El Gobierno de Estados Unidos ha anunciado este viernes que está trabajando en nuevas medidas para restringir los visados de aquellas personas que dificulten el proceso de paz en Sudán del Sur –incluidos líderes políticos–, mostrándose “profundamente preocupado” por la situación política del país.
“El Departamento de Estado está tomando medidas hoy para imponer restricciones de visado a las personas responsables o cómplices de socavar y obstaculizar una paz sostenible en Sudán del Sur”, ha informado el portavoz de Estado en un comunicado el portavoz de Estado, Matthew Miller.
Miller ha agregado en la misma nota que se trata de “personas, entre las que se incluyen miembros del Gobierno de Sudán del Sur, (que) participaron en la obstrucción de la ayuda humanitaria vital mediante la imposición de impuestos a los envíos de ayuda” y que, por este motivo, “podrían ser declaradas no aptas para entrar en Estados Unidos”.
Asimismo, el Ejecutivo estadounidense ha denunciado que el Gobierno de transición sursudanés “no haya actuado con urgencia para establecer un sistema claro y coherente” para cumplir con el acuerdo de paz de 2018 y, más concretamente, con “su obligación de crear un entorno político, administrativo, operativo y jurídico propicio para la prestación de asistencia humanitaria y protección”.
En esta línea, desde el Departamento de Estado han lamentado que las autoridades del país no hayan conseguido “reducir de manera efectiva los costos inaceptablemente altos, los obstáculos burocráticos y los riesgos que implica la prestación de asistencia humanitaria a la población sursudanesa que la necesita”.
“Esto plantea interrogantes sobre su voluntad y capacidad para cumplir con el compromiso que asumió en el acuerdo de paz de 2018 de crear un entorno propicio para la prestación de asistencia humanitaria y protección”, ha apostillado Miller en su escrito.
Sudán del Sur cuenta con un Gobierno de unidad que echó a andar tras la materialización del acuerdo de paz de 2018 entre el presidente, Salva Kiir, y el líder rebelde Riek Machar, que derivó en que este último volviera a ocupar el puesto de vicepresidente primero del país africano.
Pese al descenso de la violencia por el conflicto político, el país ha registrado un aumento de los enfrentamientos intercomunitarios, motivados principalmente por el robo de ganado y las disputas entre pastores y agricultores en las zonas más fértiles del país, especialmente a causa del aumento de la desertificación y el desplazamiento de población.
Así las cosas, Estados Unidos anunció a finales de marzo de este año la prórroga del estado de emergencia nacional relativo a Sudán del Sur durante un año más, al considerar que la situación en éste constituye “una amenaza extraordinaria para la seguridad nacional y la política exterior” de su país.
La Casa Blanca aprobó en abril de 2014, bajo la Presidencia de Barack Obama, una declaración de emergencia en Sudán del Sur, que se independizó de Sudán en 2011, tras décadas de conflicto y un referéndum de por medio. Apenas dos años después el país se vio sumido en una cruenta guerra civil que se saldó con miles de muertos.