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Entre 2015 y 2022, la periodista Katherine Corcoran viajó a Veracruz para intentar dilucidar las razones detrás del asesinato de la reportera Regina Martínez en 2012. Realizó una gran cantidad de entrevistas con el objetivo de conseguir más detalles al respecto. Tras muchos ires y venires, lo que pensó que serían tan solo unos años de investigación, terminó convirtiéndose en uno de los trabajos más arduos y exhaustivos de su carrera.
El resultado de todo esto lo ha reunido recién en el libro “In the Mouth of the Wolf”, publicado por el sello Bloomsbury, en Estados Unidos, dando cuenta de la investigación que hizo sobre el homicidio de Martínez.
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En aquellos años, Corcoran era corresponsal de la Associated Press para México y Centroamérica. Para cuando Martínez fue hallada muerta en su casa, otros seis periodistas habían sido asesinados en el país.
Regina Martínez se había comprometido a investigar una serie de casos de corrupción. Como era una de las reporteras más respetadas de México, tenía la mira de todos los poderosos encima. Con apenas 48 años había conseguido agitar las aguas de la tranquilidad de más de un político corrupto.
La versión oficial de las autoridades sostuvo que la periodista había sido asesinada por dos hombres a quienes ella conocía y, al parecer, con uno de ellos mantenía una relación sentimental. Colegas y personas cercanas a Martínez consideraron esta idea como improbable, y aseguraron que la investigación judicial estuvo llena de irregularidades.
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Los dos supuestos responsables del asesinato de la periodista eran apenas chivos expiatorios, según concluye Corcoran en su libro. Uno de ellos se encuentra pagando una condena de 38 años de prisión, mientras que el otro está desaparecido.
A raíz de esta y otras inconsistencias, la periodista amplió su investigación y, en el camino se encontró con varios baches. Sin importar que ruta tomara, siempre regresaba al inicio. Se vio muchas veces frente a un artículo publicado por el medio Proceso que señalaba a dos políticos con altos cargos en el Estado de tener vínculos con el crimen organizado de Veracruz: Reynaldo Escobar, quien se desempeñaba como fiscal estatal, y Alejandro Montano, exsecretrario de Seguridad Pública.
El artículo no estaba firmado por Martínez, sino por Jenaro Villamil, a quien tiempo después de lo ocurrido, la propia Corcoran entrevistó. Las preguntas no paraban de aparecer.
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El libro de Corcoran es un intento por llamar la atención sobre lo que sucede en México con el poder del crimen organizado. El hecho de que la investigación haya sido publicada en Estados Unidos y no en su país natal tiene que ver con que en este último gran parte de la prensa es controlada por el Gobierno y los pocos medios independientes que le hacen frente a los corruptos, son amenazados constantemente.
“Mi libro tiene, para mí, un mensaje más grande sobre la prensa y la libertad de expresión. Quería contar la historia de Regina al resto del mundo y explicar qué pasa en una sociedad cuando se acalla a la prensa. En México, por décadas, la mayoría de la prensa estuvo controlada por el partido. Ahora México está saliendo de esto y está intentando crear una prensa independiente de verdad. Todavía hay corrupción y mucha desconfianza entre los periodistas, pero desde mi punto de vista, el periodismo independiente y de investigación en México ha mejorado bastante en los últimos 10 o 15 años, dijo la autora en entrevista con El País.
Son cerca de 336 páginas las que componen “In the Mouth of the Wolf”, un libro más que necesario en una época en la que la libertad de prensa reclama su derecho a gritos, y propone una mirada profunda sobre el oficio de los reporteros que se atreven a pisar campo minado en su día a día. Lo que consigue Katherine Corcoran aquí es reflexionar, de la mano de los lectores, en torno al silencio impuesto por mafias y gobiernos, el intento de limitar la libre expresión.
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