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Cómo es el río de la Antártida que estuvo oculto durante 40 millones de años y por qué lo descubrieron a partir de bacterias

Río desconocido Antártida El MARUM-MeBo70 durante el trabajo en la estación justo frente al borde de la plataforma de hielo de Pine Island. (Foto: Instituto Alfred-Wegener)
Un equipo de geólogos descubrió un río de la Antártida que estuvo oculto durante 40 millones de años.

Un equipo de geólogos descubrió un sistema fluvial antiguo bajo la capa de hielo de la Antártida Occidental. Los investigadores de la Universidad de Bremen y del Instituto Alfred Wegener, Centro Helmholtz de Investigación Polar y Marina en Alemania, junto con universidades e institutos de investigación alemanes, británicos, irlandeses y suecos, hallaron este sistema fluvial -el mayor del continente blanco- y lo describieron en un estudio publicado en la revista Science Advances.

Cuál fue el descubrimiento que se realizó en la Antártida

En una expedición Polarstern en el Ártico, los investigadores dirigidos por la bióloga Melanie Bergmann del Instituto Alfred Wegener están investigando cuánto microplástico hay en los agregados del alga helada Melosira arctica  CRÉDITO
Instituto Alfred-Wegener / Mario Hoppmann
Este descubrimiento fue posible gracias a la presencia de cianobacterias.

Los científicos hallaron un río subglacial oculto bajo la capa de hielo durante aproximadamente 40 millones de años. Este río, de aproximadamente 1.600 kilómetros de longitud, tendría una antigüedad de entre 34 y 44 millones de años.

El equipo de Klages realizó una expedición en 2017 a bordo del buque de investigación Polarstern. Partieron desde el extremo sur de Chile hacia la Antártida Occidental y utilizaron equipos de perforación avanzados para extraer sedimentos. Estos análisis revelaron capas de dos periodos distintos, con la parte inferior datando de hace 85 millones de años (Cretácico medio) y la superior de hace 30 a 40 millones de años (Eoceno medio a tardío).

El análisis más detallado de los sedimentos del Eoceno mostró un patrón estratificado típico de un delta fluvial, similar a los del río Mississippi en Norteamérica. La presencia de biomarcadores de cianobacterias de agua dulce en estos sedimentos respaldó la hipótesis de un antiguo río que alguna vez recorrió el continente antártico.

Para mapear la topografía del paisaje oculto, el equipo utilizó un radar de penetración de hielo y técnicas de sonar. Así, descubrieron una pequeña isla enterrada a casi dos kilómetros bajo la superficie, con bloques de tierra separados por valles en forma de U.

¿Qué son las cianobacterias y por qué fueron claves para el hallazgo?

Las cianobacterias, también conocidas como algas verdeazuladas, son un grupo de bacterias que obtienen su energía a través de la fotosíntesis. Estas bacterias son responsables de la producción de oxígeno en la atmósfera terrestre hace aproximadamente 2.500 millones de años. Las cianobacterias pueden encontrarse en una variedad de ambientes acuáticos, incluyendo agua dulce, salada y ambientes terrestres húmedos.

Por su capacidad fotosintética, las cianobacterias juegan un papel crucial en los ecosistemas acuáticos, contribuyendo a la producción primaria y al ciclo del carbono. Sin embargo, algunas especies de cianobacterias pueden producir toxinas que son peligrosas para la salud humana y animal, provocando efectos adversos si se ingieren o entran en contacto con la piel.

Las cianobacterias ayudaron al hallazgo del río de la Antártida que estuvo oculto durante 40 millones de años debido a su capacidad para adaptarse y sobrevivir en ambientes extremos. Las cianobacterias, a través de sus procesos biológicos, dejan rastros y señales biogeoquímicas que pueden ser detectadas por científicos.

En este caso, el análisis de muestras de hielo y sedimentos permitió identificar la presencia de cianobacterias y otras biomoléculas que no deberían encontrarse en esas condiciones si no hubieran sido transportadas por un sistema fluvial o por agua en movimiento. Estas evidencias biológicas sugirieron la existencia de un río subglacial que, hasta ahora, no había sido detectado.

El descubrimiento a partir de bacterias se debe a que estos microorganismos, al dejar marcas en los entornos donde viven, pueden servir como indicadores de procesos geológicos y biológicos ocultos.

¿Por qué este descubrimiento ayuda a entender las variaciones climáticas de la Tierra?

Los científicos quieren entender la forma del paisaje bajo el hielo para comprender por qué este fluye de la manera que lo hace ahora y cómo podría reaccionar en el futuro.
Los científicos quieren entender la forma del paisaje bajo el hielo para comprender por qué este fluye de la manera que lo hace ahora y cómo podría reaccionar en el futuro. (Fabian Bimmer/)

Este descubrimiento no sólo arroja luz sobre el pasado geológico de la Tierra, sino que también tiene implicaciones significativas para nuestro futuro. Al comprender la forma del paisaje bajo la capa de hielo, los científicos pueden predecir mejor cómo reaccionará la capa de hielo de la Antártida Oriental a medida que sube el CO2. Los científicos quieren entender la forma del paisaje bajo el hielo para comprender por qué el hielo fluye de la manera que lo hace ahora y cómo podría reaccionar en el futuro.

Johann Klages, investigador sedimentólogo del Instituto Alfred Wegener de Alemania y coautor del trabajo, indicó que este descubrimiento es un gran avance para entender las variaciones climáticas extremas de la historia de la Tierra. Explicó que estudiar estos períodos puede ofrecer información valiosa sobre las secuelas del calentamiento global: “Si pensamos en un cambio climático potencialmente severo en el futuro, debemos aprender de los períodos de la historia de la Tierra en los que esto ya sucedió”.

El hallazgo, además, podría proporcionar información crítica sobre cómo estas modificaciones pueden afectar a los sistemas oceánicos y climáticos globales.

Cuál es el rol de la Antártida para regular el clima en la Tierra

La Antártida desempeña un papel crucial en la regulación del clima terrestre debido a varios factores:

  • Albedo: La vasta extensión de hielo y nieve en la Antártida refleja una gran cantidad de la radiación solar de vuelta al espacio, lo que ayuda a mantener el planeta más fresco. Este efecto reflectante se conoce como albedo.
  • Intercambio térmico: Las corrientes oceánicas frías que se originan en la Antártida, como la Corriente Circumpolar Antártica, ayudan a redistribuir el calor alrededor del planeta. Estas corrientes influyen en los sistemas meteorológicos y las temperaturas globales.
  • Captura de carbono: Los océanos alrededor de la Antártida actúan como sumideros de dióxido de carbono (CO₂), absorbiendo este gas de efecto invernadero de la atmósfera y ayudando a mitigar el cambio climático.
  • Ecosistemas marinos: El fitoplancton en las aguas frías del Océano Antártico juega un papel crucial en la absorción de CO₂ a través del proceso de fotosíntesis, contribuyendo al ciclo del carbono.
  • Barrera de hielo: Los glaciares y plataformas de hielo de la Antártida actúan como barreras naturales que retienen el agua dulce congelada. Si el hielo antártico se derritiera significativamente, aumentaría el nivel del mar, afectando a regiones costeras globalmente y alterando los patrones climáticos.
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