El incremento en los esfuerzos de socorro tras el huracán Helene ha generado una preocupante situación en el espacio aéreo de Carolina del Norte. Según CBS News, un funcionario federal confirmó que se produjeron aproximadamente 30 incidentes de aproximación peligrosa en un solo día, durante el sábado 28 de septiembre. Este incremento de tráfico no involucró vuelos comerciales, pero abarcó una diversidad de aeronaves como aviones, helicópteros y drones.
La tormenta, que ha devastado gran parte del oeste del estado, incrementó el flujo aéreo en un 300% respecto a los niveles normales, según el reporte. Becca Gallas, directora de la División de Aviación del Departamento de Transporte de Carolina del Norte, señaló a CBS News que “ha habido un aumento significativo en los vuelos gubernamentales, de búsqueda y rescate, así como de la Guardia Nacional”.
Además de las aproximaciones peligrosas, las operaciones de socorro testimoniaron otros incidentes, como aviones privados involucrados en accidentes mientras entregaban suministros.
Gallas señaló dos incidentes en particular: uno donde “el tren de aterrizaje no se desplegó al aterrizar” y en otro, “una aeronave se incendió”. Afortunadamente, ninguno de estos incidentes dejó víctimas.
Frente a esta situación, la Administración Federal de Aviación (FAA) e instituciones locales han instaurado nuevas medidas de control para regular el flujo de tráfico aéreo. De acuerdo con CBS News, se estableció una designación de Permiso Previo Requerido (PPR) en varios de los aeropuertos más afectados, incluyendo el Aeropuerto Regional de Asheville y el Aeropuerto del Condado de Rutherford. La medida podría ampliarse a otras instalaciones si es necesario.
Para mitigar estos riesgos, la FAA y el NCDT han implementado tres estrategias clave. Entre ellas figuran la instalación de líneas telefónicas en los aeropuertos para programar horarios de aterrizaje y descarga de suministros. Otra es la creación de “corredores aéreos” exclusivos para vuelos civiles y, finalmente, la imposición de restricciones temporales en el espacio aéreo donde operan múltiples aeronaves de búsqueda y rescate.
El impacto del huracán Helene ha sido devastador, con un saldo trágico de al menos 225 fallecidos en seis estados, incluyendo 114 muertes reportadas en Carolina del Norte, como confirmó CBS News. El oeste del estado enfrenta inundaciones severas que han destruido comunidades enteras, forzando el cierre de cientos de carreteras. Esto ha requerido que equipos estatales y federales busquen sobrevivientes por aire en las áreas inaccesibles.
La respuesta del gobierno federal ha sido contundente. El presidente Joe Biden, quien evaluó los daños por aire esta semana, anunció que el gobierno cubrirá los costos de remoción de escombros y medidas protectoras de emergencia en la zona durante seis meses.
Con el objetivo de “que cada piloto y aeronave regresen a casa a salvo después de realizar estas operaciones críticas”, Gallas enfatizó la importancia de estas medidas, especialmente en aeropuertos pequeños de aviación general que suelen operar con personal mínimo. Esto es crucial para no sobrecargar las capacidades limitadas del personal de tierra.