Como una montaña rusa, pero de emociones. Cuando se le pregunta a Carolina Calvagni por los dos últimos años de su vida, están representados en esos rieles que saben de “bajadas” vertiginosas: van desde desde el proceso de acompañar a Nicolas Tagliafico en el paso a paso tan agónico como feliz que fue el campeonato del mundo en Qatar, su boda increíble, hasta la concretización del deseo propio con el nacimiento de la marca de ropa que lleva su nombre.
“Fue todo explosivo”, resume a Infobae vía Zoom desde Holanda, uno de sus lugares del mundo favoritos dirá, la latitud donde hizo base con sus esposo en tiempos del Ajax. Ámsterdan es un poco la representación de ese bienestar con el que “evangeliza” su feed de Instagram, el ecosistema amigable para llevar adelante su nuevo emprendimiento, la vida saludable que propone y, en definitiva, el lugar perfecto —asi lo confesará— para bajar quizás un poco la velocidad de la montaña emocional.
El mercado de pases de Tafgliafico supo ser en un punto el vector para definir esta base preciada en Ámsterdan. Aquí la gente está acostumbrada a rutinas que van desde el uso de bicicletas en la vía pública hasta la constante oferta de alimentos saludables en los supermercados. “Decidimos movernos desde acá. Me quedo unos días y vuelvo a Francia con Nico”, cuenta. Francia, confiesa enseguida Carolina, es un lugar que le cuesta tal vez un poco más: “Es otra cultura, otra forma de vida. Cuando llegamos a Ámsterdam, hicimos un grupo de amigos argentinos muy rápido. Lo que facilitó la adaptación. En Francia no hemos tenido la misma suerte”.
Dar el paso
Fue en 2021 cuando Carolina empezó a idear el proyecto de su propia marca de ropa deportiva. ”Sentí la necesidad de tener algo propio, de desarrollarme personalmente en algo que me apasionara. Desde chica, siempre estuve ligada al deporte gracias a que mis padres me inculcaron este hábito. Eso influyó mucho en mi vida actual y en el interés por el entrenamiento y el bienestar”, explica.
Carolina reconoce que acompañar a Tagliafico en su carrera la llevó a poner en pausa algunos de sus proyectos en un primer momento: “Uno se adapta a la vida del otro y muchas veces deja de lado sus estudios o trabajos para estar en el país en el que toca vivir en ese momento. Pero ver a Nico cumplir sus metas me inspiró a perseguir algo para mí misma, algo que me generara la misma satisfacción personal”.
Así fue como al segundo año de estar en Europa, paso del dicho al hecho. “Sentí que era el momento de crear algo que realmente me apasionara”, dice. Y lo pensó bien: quería, además, algo que pudiera sostener en el tiempo, que le escapara a aquello de tener emprendimiento pasajero. “No me interesaba hacer perfumes solo por hacer algo por darte un ejemplo, sino que buscaba algo que se alineara con mis intereses, —ejemplifica—. El desafío fue enorme, porque yo era una argentina viviendo en Holanda y uno sabe que en esas situaciones todo es más complicado”.
La vida misma, remarca, le fue poniendo en el camino a las personas indicadas. “Pregunté mucho, investigué, busqué información entre amigos y contactos. Hasta que encontré a alguien que me ayudó a generar mi plan de negocios. Trabajamos juntas durante seis meses. Yo tenía muchas ideas, pero no sabía cómo estructurarlas ni cómo empezar una empresa desde cero. Ahí fue cuando conocí a Lu, quien hoy en día es la CEO de la marca”, relata.
“Lo visualicé tanto, —sigue—. Ese fue un gran empuje”. Junto a la CEO, detalló cómo querían que su nuevo universo emprendedor: desde los colores hasta el cliente al que querían dirigirse. “Cada detalle fue tomando forma en ese plan de trabajo”, apunta.
Después comenzó el proceso de búsqueda del equipo necesario: diseñadores, gente de comunicación, todos los roles que requiere una empresa. “Para mí, todo era nuevo, y fui aprendiendo sobre la marcha. Empecé a trabajar en esta idea a principios de 2021, y para finales de ese año, ya habíamos formado un equipo y comenzado a avanzar en el proyecto. Hoy, un año después del lanzamiento, veo todo lo que logramos. Y estoy muy orgullosa de cómo las cosas se fueron dando”, dice con una sonrisa.
