Madrid, 27 sep (EFE).- La Audiencia Provincial de Madrid ha condenado a tres años y medio de prisión y cinco años sin permiso de conducir a la conductora que, en estado de embriaguez y sin carné, atropelló mortalmente en 2022 a dos mujeres que esperaban para cruzar en un paso de cebra en el barrio madrileño de Sanchinarro.
En la sentencia impuesta por la sección 23 de la Audiencia madrileña y a la que ha tenido acceso EFE, Patricia G.B. ha sido condenada por dos delitos de homicidio por imprudencia grave y otros dos contra la seguridad vial -conducción sin permiso y bajo los efectos de alcohol y drogas-, si bien el tribunal considera que la circunstancia atenuante de reparación del daño debe ser apreciada como “muy cualificada”.
Así, los magistrados reconocen los pagos a las familias de las perjudicadas que tenían 71 y 78 años por parte de la acusada que, al inicio del procedimiento había consignado 30.000 euros, además de otros 14.000 a través de un plan de pagos.
“Ciertamente, la acusada no ha satisfecho en su integridad las indemnizaciones a favor de los perjudicados, pero resulta innegable que ha realizado un esfuerzo económico para reparar en lo posible el daño o disminuir los efectos del delito”, resalta el tribunal para rebajar la pena.
Respecto a su pareja, acusado como cooperador necesario de un delito contra la seguridad vial al ser consciente de que la acusada no tenía carné de conducir, la Audiencia Provincial le ha impuesto una multa de 8.100 euros.
En la sentencia, el tribunal considera probado que a las 18:37 horas del 8 de mayo de 2022 Patricia G.B. circulaba por la plaza Alcalde Moreno Torres hacia Ingeniero Emilio Herrera con un vehículo del que su pareja, Enrique J., era el conductor habitual aunque es esa ocasión se encontraba en el asiento del copiloto, en tanto que en el asiento trasero viajaba un hijo de ambos menor de edad.
Patricia G.B. cogió el vehículo sin tener permiso y después de haber ingerido bebidas alcohólicas y drogas tóxicas.
Circulaba por una calzada doble con tres carriles para cada sentido, con una anchura de siete metros y con un limitación de 50 kilómetros por hora cuando arrolló a María Nieves H.G. y a María Luz M., que esperaban a cruzar correctamente en la mediana de la avenida.
En el juicio, celebrado a principios de junio, la acusada se derrumbó ante el tribunal tras admitir los hechos y asegurar que intentó suicidarse después del doble homicidio: “No encontraba sentido a mi vida, quería dejar de vivir”.
Patricia G.B. reiteró en el juicio sus “condolencias” a las familias de las dos mujeres que, personadas como acusación particular renunciaron a las responsabilidades penales derivadas del proceso después de haber visto satisfechas las indemnizaciones.
Durante su declaración, reconoció que conducía el BMW en el que su pareja iba sentado de copiloto y su hijo de 8 años en el asiento trasero. También, a preguntas del fiscal, que había consumido bebidas alcohólicas ese día. “Bebí y algo más, fumé porros”.
Sensiblemente emocionada y en respuesta a su abogada, relató brevemente que desde el atropello está en tratamiento psiquiátrico, que ha intentado reunir dinero ayudada por su familia para indemnizar a las de las víctimas y que estuvo ingresada en una clínica de desintoxicación para abandonar unos hábitos -la bebida y el cannabis- que calificó de “diarios” y que ya no seguía. EFE