Tras la aprobación en el Senado hace dos semanas del proyecto de la Boleta Única Papel (BUP) para las elecciones nacionales, el Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (CIPPEC) organizó un encuentro con especialistas, nacionales e internacionales, representantes del Gobierno nacional y de organizaciones de la sociedad civil y legisladores que destacaron las ventajas de este instrumento electoral, y contaron las experiencias en Colombia y Perú, y en las tres provincias donde ya funciona para cargos locales: Santa Fe, Córdoba y Mendoza. Si bien la iniciativa contaba con media sanción de Diputados, al haber sufrido modificaciones en la votación del Senado el 12 de septiembre pasado, volvió a la Cámara baja para su sanción definitiva.
CIPPEC – un think tank especializado en el análisis de políticas públicas – viene impulsando este instrumento de votación desde el 2009, junto con otras organizaciones que integran el colectivo “Boleta Única es Mejor” como la Red de Acción Política (RAP), Poder Ciudadano y la Asociación Conciencia, entre otras, en reemplazo de la denominada boleta partidaria. En 2022, participaron del debate que derivó en la media sanción de la Cámara de Diputados y promovieron la aprobación en el Senado
A diferencia de las boletas partidarias que se usan a nivel país, la BUP contiene toda la oferta electoral de los candidatos en una única papeleta de mayores dimensiones, en la que los votantes marcan con una X los candidatos de los distintos partidos que quieren elegir para cada categoría. Con la implementación de la BUP ya no será responsabilidad de los partidos imprimir las boletas, sino del Estado, que estará a cargo de confeccionar y distribuir esa única boleta papel oficial. El sistema ya se usa, además de en Santa Fe, Córdoba y Mendoza, en el voto de los privados de libertad y en el sufragio en el extranjero.
La apertura del conversatorio estuvo a cargo de Gala Díaz Langou, directora ejecutiva de CIPPEC, quien destacó que existe “un contexto global de crisis de representatividad, reflejado en un aumento en la desconfianza en las instituciones públicas y los gobiernos. Argentina no es la excepción. Mientras en el mundo la confianza de la sociedad en el Estado es del 47%, en Argentina ese porcentaje es de apenas el 17%. Esto plantea un gran desafío, pero también abre una oportunidad: asegurar mejoras continuas en las instituciones democráticas para restaurar la confianza de la ciudadanía en el sistema político y sus resultados”.
En ese sentido, advirtió que en el país “las elecciones funcionan, son limpias y justas. Y, sin embargo, como todo proceso y herramienta, las elecciones son perfectibles. La Boleta Única hace exactamente eso, mejora la representación y el acceso al voto”. También la definió como “un instrumento que puede ir cerrando esa brecha en la confianza de la representación”.
Magíster en Políticas Públicas y Gerenciamiento del Desarrollo por la Universidad de San Martín y Universidad de Georgetown (EEUU), Díaz Langou enumeró algunas de sus ventajas: “Mejora la experiencia del voto para los electores; asegura equidad al equiparar las condiciones de competencia de todos los partidos políticos; y asegura un acceso uniforme a toda la oferta electoral en todo el territorio”. Y concluyó que “puede ser un ejemplo concreto del resultado de apostar al diálogo político y construir consensos entre distintos sectores”.
En esa línea, Francisco Herrero, director de la oficina de Colombia del Instituto Nacional Demócrata (NDI, por su nombre en inglés National Democratic Institute, una organización sin fines de lucro que trabaja para el fortalecimiento democrático en el mundo) destacó el trabajo conjunto entre ONGs y legisladores para arribar a la próxima sanción de la ley. “No es un invento de última hora”, señaló Herrero, quien a la mañana había estado reunido con la diputada del PRO Silvia Lospenatto, una de las impulsoras de la iniciativa en la Cámara baja, quien también estuvo presente en el encuentro de ayer.
A lo largo de dos horas, los expositores se refirieron a la importancia de la claridad del diseño de la BUP para que sea “amigable” para el elector; destacaron la rapidez de este sistema de votación; las medidas de seguridad que debería tener la papeleta; la necesidad de capacitar a las autoridades de mesa y al electorado; los modelos que incluyen la opción de votar en un único casillero la lista completa; su costo en relación a las boletas partidarias; y la importancia de la participación de los partidos políticos en las etapas de su implementación para garantizar su legitimidad.