Entonces, Carolina empezó a analizar cómo funcionaba la estructura que había formado. “Yo estaba viviendo en Holanda, pero parte del equipo estaba en Argentina. Y los proveedores, en su mayoría, eran de Portugal o China, lo que complicaba un poco la logística. Había que coordinar todo, desde que me llegaran las muestras, poder tocarlas y evaluarlas, hasta que llegaran a la diseñadora”, rememora sobre aquel circuito algo complejo que, con el tiempo y después de un año, logró entender, para convertir ese engranaje que hoy en día funciona de manera totalmente fluida. “Fue un proceso largo”, suelta con un suspiro.
—¿Cómo se cristalizó finalmente el proyecto?
—Hicimos muestras de productos, probamos la página web, realizamos shootings de fotos y al principio no pensé que iba a requerir tanto trabajo, tanto detalle. Pero al fin y al cabo, es lo que elegí hacer. La marca salió a la luz el 10 de octubre del año pasado, en 2023.
—¿Cuál es la propuesta de la marca?
—Es ropa deportiva, que también puede usarse para el día o incluso para salir. Cuando diseño cada producto, lo primero que hago es testearlo. No saco nada al mercado solo porque me guste la apariencia o la textura. Lo pruebo entrenando para ver si me incomoda algo, como las transparencias, las alturas o ajustes. Cada cosa que lanzo es algo que usaría personalmente, y que siento que puede gustarle a otras personas también. La idea de la marca es fusionar tecnología y rendimiento de la ropa deportiva con la moda. Que puedas usar las prendas tanto para entrenar como para ir a tomarte un café, ponerte un top con un blazer o para salir a almorzar.
—Definitivamente, la moda es dinámica y cada vez más descontracturada en un punto. ¿Sentís que sucede eso con tu marca?
—Claramente. La ropa está pensada para que se vea bien fuera del gimnasio también. Por ejemplo, si no voy a entrenar, igual puedo salir con un conjunto de leggings y top para hacer otras cosas, como sacar a pasear a los perros o ver a una amiga. Tenemos dos líneas principales: una es de entrenamiento, que es exclusivamente para eso, pero si le das tu propio toque, se adapta a la vida diaria. Y luego está la línea ‘Play’, que incluye buzos, joggers, camperas y remeras. Está pensada para combinar con la ropa de entrenamiento. También es ropa cómoda para viajar, con un estilo casual pero canchero. Toda la colección está diseñada para que puedas mezclar las prendas entre sí. No es que te comprás algo de una línea y no combina con la otra. La idea es que todo conviva y se pueda usar de distintas maneras.
—¿Cómo fue esa primera colección?
—Bastante amplia, ya que era nuestro lanzamiento oficial. Queríamos que la gente pudiera ver una variedad extensa de productos, así que incluimos shorts, tops, remeras de diferentes estilos (cortas, ajustadas, más sueltas), pantalones y camperas. Elegimos una paleta de colores neutros para que todo fuera fácil de combinar y que la gente se sintiera cómoda usándolos, además de que fueran colores amigables que pudieran llevar en su día a día. Ahora, cada 20 días o un mes vamos lanzando algo nuevo para que los clientes siempre encuentren propuestas diferentes en la página. La idea es que, si lanzamos un top nuevo, puedas combinarlo con un legging o un short que ya compraste anteriormente.
—¿Cómo llevan adelante la comercialización de las prendas?
—Todo se vende online a través de nuestra página web. Además, actualmente tenemos dos tiendas físicas, una en Miami. La gente puede acercarse, tocar las prendas, probárselas y comprarlas.
—Si tuvieras que contar cuál fue el mayor desafío a la hora de lanzar este proyecto, ¿cuál sería?
—Lanzar la marca en Europa, por el nivel de competencia. Me enfrenté a un mercado saturado de marcas muy fuertes y reconocidas que llevan años establecidas. En Europa hay de todo, desde diferentes estilos y modelos hasta colores y formas, lo que hace que sea un mercado muy competitivo. Sin embargo, decidí arriesgarme porque sentía que podía ofrecer algo distinto. Tenía tantas ganas, lo había visualizado tanto, que no me importó esa competencia. Me arriesgué y lo hice.
—¿Y cuál ha sido la respuesta de la gente?
—A pesar de ser una marca nueva, la respuesta ha sido muy positiva y estamos creciendo mes a mes. Hemos implementado diferentes estrategias, como abrir puntos de venta físicos, porque hay personas que aún no se animan a comprar de una marca nueva online.
—¿Y qué pasa con Argentina?
