A fines de julio y en pleno vuelo en avión, el periodista Guillermo Panizza atravesó un dramático momento al sufrir un “síncope convulsivo”. La aeronave realizó un aterrizaje de emergencia en Santa Cruz de la Sierra, Bolivia, y quien trabaja en el noticiero de Telefe debió quedar internado. Pero superado este momento, el pasado fin de semana celebró su cumpleaños número 54 e invitó a los médicos que le salvaron la vida, además de a su familia, amigos y compañeros de trabajo.
La celebración ocurrió el pasado sábado 21 de septiembre por la tarde en una bodega ubicada en la localidad bonaerense de Campana, en donde Panizza fue agasajado por sus seres queridos. En su cuenta de Instagram, el conductor compartió varias postales de la noche junto con un emotivo mensaje. “No era un cumpleaños más. Era una fecha especial. Dos meses después del susto, era un momento para celebrar la vida y agradecer. Fui muy feliz. Compartí horas charlando, bailando y diciéndole gracias a todos, personas buenas y generosas que están siempre a nuestro lado”, comenzó.
“Fue muy emocionante festejar junto a las leonas, mis amores Giselle y mis hijas Lola y Magui. Estrecharme en un nuevo abrazo con los doctores Erik Manuel Cabrera Castedo y Sergio Papier, admirables ángeles de la guarda. No tengo más que palabras de agradecimiento. Valoremos la vida, los momentos, lo esencial, y cuidémonos mucho”, agradeció, tanto a su familia, como a los médicos que le salvaron la vida en pleno vuelo.
“Gracias, gracias, gracias. Seguro me quedo corto. Me gustaría seguir agradeciéndoles. Familia y grupos de amigos queridos y compañeros de grupos distintos, personas que ni se conocían. Energía de la mejor, corazones abiertos, generosos. Eternamente agradecido”, agregó después. “No tengo palabras. Se preocuparon y se preocupan por mi salud y están siempre. La felicidad es esto, tenerlos cerca, siempre. Los quiero mucho”, cerró Panizza muy emocionado. En las fotos publicadas se destaca la presencia de Rodolfo Barili, compañero de Telefe.
“El 23 de julio de 2024 a las 4.32 quedará grabado en mi memoria”, había contado Panizza en su cuenta de Instagram tras recuperarse de la repentina internación en Bolivia. “Habrán pasado poco más de tres horas cuando, dormitando, empiezo a tener sensaciones extrañas. Mucho calor, palpitaciones, náuseas. En pocos segundos, sentí como si me hubiera apagado, todo se puso negro, no puedo calcular cuánto tiempo, los recuerdos desde ese momento se tornan difusos”, describió el periodista acerca de lo que sintió en pleno vuelo.
“Mis movimientos convulsivos y los gritos despertaron a Giselle, mi pareja, y desde acá toda la referencia a la situación parte de su relato. El pedido de ayuda, un pasajero a mi lado que asiste —luego supe que era conocido de Rodolfo Barili—, la desesperación de mis hijas, dos médicos que acuden a mi asistencia. Me quejaba de un fuerte dolor en el pecho, me faltaba el aire. Atentas y eficaces, las azafatas acercaron un tubo de oxígeno. Dos pasajeros médicos ordenaron el panorama e intentaron tomar una decisión. Personal de a bordo pidió la presencia del comandante: había que resolver”, detalló.
En la publicación, Panizza agradeció a todas las personas que ayudaron a contener a su mujer y sus hijas durante su internación e hizo foco en su colega Diana Deglauy, quien viajaba en su mismo vuelo y dio aviso a Buenos Aires para que se desencadenara toda una red de contención en torno al periodista y su familia.
“La soledad de la internación en terapia intensiva, los ruidos, los protocolos, los cuidados, los pinchazos, el miedo… Sí, el miedo y mucho a que pueda volver a pasar. La cabeza que no deja de trabajar. La culpa por haber frustrado las vacaciones a la familia, las dudas sobre lo que vendrá, el desafío de una nueva vida a empezar”, contó.
“Nada como estar en casa, después de tantos estudios y temores, después de esos cinco días de incertidumbre, tratando de determinar qué pudo producir un ‘síncope convulsivo’, posiblemente por una arritmia según los médicos de Santa Cruz de la Sierra”, describió sobre lo que le dijeron en la clínica, a la vez en que le agradeció al personal médico.