El brote de dengue en Argentina ha alcanzado hasta el momento un total de 333.084 casos y 238 fallecidos, según los datos proporcionados por el Ministerio de Salud.
Este recuento abarca desde fines de julio de 2023 hasta mediados de abril de 2024, marcando esta temporada como un récord en términos de contagios y muertes. Para poner en perspectiva la magnitud de esta situación, es importante señalar que supera significativamente los números del año anterior, cuando hubo 130 mil casos notificados y 65 decesos entre julio de 2022 y el mismo mes de 2023.
Actualmente, de acuerdo con el último Boletín Epidemiológico, se observa en todo el país una tendencia gradual a la baja en el número de casos desde la semana 13 de 2024, a fines de marzo. No obstante, a pesar de que la temperatura ha bajado en muchos lugares del país, lo que podría influir en la disminución de infecciones, aún persiste la preocupación por la presencia de mosquitos.
Es crucial comprender qué especies de zancudos están actualmente activas y cómo evitar que la especie Aedes aegypti, que transmite el virus del dengue, se “instale” en nuestros hogares. A medida que se acerca el invierno, los especialistas llaman a mantener medidas preventivas para evitar la reproducción de estos vectores, como eliminar recipientes con agua estancada y proteger las viviendas con mosquiteros, entre otras.
En diálogo con Infobae, el doctor Hugo Pizzi, médico infectólogo, epidemiólogo y profesor de la Universidad Nacional de Córdoba, aportó: “Todos los brotes epidemiológicos tienen dinámica, es decir, comienzan, aumentan rápidamente los casos hasta alcanzar su punto máximo, luego se estabilizan y comienzan a disminuir. Eso es normalmente lo que ocurre en cualquier situación de un brote epidémico. Aquí, la situación es absolutamente transitoria. La actividad del mosquito disminuyó un poco cuando la temperatura estuvo fría o relativamente fría; templada. El mosquito no solo disminuye su actividad, sino que también abandona los alrededores de la casa y entra en el hogar”.
Por lo tanto, según Pizzi, “hay que tener mucho cuidado en estas circunstancias, ya que el mosquito puede estar detrás de las cortinas o en diferentes lugares dentro de la casa. Entonces, esto no significa que el problema esté resuelto; al contrario, ha disminuido un poco la actividad pero ya estamos viendo que están volviendo a aumentar los casos con el regreso del calor”.
“Hay muchas hembras de mosquitos infectadas con el virus del dengue que ponen huevos -siguió el infectólogo-. Esos huevos ya están infectados con el virus. Es decir que dentro de cinco o seis meses, cuando haya golpes de calor, los nuevos mosquitos eclosionarán y las hembras infectadas saldrán con el virus. Esto seguirá acumulándose y aumentando los aspectos negativos de cualquier brote epidemiológico. Por lo tanto, el concepto es que ha habido una disminución de casos, y que es cierto que la actividad del mosquito ha bajado, pero con el retorno del calor, los casos están comenzando a aumentar nuevamente”.
Cómo evitar que el mosquito de dengue en las casas
“Para que realmente disminuyan los casos en las próximas semanas, la temperatura debe estar por debajo de los 12°C, porque ahí si podría haber un período de inactividad del mosquito. Estamos comprometiendo nuestro futuro si no cuidamos adecuadamente nuestro medio ambiente y, fundamentalmente, nuestros hogares, porque las hembras continúan poniendo huevos y la mayoría de ellos está infectado”, aconsejó Pizzi.
El experto en epidemiología de la Universidad de Córdoba agregó que “por eso es importante limpiar bien el patio, desechar el agua estancada en los sumideros, fregar con una esponja rugosa todos los lugares donde puedan estar los huevos, entre otras cosas, de lo contrario, aparecerán en agosto o septiembre esos mosquitos”
Por su parte, Adrián Díaz, investigador del CONICET en el Instituto de Investigaciones Biológicas y Tecnológicas (IIByT, CONICET-UNC), apuntó: “Tenemos tres especies abundantes en Argentina: Aedes albopictus, Aedes aegypti y Culex quinquefasciatus, en el sur. De esas tres especies, la primera que desaparece con el frío es Aedes aegypti porque es un mosquito tropical, aunque se ha adaptado a climas templados. Con temperaturas sostenidas por debajo de los 14 grados, ya van muriendo”
“La segunda especie que desaparece es Culex quinquefasciatus, que ya cuando estamos en más o menos los 10°C empieza a perder actividad. Aedes albopictus es el último en irse porque es un mosquito adaptado a climas templados. Obviamente, en el invierno en la Patagonia no hay ningún mosquito. Pero durante el verano y el otoño del sur de las latitudes sureñas subsiste perfectamente y todavía no podemos hablar de frío”, planteó Díaz.
Al tiempo que remarcó: “Si tenemos dos días de 13°C o 14°C y después ya viene una temperatura de 20°C o 22°C, empiezan a activarse nuevamente los otros mosquitos. Los Culex quinquefasciatus con el frío mueren tanto el adulto como las larvas y los huevos. En el caso de Aedes albopictus y Aedes aegypti son mosquitos de inundación y tienen huevos que resisten a la sequía y al frío. Entonces desaparecen las larvas y los adultos, pero los huevos quedan y resisten el invierno”.
“El Aedes aegypti se ha adaptado tanto a los criaderos que el humano le ha generado, como también a identificar los olores y de esa manera percibir que es una fuente de comida sanguínea beneficiosa para ellos. Para evitar que entren a las casas hay que eliminar criaderos internos. Si uno tiene floreros, pueden criar ahí y la mejor manera de evitar que ingresen es poniendo telas mosquiteras en las ventanas y en las aberturas. De esa manera evitamos que entren y también hay que evitar que críen dentro del domicilio”, sugirió el especialista del CONICET.
Otro profesional consultado por Infobae fue el infectólogo Ricardo Teijeiro, quien es miembro de la Sociedad Argentina de Infectología. “Los casos de dengue en Argentina van a fluctuar, ya que se trata de casos acumulados provenientes de semanas anteriores. Esto puede dar lugar a picos de mortalidad, dado que algunos casos son pacientes que están internados y siendo tratados con diferentes evoluciones. La disminución de casos actual se debe principalmente a la reducción en el desarrollo del mosquito vector, que no prospera en climas fríos, por lo que no llega a la etapa adulta y, por ende, no puede transmitir la enfermedad”, dijo el experto.
Y sumó: “A medida que los casos disminuyen, también lo hace la posibilidad de desarrollo del mosquito. Esto es un fenómeno estacional que ocurre cada año en esta época. Sin embargo, es importante destacar que durante el invierno el mosquito no desaparece por completo, ya que las larvas y los huevos permanecen en lugares donde hay acumulación de agua. Con la llegada del calor, estos pueden desarrollarse, representando un nuevo riesgo para la próxima temporada. Por lo tanto, es crucial trabajar en la prevención para el año venidero”.