En el Ártico, una de las regiones más remotas y hostiles del planeta, viven alrededor de cuatro millones de personas enfrentando condiciones climáticas extremas. Durante el invierno, la región permanece congelada durante meses y en verano hay una notable escasez de vegetación comestible. No obstante, los inuits, un pueblo originario de esta región, han desarrollado ingeniosas técnicas de supervivencia, como la construcción de iglús.
Quiénes son los inuits y cómo es su cultura
Los inuits, también conocidos como esquimales, son un pueblo indígena que habita en las regiones árticas de Canadá, Groenlandia y Alaska. Originarios de Siberia, en el noreste asiático, los inuits demostraron una insuperable capacidad para adaptarse a su entorno helado. En Canadá, muchos residen en Nunavut, un territorio autónomo cuyo nombre en su idioma significa “Nuestra tierra”. Famosos por su habilidad en la caza y pesca, los inuits emplean técnicas tradicionales y herramientas como el arpón unaaq para cazar en el hielo. Su idioma pertenece a la familia de lenguas esquimo-aleutianas, mostrando la diversidad cultural y lingüística dentro de sus comunidades.
Los inuits presentan características físicas que les ayudan a sobrevivir en condiciones extremas, como pestañas más pesadas para proteger sus ojos del reflejo del sol en el hielo y una complexión robusta para mantener el calor. La estructura familiar entre los inuits está muy organizada, con roles definidos para cada miembro. Esta organización y adaptación a su entorno les permite mantener sus prácticas ancestrales, asegurando la supervivencia y continuidad de su cultura.
Construcción de iglús: técnicas ancestrales de supervivencia
La creación de estas edificaciones se transmite de generación en generación. Los padres inuit enseñan a sus hijos a construir iglús desde pequeños, mostrándoles qué tipo de nieve usar y cómo cortarla con cuchillos específicos. La construcción de un iglú requiere que la nieve esté seca y firme para manipular y cortar los bloques. La estructura se edifica en forma de espiral, comenzando con un círculo de bloques inclinados hacia adentro, lo que otorga fortaleza a la construcción.
Características de los iglús tradicionales
Un iglú bien construido debe permitir la entrada de luz natural y proteger del viento helado. La entrada es un túnel diseñado para evitar la pérdida de calor, y dentro del iglú, se construye una plataforma de nieve de hasta 60 centímetros de altura como cama, aprovechando que el aire caliente sube.
Una de las cosas que son cruciales en estas construcciones es la ventilación. Dentro del iglú, se hace un pequeño agujero a tres cuartos de la altura total, que funciona como conducto de ventilación. Este permite la entrada de aire fresco y la salida del vapor generado al respirar, evitando la acumulación de humedad. Aunque, en la actualidad, los inuits ya no viven en iglús de forma permanente, siguen utilizándolos durante cacerías o situaciones de emergencia.
Cambios en el Ártico y adaptación
El Ártico se está calentando rápidamente, provocando cambios en la calidad de la nieve. La capa de hielo de Groenlandia se derrite a una velocidad alarmante de 270.000 millones de toneladas al año, lo que dificulta la construcción de iglús. Julius menciona que la nieve de invierno ha cambiado, haciendo más difícil encontrar nieve compacta, esencial para los bloques de iglú.
La técnica de construcción: Detalles técnicos
Para levantar un iglú, se necesitan bloques grandes para la base y bloques pequeños y ligeros para las paredes. Los bloques superiores se moldean inclinándolos hacia adentro, creando una cúpula. El bloque final se corta para ajustar perfectamente la apertura del techo, y la nieve que cae sobre el iglú se congela, formando una capa de hielo que refuerza la estructura. Dentro del iglú, la temperatura puede alcanzar hasta 16ºC gracias al calor corporal y a pequeños quemadores de aceite utilizados para cocinar. Sin embargo, es crucial mantener un equilibrio térmico para que el iglú no se derrita desde adentro.
A pesar de los desafíos climáticos, los inuit se esfuerzan por mantener vivas sus tradiciones. Las habilidades ancestrales para construir iglús son vitales para su identidad cultural y están en riesgo de extinción debido a los cambios ambientales. Los inuits continúan adaptándose y buscan transmitir el conocimiento a las nuevas generaciones. La resiliencia y sabiduría de pueblos como los inuit nos muestran la importancia de la adaptación y el respeto hacia nuestro entorno en tiempos de cambio climático.