La experiencia en la región
En el auditorio de CIPPEC, Renato Rafael Contreras Ortega, magistrado del Consejo Nacional Electoral de Colombia entre 2018 y 2022, comenzó con un repaso de la experiencia en ese país de la boleta única, implementada en 1991, y los cambios que sufrió su diseño. Sostuvo que “el texto de la ley no debe ser tan riguroso porque la práctica demuestra que lo que se piensa, no siempre funciona, y por eso hay que poder adaptar el diseño según la experiencia”. En Colombia, son las autoridades electorales las que lo definen y pueden modificarlo según crean conveniente.
Conectado por Zoom, Pablo Hartill, subgerente de la Oficina Nacional de Procesos Electorales de Perú, enumeró algunos de los desafíos para su implementación, como el orden en que aparecen los candidatos, el tamaño de los símbolos partidarios, así como de las fotos y nombres de los postulantes. En Perú, se resolvió que el lugar en la boleta sea por sorteo, con un mismo tipo de letra y tamaño de los nombres para todos, y “con diseño lo más claro posible para una población muy heterogénea”.
En cuanto a la seguridad, tanto Hartill como Contreras Ortega destacaron la utilización de un código de barras para poder garantizar la trazabilidad de cada boleta. En Colombia, el ex magistrado electoral señaló que se utiliza un papel especial para evitar su falsificación.
Hartill – al igual que varios de los expositores que lo siguieron – subrayó la importancia de “la participación de las organizaciones políticas en las distintas etapas de elaboración de la cédula de sufragio para fortalecer la legitimación del proceso y asegurar que todos los actores se sientan representados”.
En el siguiente panel, en representación del oficialismo, habló Giselle Castelnuovo, subsecretaria de Asuntos Políticos del Ministerio de Interior, quien manifestó la “satisfacción” del Gobierno por “este logro”, en referencia a la aprobación del Senado luego de que el proyecto estuviera trabado desde enero, con media sanción de Diputados.
La funcionaria lo calificó como “un cambio histórico para el país” y adelantó que desde la cartera de Interior “están iniciando un diálogo con la Justicia Electoral” de cara a su puesta en práctica en las elecciones de medio término del año próximo. En línea con lo advertido por Díaz Langou, hizo hincapié en que se deberá trabajar en la capacitación de autoridades de mesa y a los ciudadanos.
Alan Clutterback, presidente de la Fundación RAP, sostuvo que el debut de la BUP en 2011 su momento en Santa Fe y su próxima sanción en el Congreso nacional muestra que “es posible generar consensos entre distintos partidos políticos” y propuso “aprovechar la ventaja de la pluralidad”. También resaltó que “hay que evitar que haya ganadores y perdedores” en la discusión sobre la boleta única y “fomentar una cultura de la integridad y la transparencia”.
Destacó, asimismo, el rol de las organizaciones de sociedad civil en “la instalación del tema en la conversación pública” y la importancia de que la sociedad acompañe la iniciativa. En ese sentido, mencionó que en Santa Fe, más del 90% de los votantes prefiere votar con boleta única papel por sobre la boleta partidaria.
La experiencia mendocina
En el cierre de este segundo panel, María Teresa Day, jueza de la Corte Suprema de Mendoza e integrante de la Junta Electoral de esa provincia, se refirió a la experiencia en ese distrito, luego de que fuera aprobada la ley en la Legislatura local en 2022. Contó que ya tuvieron cuatro elecciones para cargos locales con la BUP, y admitió que “tuvieron errores” que implicaron que hicieran algunos cambios en el diseño de la boleta. Como ejemplo, mencionó la cantidad de votos en blanco que tuvieron en la primera elección que se usó, al quedar una cantidad importante de casilleros sin marcar.
La magistrada mostró algunas boletas sobrantes de la última elección y explicó que cuando la elección incluye cargos ejecutivos locales, los candidatos a gobernador y a intendentes llevan foto, no así los cargos legislativos o de concejales, que solo van con nombre. Cuando se eligen solo cargos legislativos, los postulantes sí van con su foto.
