En este último trimestre del año, el Gobierno iniciará las negociaciones para subir el Salario Mínimo Interprofesional (SMI) en 2025, un aspecto que se regula por real decreto del Ministerio de Trabajo y que no requiere de la complicada aprobación parlamentaria. Un año más, el debate girará en torno a si el SMI neto ha alcanzado ya el 60% del salario medio neto, como recomienda el Comité Europeo de Derechos Sociales (CEDS) en su interpretación de la Carta Social Europea revisada, ratificada por España en 2021.
Las opiniones de los agentes sociales y del propio Gobierno en torno a esta cuestión definirán la referencia que se usará para subir el SMI, aunque si se sigue el criterio del CEDS la actualización debería estar acompasada con el crecimiento del resto de los salarios, que está siendo mayor que el de los precios. El Índice de Precios al Consumo (IPC) marca una inflación media en los ocho primeros meses de 2024 del 3,1% y varios centros de estudios ya anticipan una inflación inferior al 3% en el conjunto del año. En contraste, el coste salarial por trabajador publicado en la Encuesta Trimestral de Coste Laboral (ETCL) ascendió un 3,7% en el primer trimestre del año.
El próximo dato de la ETCL, que se usará para las discusiones sobre el SMI, se publica el próximo martes 17 de septiembre y se espera que continúe por encima de los precios y de las subidas pactadas en convenios, que ascienden a un 3% hasta agosto. No obstante, estos datos de salarios no son lo suficientemente completos.
La ETCL no incluye al sector agrícola y la estadística de convenios no refleja las subidas pactadas individualmente o las efectuadas por un trabajador al cambiar de empresa o de sector. Los datos definitivos sobre salarios, los de la Encuesta de Estructura Salarial del INE, se publican con más de dos años de retraso, lo que dificulta el debate sobre las subidas del SMI y su relación con el 60% del salario medio.
El secretario general de CCOO, Unai Sordo, ya adelantó en una entrevista con Infobae España que propondría una subida del SMI para 2025 acorde con el resto de los salarios, y así lo ha defendido también este jueves en declaraciones a TVE. El auge en la creación de empleo en sectores de mayor valor añadido, relacionados con la digitalización y con profesiones técnicas, está impulsando el crecimiento salarial y permitiendo ganancias de poder adquisitivo.
Bruselas exige un criterio definido para actualizar el SMI
El SMI ha subido un 54% entre 2018 y 2024, pero el Gobierno no ha seguido un sistema de actualización homogéneo. La cifra ha sido elegida aleatoriamente cada año, fruto de la negociación con los agentes sociales y entre los ministerios del propio Ejecutivo. En 2024, se escogió un 5% tomando como referencia la cifra señalada por el INE en la ETCL, pero no se convocó a la comisión de expertos, que fue la que propuso la subida del 8% de 2023 en función del IPC y de un cálculo complejo con las tres estadísticas citadas de salarios.
Este año, o como máximo el siguiente, la forma de actuar debería cambiar debido a la directiva europea de salarios mínimos, aprobada en 2022 y que España debería transponer antes del 15 de noviembre de 2024. Esta norma obliga al Gobierno a poner fin a los criterios cambiantes y hacer permanente la comisión de expertos porque, según establece, los estados tienen que elegir entre indicadores internacionales o nacionales para calcular las subidas del SMI y deben crear “uno o varios órganos consultivos” que asesoren al Ejecutivo al respecto.
“Los salarios mínimos se consideran adecuados si son justos en relación con la distribución salarial en el Estado miembro de que se trate y si proporcionan un nivel de vida digno”, afirma la directiva. En este sentido, sugiere una amplia gama de ratios a utilizar para las subidas periódicas: referenciarlo a los salarios medios brutos, netos o a la mediana salarial; o, en el ámbito nacional, ligarlo con el umbral de la pobreza o con el poder adquisitivo.
El SMI de España es el séptimo más alto de la UE
En el panorama europeo actual, cinco estados miembros aún no tienen salario mínimo (Dinamarca, Italia, Austria, Finlandia y Suecia), aunque lo deberán establecer en cumplimiento de la directiva. Además, ningún país cumple con la equivalencia del 60% del salario medio, según los últimos datos actualizados por Eurostat. El que más se acercó en 2023 es Eslovenia, cuyo salario mínimo supuso el 55,7% de su salario medio, y le siguieron Portugal (54,7%); España (54,1%) y Luxemburgo (49,9%).
El SMI asciende en España a 15.120 euros brutos al año en 2024, con lo que se sitúa como el séptimo más alto de la UE, detrás de Alemania y de Francia. No obstante, cae al octavo puesto si se consulta el ranking de poder adquisitivo. En los últimos años, muchos países han aumentado la brecha entre su salario mínimo y sus salarios medios, al contrario de lo sucedido en España, donde el SMI cada vez se acerca más al 60% del salario medio.