—Bueno… mi mayor deseo ahora es poder llevar la marca a Argentina. Tenemos una gran comunidad allí, y estamos trabajando para lograrlo. Me gustaría que el producto llegue a las chicas de Argentina. No sabemos aún cómo lo haremos, si será un pop-up por unos días o un local permanente. Pero esa es la meta. Una anécdota que me pasó y que ilustra la repercusión que está teniendo la marca es que, estando en el aeropuerto, vi a lo lejos a una chica con uno de nuestros buzos, un rosa que es característico de la marca y que trabajamos para personalizar. Me sorprendió mucho porque era alguien que no conocía, pero ya estaba usando la marca. Después, me mandó un mensaje y resultó que vivía en Italia y había conseguido el buzo allá. ¡Fue muy emocionante ver cómo está empezando a tener presencia!
Lifestyle y vida saludable
Casi desde que tiene uso de razón, Carolina respiró deporte. Nacida en Montegrande, desde los cinco años empezó a practicar hockey. “Mis padres me inscribieron en un club que había cerca de casa, Monterrey Club, donde mi hermano jugaba rugby y yo empecé con el hockey. Ellos querían que hiciéramos una actividad fuera del colegio, y así fue como comencé. Jugué hasta los 21 años. Aunque al principio era solo para divertirme y hacer amigos, el deporte me enseñó mucho sobre compromiso, disciplina, esfuerzo y compañerismo. Esos valores me los llevé conmigo en la vida”, cuenta.
El gimnasio, por otra parte, siempre estuvo presente en su vida, ya que lo complementaba con su entrenamiento de hockey. “Cuando terminé el colegio y comencé la facultad, tuve que dejar el hockey. Conocí a Nico, y tres años después nos mudamos a Europa cuando él fue a jugar allí”, rememora.
—¿Cómo fue ese cambio?
—Dejar el club y mi vida en Argentina fue un cambio grande, pero sabía que necesitaba seguir entrenando, no solo por una cuestión física, sino también por mi salud mental. En Argentina ya había entrenado en el gimnasio, pero en Europa empecé a tomarlo más en serio. Cuando llegué a Holanda y estaba buscando algo que hacer, comencé a ir al gimnasio. Al principio, hacía los ejercicios que ya conocía, pero sin ningún objetivo en particular. Con el tiempo, me di cuenta de algo muy particular de este país: el deporte, el movimiento y la buena alimentación son parte del día a día de la gente. Es algo que ves por todos lados, van en bici, entrenan fuerte, en los supermercados hay muchas opciones saludables. Se consume frutas y alimentos balanceados. Todo esto es muy accesible acá, lo ves constantemente. Esto coincidió con el momento en que Nico se mudó a Holanda, y yo comenzaba a armar mi rutina personal.
—¿Fue tal vez el momento para focalizar lo que querías?
—Sí, ahí fue cuando empecé a conocerme mejor, a descubrir qué me gustaba, y a darle más importancia a lo que comía. Empecé mi camino hacia los buenos hábitos y una vida saludable, algo que antes no tenía tan presente. En Argentina no le daba importancia a la alimentación. Sin embargo, mi gran cambio en ese sentido fue aquí, en Holanda, donde empecé a combinar el deporte con una alimentación más consciente. A partir de entonces, comencé a prestar especial atención a mi entrenamiento, y a tener un objetivo claro cada vez que iba al gimnasio. Poco a poco, fui rodeándome de profesionales que me ayudaron a mejorar, como un nutricionista que me enseñó qué alimentos podía agregar a mi dieta para mejorar mi rendimiento. Así fue como empecé a hacer de esto un hábito, sin que me supusiera un esfuerzo. Empecé con pequeños cambios que se convirtieron en mi estilo de vida. Mi interés por el fitness fue creciendo a medida que veía cambios en mi cuerpo y me sentía bien conmigo misma.
—¿Todo este proceso te conectó con tu marca?
—Definitivamente, ya que lo que busco transmitirle a mi comunidad es ese concepto de círculo: la importancia de la buena alimentación, el entrenamiento y el sentirse bien con uno mismo. A veces comparto tips saludables, snacks, comidas o ideas de entrenamientos que yo misma realizo. Me gusta poder conectar todo eso: cómo vestirte, sentirte cómoda mientras entrenas, y llevar una vida saludable. Todo se retroalimenta.
—¿Cómo es tu rutina de entrenamiento?
—Depende mucho de los objetivos que tenga en un momento puntual. Si estoy entrenando con una meta específica, lo hago cinco días a la semana, de lunes a viernes, y a veces también los sábados, que son los días que suelo hacer algo más relajado como andar en bici, caminar, correr o practicar yoga. Soy muy fan de caminar. Me gusta hacer entrenamientos intermitentes, combinando intervalos de alta intensidad con caminatas, y siempre trato de variar.
—¿Y en cuánto a tu alimentación?