Day consideró – a diferencia de Contreras Ortega – que “es mejor que la ley establezca cómo debe ser el diseño” para saldar posibles desacuerdos entre las fuerzas políticas. También señaló que la BUP “no es más barata” que la impresión de múltiples boletas partidarias, ya que el troquelado de la boleta mendocina y su tamaño encarecen su costo.
En Mendoza, se repartieron 350 boletas únicas por mesa y un 10% adicional para cubrir eventuales faltantes a cada escuela. En cuanto a las boletas sobrantes, se las selló para identificarlas y se devolvieron a la Junta Electoral.
El modelo mendocino es el que tomó el proyecto que volvió a Diputados desde el Senado. Pero la BUP de esta provincia sí incluye la opción de votar la lista completa, una alternativa que fue sacada en el texto en el Senado para poder sumar los votos de los senadores de los partidos provinciales de Río Negro y Misiones. En la papeleta, los nombres de las agrupaciones se ubican de manera horizontal en el margen superior de la papeleta y los candidatos de las categorías en disputa a nivel nacional –presidente y vice, diputados y senadores nacionales–, se despliegan en sentido vertical.
A su turno, la senadora mendocina Mariana Juri recordó que fue parte del gobierno de Mendoza cuando se implementó en la provincia, y que los temores que surgieron en el debate de la BUP en el Senado, son los mismos que hubo en su distrito en ese momento: “Que los mayores no iban a entender cómo votar, que iba a haber largas colas, y que iban a marcar de más las boletas. Y no pasó”. Aseguró que “la votación fue rápida y que el recuento no tardó más de horas después del cierre”, y destacó que “el 85% de los votantes eligieron la lista completa” a la hora de marcar las opciones en la boleta.
“Cuando el oficialismo la impulsa, ayuda porque se supone que el BUP es un reclamo de la oposición que tiene menos recursos en las elecciones que el oficialismo”, sostuvo mirando al senador de La Libertad Avanza Bartolomé Abdala que se sumó al encuentro un poco más tarde.
Sin embargo, Juri advirtió que “no hay que confundir la herramienta electoral con el sistema electoral”. Y agregó: “No estamos cambiando la cantidad de representantes que se eligen”.
La BUP en Santa Fe
A su turno, la diputada nacional santafesina y ex intendenta de Rosario Mónica Fein destacó “el acuerdo surgido en el Poder Legislativo provincial” en 2011 para aprobar la ley de la Boleta Única, “en una provincia que venía de la experiencia de ley de Lemas”.
En este distrito, hay una BUP por categoría, con distintos colores, y las papeletas se meten en una urna que tiene distintas ranuras según la categoría a elegir. “Yo fui electa intendenta con este sistema. Hicimos mucha docencia entre los ciudadanos para mostrarles dónde estábamos en la boleta”, recordó la diputada socialista.
En la última elección del año pasado, en Santa Fe hubo 142 postulantes en total en las cinco categorías que se eligieron en la provincia: 13 candidatos a gobernador, 26 candidatos a senadores departamentales, 30 a diputados provinciales, 19 a intendentes, y 54 a concejales. “El 82% de los ciudadanos consultados eligió la BUP como sistema de votación”, destacó Fein sobre el consenso entre la población.
“Se hizo un gran trabajo de formación entre las autoridades de esa. Y si alguien se equivocó en su voto, se destruía la boleta de esa categoría y se le daba otra”, explicó. También relató cómo a los chicos de 4to y 5to grado de las escuelas primarias en la provincia se les enseñó como funcionaba la BUP e hicieron un simulacro de votación con los próceres argentinos. “¿Quién ganó?” preguntaron entre los asistentes. “San Martín a nivel provincial y Manuel Belgrano en Rosario”, respondió entre risas.
