Gennaro Sangiuliano ha presentado su dimisión “irrevocable” como ministro de Cultura de Italia, admitiendo una relación extramatrimonial con la influencer y empresaria María Rosaria Boccia. Dicha decisión se produce a pesar del apoyo inicial de la primera ministra Giorgia Meloni, quien había rechazado su primera carta de renuncia, informó el diario italiano Corriere della Sera.
El jefe de Estado italiano, Sergio Mattarella, aceptó la dimisión de Sangiuliano y recibió esta tarde en una reunión a Meloni, que propuso como reemplazo para la cartera de Cultura a Alessandro Giuli, conocido en Italia por su carrera periodística y como personaje televisivo.
En su carta de renuncia Sangiuliano expresó: “Después de muchas reflexiones, en días dolorosos y llenos de odio hacia mí por parte de cierto sistema de medios de comunicación, he decidido dimitir irrevocablemente como ministro de Cultura”. Además aseguró que irá “al fondo del asunto (…) y tomará medidas contra quienes hayan publicado noticias falsas en los últimos días”.
El caso, conocido como “Boccia gate”, se hizo público después de que la propia Boccia difundiera una fotografía junto a Sangiuliano anunciando su nombramiento como asesora, un cargo que supuestamente el ministro nunca le concedió. Él ha negado desde entonces que la influencer, que lo acompañó en ocho viajes oficiales durante el verano, desempeñara dicho trabajo, y ha afirmado que sus gastos fueron pagados por él mismo.
La influencer también ha compartido documentos internos, audios, mensajes y billetes de avión enviados por el ministerio, intentando demostrar su participación en reuniones previas a la cumbre de ministros del G7 en Nápoles.
Sangiuliano, de 62 años y antiguo periodista de la cadena de televisión italiana RAI, ha destacado que la Corte de Auditores está valorando la posibilidad de abrir una investigación sobre el asunto: “Me alegro porque así tendré la oportunidad de demostrar que ni un solo euro de los fondos públicos ha acabado en manos de Maria Rosaria Boccia”, recogió Corriere della Sera.
Meloni, por su parte, ha agradecido a Sangiuliano su trabajo “extraordinario” y ha destacado que se trata de un “hombre honesto” que ha permitido al Gobierno italiano “alcanzar resultados importantes en la reactivación y valorización del gran patrimonio cultural italiano, incluso fuera de las fronteras nacionales”. “Las acciones para relanzar la cultura nacional continuarán”, ha puntualizado en un mensaje difundido a través de la red social X.
En el contexto de sus logros, Sangiuliano se ha mostrado orgulloso de las políticas culturales adoptadas, subrayando su revisión del sistema de contribuciones al cine para buscar más eficacia y menos despilfarro. Según sus palabras, este trabajo no puede verse empañado ni frenado por “chismes”.
El caso ha generado una polémica significativa, afectando también al gobierno de Meloni, quien inicialmente defendió a Sangiuliano. La influencia de Boccia en las decisiones ministeriales y la continua cobertura mediática, resultó en un caso de interés nacional.
La oposición italiana criticó fuertemente el suceso, calificándolo como un “vergonzoso culebrón”, después de que se lo viera en una entrevista televisiva, en la que pedía perdón a su esposa y a la primera ministra, revelando entre lágrimas su aventura con Boccia y reiterando que nunca utilizó dinero público en la relación.
Los partidos políticos de centro-izquierda denunciaron el incidente como un golpe a las instituciones públicas y pidieron la comparecencia de la primer ministra en el Parlamento. El Movimiento 5 Estrellas y la Alianza Verdes-Izquierda también acusaron el uso indebido de la televisión pública para intentar justificar la versión del ministro.
Mientras tanto, desde la coalición gubernamental liderada por Meloni y los partidos Forza Italia y Liga, se consideró que el asunto ya estaba “ampliamente aclarado”.
(Con información de Europa Press y EFE)