Berlín, 25 sep (EFE).- Varios buzos ucranianos, casi todos civiles, formaban parte de un supuesto comando dirigido por un exagente de la inteligencia ucraniana responsable del sabotaje contra el gasoducto Nord Stream, en una operación que contaba con el visto bueno del entonces jefe del Ejercito ucraniano, Valeri Zaluzhni, según publica este miércoles el semanario Der Spiegel,
Así, la publicación señala que según sus investigaciones, que salen a la luz en la víspera del segundo aniversario del ataque contra el gasoducto, la operación fue dirigida y planificada por Román Chernivski, exagente de la inteligencia ucraniana, quien conformó un equipo al que hizo recibir entrenamiento y finalmente envió a realizar la misión.
Un mando militar ejercía de autoridad a bordo del velero “Andrómeda”, fletado para la misión, y la tripulación incluía también un patrón y un ayudante, añade.
Der Spiegel afirma haber logrado averiguar en sus casi dos años de investigación la identidad de varias personas implicadas que hasta ahora tampoco habían sido señaladas, aunque por el momento no se darán a conocer sus nombres con el fin de que no caigan en el punto de mira de comandos asesinos rusos.
La operación, que costó casi 300.000 dólares y que, según fuentes internas, tuvo que ser financiada a nivel privado, fue presentada para su autorización al entonces jefe del Ejército ucraniano, Valeri Zaluzhni, quien dio su visto bueno, escribe la publicación, que destaca que el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, por contra, no fue informado.
Zaluzhni, por su parte, ha negado posteriormente en declaraciones públicas cualquier implicación en el sabotaje.
Según las informaciones de Der Spiegel, la idea de un posible sabotaje se fraguó ya años antes de la invasión rusa de Ucrania, pero volvió a ganar en intensidad tras el inicio de la guerra de agresión en febrero de 2022.
En un primer paso se buscaron buzos que pudieran operar a profundidades de hasta 100 metros y estuvieran dispuestos a asumir grandes riesgos para su salud.
El fin, al parecer, era causar graves daños a la economía de guerra rusa y privarla permanentemente de sus ingresos por miles de millones procedentes de las ventas de gas a Europa, escribe el semanario, que agrega que el grupo consideraba los gasoductos un objetivo militar legítimo.
El portavoz del Gobierno alemán, Steffen Hebestreit, rechazó hacer declaraciones sobre el sabotaje y se volvió a remitir al Fiscal Federal General, al cargo de las investigaciones.
Agregó que el canciller alemán, Olaf Scholz, siempre ha sido consistente en sus declaraciones en cuanto a que “quiere saber quiénes son los autores de este ataque”.
También dijo que se han dictado órdenes de detención, algo “normal en un Estado de derecho”, y que entonces deberá haber un juicio y al final del mismo, una sentencia.
A mediados de agosto, el fiscal general federal Jens Rommel emitió una primera orden de detención contra un ciudadano ucraniano, identificado como Volodímir Z. y que vive en Polonia, por su supuesta vinculación con el sabotaje.
Según una investigación conjunta de la televisión pública ARD, el periódico Süddeutsche Zeitung y el semanario Die Zeit, Volodímir Z. y otro dos ciudadanos ucranianos, un matrimonio identificado como Yevguen y Svitlana U., responsables de una escuela de buceo, están supuestamente implicados en el sabotaje. EFE
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