Desde el pasado 1° de mayo, Florida se sumó a los estados de Estados Unidos donde la ley prohíbe el aborto posterior a las seis semanas de gestación, periodo en el cual muchas personas aún desconocen su embarazo. Esta medida legislativa, que elimina la asistencia para la interrupción del embarazo después de dicho término, repercute directamente sobre las operaciones de clínicas especializadas, así lo detalló el medio Telemundo 51.
De acuerdo con la información que se observa en su página web, Planned Parenthood (PP), una de las mayores proveedoras de servicios de salud reproductiva, dijo que deberá ajustar sus servicios en consonancia con la nueva normativa estatal.
El cambio legislativo en Florida intensifica la situación de crisis en salud pública a nivel nacional, según expertos y organizaciones. La CEO interina de PP, Bárbara Zdravecky, expresó a través de un comunicado la crítica realidad que impone la ley: “Al prohibir el aborto después de las seis semanas, se acelera la crisis de salud pública de nuestra nación”, señalando cómo esta legislativa obliga a muchas personas a seguir adelante con embarazos no deseados o a emprender largos viajes en búsqueda de atención esencial. Florida ahora forma parte de un grupo de 21 estados que restringe el acceso al aborto, afectando a más de una de cada tres mujeres y personas de la comunidad LGBTQ+.
La nueva ley no solo limita drásticamente el acceso al aborto, sino que, además, establece excepciones únicamente en casos de violación, incesto y tráfico humano, con la condición de presentar reportes policiales o una orden judicial, además de situaciones donde esté en riesgo la vida de la madre o se detecte una anomalía fatal en el feto. Estas medidas han llevado a organizaciones y colectivos a buscar alternativas para contrarrestar los efectos de la ley.
Modificación a la ley se votará en noviembre
En un intento por revertir los impactos negativos de esta restricción, el grupo activista Floridians Protecting Freedom logró una victoria significativa al conseguir que la Corte Suprema estatal apruebe un referéndum para noviembre. En él, se votará una enmienda constitucional que busca proteger el acceso al aborto, “sin interferencia de los políticos”. Lauren Brenzel, directora de campaña del grupo, en su declaración a EFE, enfatizó la luz de esperanza que representa esta enmienda: “Elimina esta decisión antes de que muchas sepan que están embarazadas”.
Aunque las encuestas muestran un panorama dividido, con un 64% de los floridanos apoyando el derecho al aborto según Planned Parenthood, y otra encuesta de la Florida Atlantic University señalando que solo el 49% apoya la enmienda constitucional, con un 32% indeciso, el debate continúa abierto. La portavoz de Planned Parenthood en Florida, Clara Trullenque, reconoció la incertidumbre del resultado electoral debido a la diversidad política del estado, aunque remarcó el apoyo existente hacia el derecho al aborto entre la población.
La enmienda propuesta especifica que “Ninguna ley prohibirá, penalizará, retrasará o restringirá el aborto antes de la viabilidad”, subrayando la autonomía en la toma de decisiones de salud reproductiva sin cambios en la autoridad legislativa para la notificación a padres o tutores en caso de que una menor de edad decida abortar. Este debate en Florida no solo refleja la profunda división en el país sobre el tema del aborto post-Roe v. Wade, sino también la complejidad de los derechos reproductivos en juego. La situación de Florida, con la inminente prohibición de seis semanas y el referéndum de noviembre, representa un momento crítico en la lucha por el acceso al aborto en Estados Unidos.