La experiencia cordobesa
El diputado nacional por Córdoba Juan Fernando Brügge (Encuentro Federal) se refirió al sistema en su provincia que, al igual de el modelo mendocino, incluye toda la oferta local en una sola papeleta, e incluye la opción de votar la lista completa. No obstante advirtió que “hubo 300.000 votos en blancos para el tramo de legisladores provinciales” en la última elección en la que Martín Llaryora fue electo gobernador, “porque la gente no marcó donde correspondía” y eso implicó menos representantes en la Legislatura para el oficialismo. También destacó que la norma en Córdoba solo toma el voto como válido si la cruz está en el casillero en blanco: “Somos rígidos, no vale el voto si la marca está sobre el nombre o foto del candidato”, sostuvo en tono autocrítico.
Por último, precisó cuál fue el gasto solo de impresión de boletas en la elección pasada: $234 millones, que al tipo de cambio del dólar oficial de ese momento a $250, equivalieron a USD 936.000, ya que requirieron un troquel y un sello de agua que encarecen su costo.
Entre los asistentes al evento estuvieron Gustavo Menna, vicegobernador de Chubut, provincia que está muy cerca de aprobar votar la BUP en octubre; Pablo Iván Rodríguez, director de Información, Inclusión y Capacitación Electoral de la Dirección Nacional Electoral; Caitlin O’Rourke, funcionaria de la Sección Política de la Embajada de los Estados Unidos; Golschan Khun Jush, encargada de Asuntos Políticos y Derechos Humanos de la embajada de Alemania; y Fernando Guzmán, consejero de la embajada de Chile.
Participaron también los senadores Abdala (LLA), Maximiliano Abad (UCR) y Edgardo Kueider (Unidad Federal), María Mercedes Llano (LLA), y las diputadas Lospenatto (PRO), Dolores Martínez (UCR), Micaela Morán (Unión por la Patria), Margarita Stolbizer (GEN), y el diputado Esteban Paulón (Encuentro Federal).
El proyecto aprobado en el Senado
La aprobación de la BUP en el Senado hace dos semanas por 39 votos a favor y 30 en contra fue el resultado de largas negociaciones que arrancaron en enero, para llegar al número de 37 votos (mayoría absoluta de los integrantes del cuerpo) que exige la Constitución.
Recién se destrabó cuando se acordó sacar la opción del casillero para elegir la lista completa en la boleta, lo que le permitía a un elector apoyar a todos los postulantes de una misma fuerza política. Era lo que venían reclamando los senadores de partidos provinciales, especialmente la senadora Mónica Silva (Juntos Somos Río Negro) y el misionero Carlos Arce (Renovador de la Concordia).
En la votación se opuso el kirchnerismo que defendió el actual sistema y calificó a la BUP de “oscurantista” al considerar que, en los distritos que eligen más de 10 diputados nacionales, no estarán visibles los nombres de todos los candidatos.
Como el proyecto sufrió modificaciones en el Senado, volvió en segunda revisión a la Cámara de Diputados que le había dado media sanción en 2022. Para poder llegar a implementarse en las elecciones de medio término de 2025, debería tratarse contra reloj en el próximo mes para poder llegar a implementarse en las elecciones de medio término de 2025. Está previsto que Diputados lo trate el 2 de octubre, aunque podría insistir en algunos artículos en la versión original. Tras la reglamentación por parte del ejecutivo, su puesta en práctica requiere el llamado a licitaciones y la organización de una nueva logística electoral.
El modelo de boleta aprobado en la Cámara alta es similar al que se utiliza actualmente en Mendoza. Se impuso por sobre el sistema cordobés. Si bien ambos utilizan una sola papeleta para toda la oferta electoral, en el modelo cuyano los cargos aparecen sobre el margen izquierdo y de manera horizontal, y los partidos o alianzas, en filas verticales. Quedó descartado el modelo santafesino, con una boleta distinta para cada categoría.
Hay que tener en cuenta que una vez aprobada la BUP en el Congreso, el sistema se implementará para cargos nacionales y convivirá con los distintos sistemas electorales locales en las provincias. Así, cada distrito podrá mantener su actual sistema para la elección con la boleta partidaria de gobernadores, legisladores provinciales e intendentes, y a la vez, deberán usar la boleta única papel para elegir legisladores nacionales el año próximo, o presidente en 2027.