Samuel Machaca fue encontrado gravemente herido por su pareja frente a su vivienda en el Campo Tongui, en Lomas de Zamora, el 10 de marzo de 2018. El hombre, de nacionalidad boliviana y de 42 años, fue trasladado al Hospital Gandulfo, donde falleció debido a una herida de bala en el estómago. Esta tragedia desencadenó una investigación prolongada que culminó ayer con la detención del sospechoso seis años después.
El sospechoso, apodado Base Crack, fue detenido este martes en Ciudad Evita, en el partido de La Matanza, según informaron fuentes policiales. Su captura sucedió en la intersección de las avenidas Cristianía y General Rojo (Ruta Provincial 21) mientras se desplazaba en un vehículo VW Voyage blanco con placa terminada en 274.
La detención según informó el portal Diario Conurbano, surgió de una investigación exhaustiva dirigida por el fiscal Nicolás Espejo de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) N° 7 de Lomas de Zamora. Los oficiales del Departamento de Homicidios de la Policía de la Provincia de Buenos Aires llevaron a cabo las diligencias bajo su dirección. Como parte del operativo, los investigadores rastrearon al prófugo en diversas redes sociales, descubriendo que había realizado publicaciones recientes bajo una identidad falsa en las que ofrecía una vivienda a la venta.
A partir de estas publicaciones, los efectivos idearon una estrategia para contactarlo haciéndose pasar por interesados en la compra del inmueble, lo que permitió localizar y capturar finalmente al sospechoso.
La pareja de Machaca había mencionado a la policía que la víctima solía estar involucrada en peleas con transeúntes cuando estaba bajo los efectos del alcohol, lo que inicialmente llevó a considerar esa hipótesis en la investigación. Sin embargo, la reciente captura del acusado podría arrojar nueva luz sobre las circunstancias que rodearon el homicidio.
Con la aprehensión de Base Crack, se espera que las autoridades esclarezcan los detalles restantes de este crimen, proporcionando a la familia de Machaca algo de consuelo después de tantos años de incertidumbre.
Y un hecho de características similares ocurrió a principios de junio del año pasado cuando el autor del crimen de una nena de 4 años fue detenido.
Todo comenzó el 10 de octubre de 2013, en la esquina de Bonorino y Sanabria en Villa Tesei. Allí, dos varones que circulaban en una moto Honda Twister comenzaron a disparar contra un grupo de chicos que charlaban en el lugar. A metros había una parada de colectivo en la que estaban esperando una nena de 4 años, Julieta Milagros Cancino y su madre. El tirador falló. Una de las balas impactó en el cráneo de Julieta.
La menor, fue trasladada de urgencia al Hospital Posadas en Haedo luego de que sus agresores huyeran. Murió dos días después. Hubo dos detenidos al comienzo del caso a los que se les encontró un arma: un hombre de 25 años y un menor de edad, “Leandrito”, de 17 años. Los capturaron en una casa cercana donde se refugiaron tras huir. Sus propios vecinos los persiguieron.
Con el tiempo, “Leandrito” fue excarcelado por su condición de menor. Lo citaron desde los tribunales, nunca se presentó, se fugó, dejó de estar a derecho, lo declararon rebelde. Básicamente, se escurrió entre los dedos del sistema penal.
La calificación del hecho, investigado por un Tribunal de Responsabilidad Juvenil de Morón, era larga: “homicidio agravado por ser el medio empleado idóneo para crear un peligro común y por haber sido cometido mediante el empleo de arma de fuego”, consumado en el caso de la nena, en grado de tentativa para los tres jóvenes que eran el real blanco del ataque y salieron ilesos.
En 2015, la Justicia pidió la captura de “Leandrito” a nivel nacional. Este viernes, cinco años después, fue capturado. “¿Qué hace la Federal acá?”, dijo mientras se lo llevaban.
Finalmente, el 5 de junio del año pasado, “Leandrito” fue detenido a la salida de una metalúrgica en la esquina de Caravajal y Camargo en Villa Tesei por detectives de la división Homicidios de la PFA. Ese lugar, precisamente, sería su lugar de trabajo. Incautaron también su Volkswagen Gol blanco, lo que delató su presencia en el lugar.
Así, lo esperaron y lo detuvieron. No llevaba ropa de operario de fábrica, sino ropa deportiva y zapatillas. “El fierro lo tenía el otro”, le dijo a los efectivos que lo capturaron. Fue trasladado a la Comisaría N°1 de Hurlingham.
