El vicepresidente de la Junta de Castilla y León, Juan García-Gallardo, ha garantizado que el “amago” de proyecto de autonomía leonesa contará con su oposición, una idea que ha basado en el “grave error” de la organización territorial de España que ha llevado a que “lejos de aprender del fracaso” se “insista en agravar el problema”.
García-Gallardo ha centrado parte de su comparecencia de mitad de legislatura ante la Comisión de Presidencia de las Cortes y su primera intervención tras su baja por paternidad en esta cuestión, sobre la que ha recordado que “León hizo grande a España”.
“Estoy convencido de que León merece algo mejor que un defensor del pueblo autonómico, un consejo consultivo propio y otro parlamento, a pesar de ser como todos reconocemos, incluidas las instituciones internacionales, cuna del parlamentarismo”, ha defendido García-Gallardo, quien ha reconocido que León ha sido “maltratado” durante “mucho tiempo”, un punto en el que ha recordado el “cierre injustificado y precipitado de minas y de centrales de producción de energía”.
No obstante, el vicepresidente ha considerado que para reparar determinados daños no es necesaria la creación de una comunidad autónoma propia sino “volver a creer en el potencial de León y facilitar su desarrollo económico”.
En este punto, García-Gallardo ha señalado que desde la Junta de Castilla y León ya se trabaja en este sentido con un “incremento notable” de las inversiones” en cada presupuesto. “Todo lo demás es confusión, aparte de ruido innecesario e inútil, que no hace más leoneses a quienes lo propician”.
“Nosotros seguiremos reivindicando nuestra patria grande que es España y, cada uno, su patria chica, insistiendo en la idea de que España fortalece su unidad desde la diversidad territorial y cultural, las banderas de León y de Castilla seguirán siendo siempre bienvenidas en los actos públicos en los que yo participe”, ha garantizado.
El vicepresidente ha reflexionado en su intervención sobre el origen de este problemas y lo ha situado en un modelo autonómico “que estimula la disgregación nacional, las tendencias centrífugas, y que ha contribuido al vaciamiento nacional”.
“Hoy vemos cómo todas esas tendencias se exacerban con demandas crecientemente inaceptables de los separatistas, lo cual demuestra que fue un grave error de origen la organización territorial de España”, ha zanjado.
