La hija de la infanta Cristina, Irene Urgandarín, comienza una nueva etapa de su vida en la Universidad de Oxford. Tras un año sabático en el que realizó labores humanitarias en Camboya y convivió con su abuela en Zarzuela, la joven se prepara para estudiar Hospitality, una especialidad enfocada en la organización y gestión de eventos. Sin embargo, este fin de semana se ha desplazado hasta Atenas para la boda de una de las primas de su madre.
Irene ha asistido a la boda de Teodora de Grecia y Matthew Kumar en la Catedral Metropolitana de Atenas. La ceremonia, que había sido pospuesta en tres ocasiones, una de ellas por la muerte de Constantino I, finalmente se llevó a cabo con la presencia muchos de los “royals” europeos. Sin embargo, una de las que más destacó fue Irene, quien apostó por un vestido de alta costura en azul añil y con tela de terciopelo. Este, que también se encontraba adornado con un estampado de hojas en gris y negro, ha demostrado que sigue la línea de su tía doña Letizia en cuanto al reciclaje.
Ya que el diseño pertenece a su madre, la infanta Cristina, y lo acompañó con un chal de gasa en color azul que le aportaba mucho volumen y movimiento. En cuanto a los complementos, optó por un bolso de mano en color plata y unos pendientes de diamantes. No obstante, lo que más ha destacado de su apariencia es el maquillaje, ya que la hija de Iñaki Urdangarin siempre suele preferir la discreción y los tonos naturales.
En esta ocasión, ha elegido llevar unos ojos marcados por un smokey eye en negro y sombras en tonos tierra; todo lo contrario a los labios, para los que ha decidido llevar un tono rosa más claro. En cuanto al peinado, ha optado por una cola alta con el pelo liso, para así destacar el maquillaje.
Al evento, también acudió la infanta Elena y la infanta Cristina, la reina Sofía y sus nietos Miguel y Juan Urdangarin. Ellos apostaron por un look mucho más simple y recatado, y estuvieron pendientes durante toda ceremonia de su abuela. E incluso la ayudaron a subir los escalones hacia la iglesia mientras el público presente los vitoreaba.
El futuro de Irene en Inglaterra
Este lunes, la familia vuelve a sus respectivas labores, entre las que se incluye la nueva ilusión estudiantil de Irene. Aunque esta no fue su primera opción, ya que la joven quiso ingresar en la EHL Hospitality Business School de Lausana, en Suiza, uno de los mejores centros de gestión hostelera del mundo, pero no consiguió la nota suficiente. Aún así, esta nueva etapa en Oxford la afronta con mucha ilusión; y más, al mantener a solo unos kilómetros a su hermano Juan, quien reside y trabaja en Londres.
A esta universidad ingresa una Irene completamente nueva, ya que durante este año sabático no solo ha madurado en el voluntariado, sino que también se ha sacado el carnet de conducir y ha aprendido varios idiomas. De esta forma, la hija de la infanta Cristina abandona definitivamente el nido después de ser la fiel acompañante de su madre en Suiza y disfrutar de unos meses junto a su abuela en Zarzuela.