Agosto fue un mes de variaciones en la canasta familiar y un poco de incertidumbre con la llegada de septiembre y un paro camionero que detuvo al país por cuatro días.
Pero también se registraron reducciones notables en los precios de alimentos en Colombia, con un pronunciado descenso en la inflación impulsado por la baja en productos agrícolas clave.
De hecho, según el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane), la papa y el tomate de árbol lideraron esta tendencia, con una caída de -10,59% y -9,79% en sus precios, respectivamente.
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De acuerdo con el análisis que hizo el diario económico La República, el Índice de Precios al Consumidor (IPC) de agosto mostró un comportamiento a la baja en el precios de numerosos productos alimenticios, con una variación mensual de -0,68%.
Jackeline Piraján, economista de Scotiabank Colpatria, explicó al medio que, aunque varios componentes de la inflación presentaron aumentos moderados, la reducción en el precio de productos como la papa y, por ejemplo, los plátanos contribuyó significativamente a esta disminución.
Además, el informe del Sistema de Información de Precios (Sipsa) señaló que, durante la última semana de agosto, frutas como papaya, mango, mandarina, ciruelas, limones y duraznos se encarecieron en ciudades como Bogotá, Medellín y Bucaramanga.
Sin embargo, vegetales como tomates, cebolla, remolacha, pimentón y mazorca siguieron la tendencia de abaratarse, especialmente al encontrarse en temporada de cosecha.
Lo que sí subió de peso
A pesar de la baja en los precios de algunos alimentos, como las hortalizas y legumbres frescas (-3,75%) y la cebolla (-9,08%), según el informe del Dane, ciertos productos vsí sufrieron aumentos perceptibles en las tiendas del país.
Por ejemplo, los refrescos en polvo subieron un 7,76%, las gelatinas, flanes y pudines en polvo un 7,11%, y el chocolate, un 4,19%. En conjunto, fueron afectados con un encarecimiento del 56,57% durante todo el 2024.
Durante la congestión derivada del paro de transportadores, Corabastos reportó que sólo recibió 6.300 toneladas de comida, que corresponden aproximadamente a la mitad de lo que normalmente recibe.
Según la central de abasto, la cebolla tuvo un aumento espectacular del 572%, llegando a un precio de $8.300 por kilo. El tomate alcanzó los $3.300 por kilo, mientras que el precio de la zanahoria aumentó en un 127%.
Baja de precios, pero preocupación por consumo
Jorge Bedoya, presidente de la Sociedad de Agricultores de Colombia (SAC), expresó al medio económico su preocupación por el consumo de los hogares, con el argumento de que aunque los precios bajan, si no hay un incremento en las compras, esto podría traducirse en pérdidas para los productores debido a la persistencia de altos costos de producción.
Las carnes apenas presentaron una mínima variación mensual de 0,04% y en el conjunto del año el cambio fue de 0,43%. En cambio, aceites y grasas experimentaron una caída importante (-13,10%) junto con las legumbres (-7,06%).
Por su parte, César Pabón, director ejecutivo del equipo de investigaciones económicas de Corficolombiana, también ve probable que la división de alimentos cierre el año con un IPC por debajo de 5%. Pabón subrayó que esta es la primera vez desde mayo de 2023 que se observa una disminución mensual de tal magnitud en la inflación de alimentos, que descendió de un 5,26% en julio a un 3,38% en agosto. La previsión para el cierre del año es del 4,94% anual.
El clima
Andrea Ríos, jefa de investigaciones macroeconómicas de Anif, predijo que la alta volatilidad de los precios de los alimentos dificulta hacer proyecciones precisas, aunque la disminución de la probabilidad del Fenómeno de la Niña este año, según el Ideam, podría estabilizar las cosechas y, por ende, los precios. La entidad proyecta una inflación anual de alimentos del 4,2% para el cierre de 2024.
Los factores climáticos y la volatilidad inherente a los precios de los alimentos se mantienen como elementos cruciales para el comportamiento futuro del índice. Piraján destacó que la baja inflación observada en agosto, que ha superado en más de 100 puntos básicos la reducción necesaria desde la última reunión del Banco de la República, podría impulsar debates sobre la aceleración en el recorte de las tasas de interés.