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Juan Humberto Rois Zúñiga, el acordeonero de Diomedes Díaz, mejor conocido como Juancho Rois, partió de este mundo en un accidente aéreo en la noche del lunes 21 de noviembre de 1994 en espacio venezolano, junto a sus compañeros Rangel “El Maño” Torres y Eudes Granados.
Aunque partió físicamente, su legado musical sigue iluminando los corazones de quienes vibran con las notas de su acordeón.
Juancho, el acordeón que conquistó el alma vallenata
Con su estilo único, Juancho se ganó apodos como “El Conejo” o “El Fuete”, dejando una huella imborrable en la historia del vallenato.
Su complicidad musical con Diomedes Díaz nos regaló inolvidables anécdotas y canciones como ‘Las notas de Juancho’, donde las vivencias y el amor se convertían en melodías que traspasaban generaciones.
En esta pieza, los dos artistas abrieron las puertas al sentimiento puro, dejando un rastro de alegría en cada acorde.
“De lejos muy lejos un acordeón, de notas muy lindas yo escuchaba…”, canta Diomedes, exaltando la magia de Juancho y la conexión única que compartían.
Historias de amor hechas canción
Entre las muchas historias que rodean a Juancho Rois y Diomedes Díaz, destaca una misión especial. En 1990, Diomedes le pidió a Juancho llevar un mensaje amoroso a Evis, una joven venezolana a quien el Cacique prometía su corazón.
La canción “Las notas de Juancho”, incluida en el álbum ‘Canta conmigo’, encapsuló este episodio, con versos cargados de emoción:
«Me le dice por favor que me encuentro confundido, y un poco de su cariño pa’ mí es una bendición…»
Este encargo, lleno de sentimiento y poesía, es solo uno de los muchos recuerdos que nos muestran la sensibilidad artística de ambos íconos vallenatos.
Un regalo eterno: la Virgen del Carmen
La amistad entre Juancho y Diomedes también se selló con gestos llenos de significado. Uno de ellos fue el regalo de una estatua de la Virgen del Carmen, patrona venerada por Diomedes, quien inmortalizó este acto en sus canciones:
«Me regaló Juancho Rois la Virgen, me regaló la Virgen del Carmen…».
La devoción del cantante quedó plasmada en temas como “Mi primera cana”, donde agradecía por las bendiciones recibidas: “Gracias Virgen del Carmen, por darme tantas cosas bonitas”.
Treinta años después de su partida, las notas de Juancho Rois siguen vivas. Desde su casa en San Juan del Cesar, su madre, Dalia Esther Zúñiga, aún lo recuerda con lágrimas en los ojos: “De mi hijo tengo todos los recuerdos, principalmente su hijo. Para mí, Juancho sigue en mi hogar”.
El vallenato, fiel a su esencia, continúa resonando con las historias reales de amor, nostalgia y alegría que Juancho y Diomedes convirtieron en himnos. Las notas de Juancho no solo marcaron su época, sino que siguen viajando en el tren infinito del folclor colombiano, un legado que ni el tiempo puede detener.
Lea más: Juancho Rois, un trágico accidente que cambió la vida de Diomedes Díaz.
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