—Depende mucho de cada persona y de los objetivos que tenga, pero si tuviera que dar algunas claves generales, diría que todo empieza por una buena alimentación equilibrada. Si entrenás, necesitas ajustar tu dieta para obtener los nutrientes necesarios y poder rendir bien. Cada plan debe estar alineado con el tipo de entrenamiento y los objetivos de la persona. Las claves generales para una alimentación saludable varían mucho según la persona y sus necesidades, pero si tuviera que dar un consejo básico y general, diría que lo primero es prestar atención a lo que tenés en tu heladera y alacena.
—¿Cómo capitalizaste ese momento?
—Para mí ese fue el primer paso cuando empecé a cambiar mis hábitos. Me enfoqué en tener alimentos reales, es decir, productos no ultraprocesados ni de paquete. En mi heladera siempre hay frutas, verduras, proteínas como huevos y carnes. Claro que eso no significa que no tenga algún chocolate o algún otro gusto ocasional, pero la mayor parte del tiempo priorizo los alimentos saludables. Otra cosa que me ayudó mucho fue contar con la guía de un profesional. Dependiendo del objetivo que tengas, es clave tener a alguien que te oriente. También empecé a hacer versiones saludables de comidas que me gustaban, como budines, tortas y galletitas. Creo que muchas personas asocian comer saludable con algo aburrido, pero no tiene por qué ser así. Con un poco de tiempo y predisposición, puedes encontrar recetas que te gusten. Con voluntad y el deseo de sentirte mejor, todo es posible. Para mí, esos son los primeros pasos claros: prestar atención a lo que comes y a lo que le das a tu cuerpo. Y, por supuesto, disfrutar de un balance.
—¿De qué forma Nicolás está presente en ese mundo tuyo saludable?
—Él ha estado presente desde el primer día que decidí emprender este proyecto, y siempre fue el que más me apoyó. Al comenzar algo nuevo, uno tiene temores y dudas, pero él siempre confió en mí y me impulsó a seguir adelante. Además, su vida como futbolista, donde puede rotar entre países y clubes, me ayudó a pensar en mi trabajo como algo que se adapte a donde sea que vayamos. Así, mi proyecto puede viajar conmigo, sin importar dónde estemos.
—¿Le diste un lugar para opinar sobre tu ropa?
—(Risas) Nico está muy involucrado en las decisiones de la marca. Por ejemplo, cuando planeamos una nueva colección, siempre me ayuda a elegir los colores. Tenemos un libro con todos los colores posibles y a veces, mientras tomamos mate, le muestro las opciones o las muestras de las prendas. Me pruebo los productos antes del lanzamiento para ver cómo quedan, y él siempre me da su opinión. Es muy detallista y tiene buen ojo para esas cosas, así que valoro mucho sus aportes. Está superpresente en cada paso del proceso.
—¿Le recomendas comidas saludables?
—Al ser futbolista, la alimentación es clave para su rendimiento, y en el club le proporcionan dos comidas al día: generalmente el desayuno y el almuerzo. Sin embargo, el resto de las comidas las hace en casa conmigo, lo que le aporta un extra, porque cuando llega, ya tiene preparada una comida que se alinea con el estilo de vida que hemos adoptado. Por ejemplo, las meriendas en casa siempre son nutritivas, y esto se ha vuelto una rutina para ambos. Ya no es solo una cuestión de cuidar la alimentación por su carrera, sino que lo hemos incorporado como un estilo de vida. Comer bien se ha vuelto algo natural y cotidiano para nosotros, algo que ambos valoramos mucho.
—Ya pasó un tiempo de lo que fue el cimbronazo del campeonato del mundo. ¿Cómo lo ves ahora a la distancia todo eso que viviste con él?
—Fue una experiencia increíble, una montaña rusa de emociones. Estuve allí desde el primer momento. Cada partido es una emoción distinta. Y lo experimentas con tanta cercanía que todo se magnifica. Pero lo que fue realmente especial es que justo después del Mundial nos casamos. Imagínate, veníamos del furor de la victoria en el Mundial, y de inmediato pasamos a celebrar nuestro casamiento. Fue un año completamente explosivo, con muchas cosas importantes ocurriendo al mismo tiempo: el Mundial, el lanzamiento de mi marca y, por supuesto, la boda.
—Y acá estas
—Sí (risas) Esa combinación de eventos hizo que todo fuera un poco abrumador, pero al mismo tiempo espectacular. Fue un año soñado, en el que me pasaron muchas cosas que había deseado por mucho tiempo. Pero después de todo eso, cuando la emoción bajó, fue como que te das cuenta de la magnitud de lo que habías vivido. Es como que bajas la intensidad y comienzas a procesar lo que pasó, y es ahí cuando realmente lo valorás. Cuando miro hacia atrás, no puedo evitar sonreír.