Ramón Orosa
Bilbao, 29 abr (EFE).- La derrota ante el Atlético de Madrid en el Civitas Metropolitano dejó al Athletic con escasas posibilidades de clasificarse para la Liga de Campeones y ya prácticamente concluida una temporada en todo caso sobresaliente e histórica por la Copa conquistada y la Gabarra surcando la Ría 40 años después.
El 3-1 frente al Atlético alejó enormemente al Athletic de un billete para la Champions, ya que le dejó a seis puntos del equipo colchonero en una clasificación en la que los madrileños son cuartos y los bilbaínos quintos.
El conjunto de Ernesto Valverde viajó a Madrid con la idea de superar al de Diego Pablo Simeone en la tabla, ya que, de ganar, hubiesen empatado a puntos con los del Cholo y le hubiesen superado en los enfrentamientos directos tras el 2-0 de la primera vuelta en San Mamés.
Pero el 3-1 no solo se lo impidió sino que incluso traspasó la ventaja en esos duelos directos a un Atlético que cuenta con un +23 en el diferencial de goles general (62/39). El Athletic se queda con un +20 (53/33) que hace que, a cinco jornadas del final del campeonato, la distancia a enjugar por los ‘leones’ sea de seis puntos más ese diferencial.
Mucha diferencia con solo 15 puntos por disputarse y ante dos calendarios similares. El Atlético tiene que visitar hasta final de curso a Mallorca, Getafe y Real Sociedad y recibir por medio a Celta y Osasuna. Al Athletic le esperan viajes a Getafe, Vigo y Vallecas y visitas a ‘La Catedral’ de Osasuna y Sevilla.
Todos esos encuentros los acomete el Athletic ya con la seguridad de la temporada hecha. Un curso que quedará en la memoria por la final de Copa del Rey ganada 40 años después -¡por fin!, piensan sus seguidores- y la Gabarra surcando la Ría, también cuatro décadas después, para celebrarlo.
Fue un triunfo de alivio que desbordó la alegría en Bilbao, Bizkaia y otros rincones ‘athleticzales’. Antes de ese estallido de felicidad en Sevilla ante el Mallorca en una tanda de penaltis para el recuerdo, al certificar su presencia en esa undécima final en quince años, el Athletic se había clasificado para la Supercopa de España.
El único trofeo que había ganado en lo que iba de Siglo XXI. Lo había hecho dos veces, ambas superando al gran Barcelona de Leo Messi, en 2015 y 2021. En la última ocasión ganando también al Real Madrid en semifinales.
Por lo demás, el Athletic tiene asegurada también la participación en la próxima Liga Europa, un torneo que el club bilbaíno adora y que sueña con conquistar alguna vez. De momento, dos finales y las dos perdidas en 1977 y 2012.
Aunque si un año puede soñar con levantar ese trofeo es en 2025, ya que la final será en San Mamés. En principio el 21 se mayo, fecha ya instalada en el subconsciente de los aficionados rojiblancos, que no dejarán de citarla hasta que sea ya un imposible. Si es que lo acaba siendo, que esperan que no.
Además de ese billete europeo el Athletic tiene ya casi asegurada también la quinta posición de la tabla, en la que aventaja con claridad a sus perseguidores. A la Real Sociedad la supera por siete puntos, al Betis por nueve y al Valencia por un mínimo de ocho a la espera de lo que haga hoy en Montjuic.
Muy difícil también que se le escape al equipo de Valverde una quinta plaza en la que ha estado instalado buena parte del campeonato. Aunque también es cierto que según se acercaba la final, en ella y más aún posteriormente, tanto el juego como los resultados rojiblancos han caído.
El Athletic encadena cuatro partidos sin ganar en liga y sumando solo dos puntos en ellos. Una racha a la que podría sumarse la final de Copa, que acabó 1-1 tanto en el tiempo reglamentario como en la prórroga.
Si bien la derrotas fueron en dos campos en los que contaba con ellas, el Bernabéu y el Metropolitano, y los empates en dos choques en San Mamés que perfectamente pudo haber ganado ante Villarreal y Granada, lo cierto es que las prestaciones no fueron las de meses anteriores.
En ese sentido, a jugadores claves en el curso como Iñigo Ruiz de Galarreta, Oihan Sancet y, sobre todo, Iñaki Williams, la temporada se les está haciendo un poco larga y ya no llevan a su equipo en volandas como cuando le dirigieron al inicio de curso a la parte alta de la tabla y después a la final de Copa.
Por quedarle al Athletic hasta final de curso, le queda luchar todo lo que pueda por una última plaza de Champions ya muy alejada, certificar la quinta que se ha merecido este año y también despedir a sus ilustres veteranos como está haciendo.
Las despedidas a Raúl García y al capitán Iker Muniain están siendo muy emotivas y a la altura de las figuras y el comportamiento de ambos. Y no se espera menos de las de, si se dan, Oscar de Marcos, Dani García y Ander Herrera.
En especial la de De Marcos, que tiene que decidir si, como seguro quieren el club y el entrenador por su condición de titular indiscutible y capitán junto a Muniain, continúa un año más o deja el fútbol, como ha sopesado en los últimos años, en lo más alto.
Temporadas para hacerlo como ésta no ha habido muchas. No ha empezado mayo y el Athletic ya ha rubricado un curso sobresaliente. EFE
ro/jmv/og
