma, tuvimos la oportunidad de recorrer un nuevo nivel, ver más de cerca a uno de los monstruos y probar el flamante modo cooperativo. Sin embargo, este cambio que se antoja como el más importante de la entrega, nos dejó un sabor ligeramente amargo. No es que no funcione, sino que la experiencia en general, ya sea en solitario o en compañía de otro jugador, se siente prácticamente igual. Es decir, más allá de una coordinación mínima en plan “a la cuenta de tres corremos hasta X lugar”, no hay nada que haga de este añadido, algo especial. Al menos hasta donde pudimos ver.
El nuevo escenario que pudimos experimentar presenta una gigantesca fábrica de dulces regenteada por una desagradable e inquietante anciana. Al igual que las anteriores entregas, el diseño de los monstruos parecen extraídos de una muy mala pesadilla. Una de esas que desearíamos no tener jamás. Como de costumbre, moverse sigilosamente y mantenerse ocultos es indispensable, sólo que ahora eso lo debemos coordinar con alguien más. En este sentido, la comunicación es fundamental a fin de evitar que el juego se vuelva frustrante, puesto que del mismo modo que en Little Nightmares I y II, la jugabilidad gira en torno al ensayo y error.
Por lo demás, los pocos acertijos que requerían de la colaboración de dos jugadores, se resumen en abrir alguna reja pesada o mover cajas para sortear determinados obstáculos. Nada particularmente inspirado, a decir verdad. De hecho, jugar en cooperativo tiene muy poco impacto, puesto que ni siquiera podemos salvar al otro jugador cuando es atrapado por un monstruo. Simplemente morirá y tendremos que regresar al último punto de guardado. Sin lugar a dudas, una forma bastante extraña de introducir una de las grandes novedades de Little Nightmares III, puesto que toda la secuencia bien podría haberse disfrutado en solitario. Posiblemente Supermassive Games esté guardando lo mejor para cuando el juego se ponga a la venta.
Dejando de lado lo mencionado, cabe destacar que no hay ninguna duda de que estamos frente a una entrega que, pese a estar desarrollada por un equipo diferente, mantiene el ADN propio de Little Nightmares. Todo está en su lugar: los personajes, la atmósfera, el tono y la jugabilidad. Bandai Namco tomó la decisión correcta al elegir a Supermassive Games para desarrollar el juego. Por supuesto, la modalidad cooperativa todavía es una incógnita, puesto que no podemos aseverar si todo lo que vimos es lo que tiene para ofrecer, o aún nos aguardan más sorpresas. Pero aún y con todo ello, Little Nightmares III luce muy prometedor, por lo que los fanáticos de la saga no tienen de qué preocuparse ya que el legado de Tarsier Studios está en muy buenas manos.