Gisèle Pelicot ha solicitado que su juicio no se celebre a puerta cerrada, con la esperanza de que el proceso sirva “para que la vergüenza cambie de bando”. Sin embargo, el Tribunal de lo Criminal de Vaucluse decidió este viernes que la prensa deberá ausentarse cada vez que se proyecten los vídeos de las violaciones que sufrió durante casi una década.
Fue la propia Gisèle quien dio permiso para que se reprodujesen las grabaciones que su exmarido almacenó durante años en una carpeta titulada “abusos”. Organizaba con fecha y nombre las visitas de las decenas de hombres que acudieron para mantener relaciones sexuales con Gisèle, cuando esta se encontraba inconsciente. La mujer los considera una “prueba irrefutable” de las violaciones múltiples organizadas por Dominique Pelicot.
Según sus deseos, los vídeos comenzaron a visionarse el pasado miércoles tan solo en la sala principal de audiencias y ante la prensa, pero sin permitir su difusión más allá de las paredes del tribunal. Así, los periodistas podían acceder a la sala, pero sin cámaras, para poder narrar lo sucedido. En esa ocasión prestaron declaración dos de los acusados de haber violado a Pelicot mientras estaba inconsciente debido a los ansiolíticos administrados por su esposo, Dominique Pelicot. El juicio también se centró en el caso de uno de estos hombres, Cyrille D., de cincuenta y cuatro años, acusado de violar a Gisèle la noche del 2 al 3 de septiembre de 2019. El acusado admitió que la víctima estaba dormida, pero creyó que había tomado medicación “para estar relajada”.
Sin embargo, el pasado viernes, el presidente del tribunal, Roger Arata, decidió limitar el visionado. Su intención, según expresó, es proteger la dignidad de la demandante. “Esas imágenes son indecentes y chocantes para el público”, aseguró. A partir de ahora, los periodistas no podrán estar presentes mientras se reproducen estas imágenes, base principal de la acusación en el proceso judicial.
Tampoco permitirá que los vídeos se retransmitan de forma sistemática, para ver las imágenes relativas a cada acusado antes de su declaración. Fue una petición del fiscal del caso, a la que se oponían todos los abogados de la defensa a excepción de Béatrice Zavarro, representante de Dominique Pelicot.
“Estamos protegiendo la indignidad”
La decisión no ha sido bien recibida por los abogados de Gisèle Pelicot, que recordaron que fue su clienta la que solicitó un juicio abierto. “Cuando escuchamos que hay que proteger la dignidad de la señora Pelicot y la dignidad de los acusados cerrando finalmente las puertas de la sala cuando se emitan esos vídeos, en realidad es difícil no sentir que estamos protegiendo la indignidad”, expresó el abogado Stéphane Babonneau.
Por su parte, el letrado Antoine Camus añadió que Gisèle deseaba audiencias públicas “porque a nivel personal no espera nada de este juicio. Su vida está destruida y su ambición ahora es intentar cambiar la sociedad, en particular por el bien de sus nietos”. “La defensa argumentó que estos vídeos molestarían a la prensa, que a ellos mismos no les gustaría verlos y que se los están imponiendo”, añadió.
*Con información de EFE