El balance de víctimas a causa de la última oleada de bombardeos ejecutados por el Ejército de Israel contra el sur y el este del país ha aumentado a más de 180 muertos y más de 700 heridos, según han indicado las autoridades libanesas, tras el incremento de los ataques aéreos durante las últimas horas y en medio del temor sobre el estallido de una guerra a gran escala.
El Ministerio de Sanidad libanés ha indicado en un mensaje en su cuenta en la red social Facebook que “la agresión israelí durante el día de hoy deja 182 mártires y 727 heridos”, incluidos “niños, mujeres y paramédicos”. Poco antes, había ordenado a los hospitales situados en el sur y el este del país que suspendan todas las intervenciones quirúrgicas que no sean de urgencia para atender a las víctimas de los ataques israelíes.
Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) han asegurado que su oleada de bombardeos de este lunes ha alcanzado “más de 300” objetivos del grupo, en el marco de una “amplia” andanada de ataques, después de que el portavoz del Ejército, Daniel Hagari, reclamara a los civiles libaneses que abandonen los edificios y las zonas usadas por Hezbolá “para almacenar armas”.
El propio Hagari ha señalado horas después que el Ejército israelí llevará a cabo de forma “inminente” bombardeos “en profundidad” contra el valle de la Becá y ha emitido igualmente una advertencia a la población para que abandonen edificios que podrían suponer un objetivo de las FDI, sin especificar.
En respuesta a los ataques israelíes, Hezbolá ha asegurado haber lanzado decenas de proyectiles contra tres instalaciones militares en territorio israelí en respuesta a la oleada de bombardeos contra Líbano. El Ejército israelí ha confirmado impactos en el norte del país, sin pronunciarse sobre posibles víctimas o daños materiales.
Por su parte, el primer ministro interino de Líbano, Nayib Mikati, ha denunciado la existencia de “un plan de destrucción” del país por parte de Israel y ha subrayado que estos últimos ataques “son parte de una guerra de exterminio”.
Durante los últimos días se ha registrado un repunte de las tensiones, especialmente tras la oleada de explosiones coordinadas en dispositivos de comunicación supuestamente por Hezbolá, que dejó alrededor de 40 muertos y unos 3.000 heridos. Posteriormente, más de 50 personas murieron el viernes en el bombardeo ejecutado por Israel contra el sur de la capital de Líbano, Beirut, entre ellos Ibrahim Akil, un alto cargo del grupo libanés.
El aumento de los enfrentamientos entre Israel y Hezbolá –un grupo apoyado por Irán que cuenta con un importante peso militar y político en Líbano– han hecho temer con la posibilidad de una expansión del conflicto en Oriente Próximo. En este contexto, el Ejército de Israel presentó recientemente a Estados Unidos sus “planes operativos” respecto a Líbano.