El recién nombramiento de William Prieto Daza, vicario general de la Arquidiócesis de Villavicencio como obispo de San Vicente del Caguán por el papa Francisco, causó revuelo en el municipio por su presunta participación en el encubrimiento a 38 sacerdotes involucrados en casos de pederastia.
Según las investigaciones, 11 de los párrocos habrían vuelto a cometer abusos sexuales en contra de un menor de edad y, al parecer, la orden de Óscar Urbina, que ejerció como arzobispo de Villavicencio hasta abril de 2022, y Prieto Daza, fue ocultar la verdad y desestimar a la víctima.
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Ante las denuncias impuestas por las abogadas Olga Cristancho y María del Socorro Ramírez en contra de los sacerdotes, el entonces arzobispo de Villavicencio, Óscar Urbina, fue citado por la Fiscalía General de la Nación para que rindiera testimonio. En defensa de los cuestionamientos, Urbina dijo que nunca protegió a los párrocos, y que al enterarse de los terribles hechos, los suspendió de su cargo hasta que las autoridades determinarán su responsabilidad.
En entrevista con El Tiempo, monseñor Prieto Daza habló sobre su rol en la investigación que se adelanta contra los curas por abuso con menores. En ese sentido, dijo que en esa época era vicario general de la Arquidiócesis de Villavicencio, por lo que estaba encargado de atender la denuncias, quejas y peticiones que remitía al obispo para las investigaciones correspondientes.
“Mi oficio en esos casos fue recibir denuncias, no hice investigaciones, eso le corresponde al Tribunal Eclesiástico y a otra instancia en el Vaticano cuando se trata de abuso con menores”, explicó.
En paralelo, indicó que no se acuerda bien de la cifra de sacerdotes pederastas, ya que tienen registro de varias denuncias sin contar la que causó el escándalo. Asimismo, dijo que para la iglesia católica investigar estos casos tiene sus complicaciones, porque en varios procesos los denunciantes suelen retractarse.
Sobre el avance de la investigación, indicó que fue remitida al Dicasterio de la Doctrina de la Fe, en Roma, en el Vaticano. Sin embargo, no han dado los resultados esperados, “sé que algunos sacerdotes investigados con mayor de edad ya están ejercicio sus ministerios, ninguno como párrocos, sino como adscritos con algunas limitaciones”, agregó.
Por otro lado, habló del proceso que adelanta la Fiscalía, en el que varias versiones aseguran que el monseñor Urbina no quería aportar a las investigaciones. De acuerdo con Prieto, tales afirmaciones son falsas.
“En esa primera reunión de un caso tan grande, escandaloso, que nos sobrepasaba, monseñor Óscar pidió ocho días para reunirse con el Comité Nacional y que ellos nos orienten y nos hacemos asesorar de unos abogados canonistas”, dijo al medio citado.
De igual manera, reiteró que Urbina nunca se negó a colaborar con la justicia, sino que pidió un plazo para recibir orientación por parte de los abogados canonistas del Comité Nacional.
“Monseñor en ningún momento dijo que no, pidió ocho días. De hecho, el miércoles siguiente ya estábamos en Bogotá, yo lo acompañé. Sin embargo, en esa reunión, en Villavicencio, que se levantó acta, se decidió que era necesario informar a la Fiscalía, porque las abogadas señalaron que el tema era muy grave y recomendaron informar y no hubo ningún obstáculo por parte de monseñor”, sostuvo Prieto.
En medio del escándalo que sacude a la Iglesia católica y la investigación que adelanta la Fiscalía, el obispo aseguró que no hubo los avances necesarios para determinar la culpabilidad de los implicados, por lo que considera que lo más probable es que el caso termine sin aclarar. “Lo último que supe es que estaba por vencerse los términos y a ningún sacerdote han llamado a declaraciones”.
A propósito, resaltó que hay discrepancias entre las fechas y declaraciones de los testigos y víctimas que obligaron a la iglesia a reintegrar a tres sacerdotes porque la persona que denuncia se había equivocado y dijo que no eran las personas que lo habían abusado.