Las autoridades de China han reiterados su oposición a la violación de la soberania nacional de Líbano y han hecho un llamamiento a Israel a “enfriar” la situación en la región ante la posibilidad de una guerra en Oriente Próximo, todo ello tras la muerte del líder del partido-milicia chií libanés Hezbolá, Hasán Nasralá, en un ataque israelí el viernes sobre Beirut.
“China se opone a las violaciones de la soberanía y la seguridad de Líbano, se opone y condena todas las acciones que dañan a civiles inocentes y se opone a cualquier medida que intensifique los conflictos y aumente las tensiones regionales”, ha señalado un portavoz del Ministerio de Exteriores chino durante una rueda de prensa, según informa la propia cartera diplomática.
Así, desde Pekín han hecho un llamamiento a las partes en conflicto, “especialmente a Israel” para que tome medidas “inmediatas” para “enfriar” la situación en Oriente Próximo y evitar que el conflicto, el cual aseguran siguen de cerca, se expanda aún más “o incluso se salga de control”.
Finalmente, las autoridades chinas han recalcado que el conflicto en Líbano es “una manifestación indirecta” de la situación en la Franja de Gaza, y han aprovechado para reiterar la necesidad de implementar allí “las resoluciones pertinentes del Consejo de Seguridad de la ONU” que lleven a “sofocarla guerra” lo antes posible.
El Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás) lanzó el 7 de octubre una serie de ataques contra Israel en los que murieron cerca de 1.200 personas y otras 240 fueron secuestradas. El Ejército israelí respondió con una cruenta campaña militar que se cobra ya más de 41.500 víctimas.
Hezbolá, por su parte, lanzó ataques contra el norte de Israel en solidaridad con la causa palestina que dejaron varios muertos y provocó la evacuación de miles de personas. El Ejército israelí intensificó su campaña contra Hezbolá a mediados de septiembre con varios ataques sobre Beirut que finalmente el viernes se saldaron con la muerte del líder de la milicia, Hasán Nasralá.