El Frente de Guerra Occidental Omar Gómez del Ejército de Liberación Nacional (ELN) ha anunciado un paro armado indefinido en diversas zonas del departamento del Chocó, a partir del próximo 11 de agosto.
En su comunicado, el ELN explicó que la medida responde a la creciente confrontación armada en la región, particularmente en los ríos San Juan, Sipí y Cajón, así como en la carretera que conecta Nóvita con Torrá. Este anuncio afecta directamente a los municipios de Istmina, Sipí, Nóvita y Medio San Juan.
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El ELN acusa al Clan del Golfo y a las Fuerzas Militares y de Policía de utilizar embarcaciones de la población civil para movilizarse, lo que, según ellos, pone en peligro la seguridad de los habitantes. “Los paramilitares del Clan del Golfo, en el río San Juan, en contubernio con las Fuerzas Militares y de Policía, permiten de manera cómplice que estos mercenarios estén utilizando embarcaciones de la población civil para movilizarse, colocando en riesgo a la población y a sus bienes”, afirmaron en uno de sus comunicados.
Adicionalmente, el ELN ha denunciado que estas fuerzas están extorsionando a los trabajadores del territorio, cobrando por todo tipo de cargas, ya sean víveres, combustibles u otros insumos transportados por las embarcaciones, lo cual impacta directamente a los pobladores más humildes. Esta situación genera una presión económica adicional sobre las comunidades ya afectadas por el conflicto armado.
El grupo guerrillero también cuestionó el rol del Estado en la protección de la población, acusando a las unidades militares de alinearse con los intereses de los paramilitares y de respaldar megaproyectos que, según el ELN, contribuyen al saqueo y despojo de las tierras en la región. “El Estado no está cumpliendo con su función constitucional de proteger a la población, y acusa a las unidades militares de alinearse con los intereses de los paramilitares y respaldar megaproyectos”, subrayó el grupo en su declaración.
Ante esta situación, el ELN ha decretado el paro armado indefinido, argumentando que es una medida “preventiva” para evitar que la población civil se vea afectada por los combates que se vienen desarrollando en el área.
A pesar de la “no ofensiva”, el ELN estaría detrás de ataque a estación de Policía en el Cauca
La madrugada del viernes 9 de agosto, el municipio de San Sebastián, en la región sur del departamento del Cauca, fue atacado por hombres armados. Según el medio Periódico Virtual, estos individuos, presuntamente integrantes del Ejército de Liberación Nacional (ELN), comenzaron su ofensiva alrededor de las 3:30 de la mañana, atacando la estación de Policía local y una sede del Banco Agrario.
Carlos Gómez, uno de los testigos del ataque, relató que las detonaciones se escucharon por todo el municipio. “A eso de las 3:10 de la mañana me disponía a viajar a Popayán y estaba en el sector donde salen los carros, cuando empezaron a disparar. Me tocó devolverme a la casa para protegerme. Ya después, como a las 6:30, dijeron en los grupos de WhatsApp que se trataba de un asalto al Banco Agrario”, comentó Gómez al medio Periódico Virtual.
Durante el asalto a la entidad bancaria, se colocaron y detonaron cargas explosivas tanto en la entrada como en el cajero automático. Los agresores lograron acceder al interior del banco y se llevaron una cantidad aún no determinada de dinero. Posteriormente, huyeron en una camioneta en dirección al corregimiento de Valencia.
Las autoridades locales, con el apoyo del Ejército, cerraron el área alrededor del Banco Agrario para asegurar la zona y proteger a la comunidad mientras verificaban la posible presencia de más explosivos dejados por los atacantes. “No sabemos cuántos se llevaron, pero dejaron unas bolsas negras en las oficinas y no sabemos si contienen explosivos”, explicó Carlos Gómez.
El gobernador del departamento del Cauca, Octavio Guzmán, también se pronunció sobre el ataque, destacando la preocupación y el trabajo en conjunto con las fuerzas de seguridad para restablecer la tranquilidad en la región. Al cierre del reporte, no se tenía claridad sobre el número de heridos o víctimas fatales derivados del enfrentamiento.