El canciller colombiano, Luis Gilberto Murillo, se prepara para viajar a Caracas esta semana como veedor electoral en las controvertidas elecciones presidenciales de Venezuela, programadas para este domingo 28 de julio.
Aunque la fecha exacta de su llegada permanece en secreto, tres fuentes de la Cancillería de Colombia confirmaron la misión al medio internacional CNN, generando expectativas y tensiones en ambos países.
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Aunque no solo ha sido el canciller colombiano, de acuerdo con información revelada por otros medios las figuras de izquierda, el expresidente de Argentina Alberto Fernández y el excanciller de Brasil Celso Amorim, también irán a Caracas, la capital de Venezuela, con intensión de estar presentes en la elecciones presidenciales del 28 de julio.
Vale resaltar que durante el mes de mayo, Murillo indicó la intención de movilizar personas que pudiesen verificar el proceso electoral que definirá si Maduro continúa con otro período más de su régimen o si finalmente Venezuela toma nuevos rumbos políticos.
“Teníamos la intención, obviamente de poder enviar unos observadores técnicos, tuvimos conversaciones con la Misión de Observación Electoral (…) sin embargo, por el tiempo no se podía estructurar una observación con las características técnicas que exigía la MOE”.
En un ambiente de alta tensión y expectativas, el Gobierno colombiano, bajo la dirección del presidente Gustavo Petro, ha decidido militarizar las fronteras con Venezuela en vísperas de las elecciones presidenciales del vecino país el próximo 28 de julio. Esta decisión coincide con el anuncio de las autoridades venezolanas de mantener abiertos los puntos fronterizos durante la contienda electoral.
El Ministro de Defensa de Venezuela, Vladimir Padrino, emitió una resolución que establece un estricto control del movimiento fronterizo entre el 26 y el 29 de julio, según informó Blu Radio. Esta medida tiene como objetivo prevenir cualquier amenaza a la seguridad durante el proceso electoral. La resolución indica una rigurosa supervisión de todas las vías de tránsito – terrestres, aéreas y marítimas – y prohíbe el porte de armas, la venta de bebidas alcohólicas y las concentraciones públicas.
El documento especifica que el Comando Estratégico Operacional de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (Ceofanb) implementará controles exhaustivos para garantizar la integridad de las fronteras. Los controles se establecerán desde las 12:01 a. m. del 26 de julio hasta las 11:59 p. m. del 29 de julio. Además, se prohíbe el porte de armas de fuego y blancas, el consumo y distribución de bebidas alcohólicas, así como las reuniones y manifestaciones que puedan interferir con el desarrollo normal del acto electoral.
En respuesta a esta situación, Colombia ha decidido reforzar su presencia militar en los 2.341 kilómetros de frontera que comparte con Venezuela, con el objetivo de proteger la soberanía nacional y prevenir posibles repercusiones de la situación política venezolana en territorio colombiano. Los puntos de paso fronterizo principales, como el Puente Internacional Simón Bolívar y otros ubicados en Norte de Santander, Arauca y La Guajira, han sido especialmente vigilados.
Cuáles son los riesgos que puede tener el ejercicio electoral en Venezuela
Las elecciones presidenciales en Venezuela, programadas para el 28 de julio, enfrentan múltiples riesgos que podrían afectar su legitimidad y desarrollo. La tensión política es alta, con un clima de enfrentamiento entre el régimen de Nicolás Maduro y la oposición, encabezada por Edmundo González Urrutia. Las medidas estrictas de control fronterizo y de seguridad interna, como la prohibición del porte de armas y de concentraciones públicas, indican la posibilidad de disturbios o violencia.
Además, la inhabilitación de líderes opositores como María Corina Machado levanta sospechas sobre la equidad del proceso electoral. Las restricciones en la libertad de prensa y la falta de observadores internacionales imparciales también son preocupaciones significativas. Estos factores, combinados con la crisis económica y social que atraviesa el país, podrían llevar a un ambiente de incertidumbre y desconfianza en los resultados electorales, afectando la estabilidad de la región.