Las discusiones entre el Gobierno y el Consejo Gremial Nacional (CGN) iniciaron con una sorpresiva declaración: “El presidente considera al sector privado como un aliado”. Estas palabras de Laura Sarabia, directora del Dapre, marcaron el intento de acercamiento en un contexto de reactivación económica, en contraste con los anteriores ataques del presidente Gustavo Petro contra el sector privado.
Durante el inicio de las conversaciones sobre estrategias económicas, Sarabia expresó que se identificaron cinco sectores “cruciales” para impulsar la economía nacional: turismo, agricultura, energía, transporte e infraestructura.
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Enfatizó la necesidad de mejorar la articulación y abordar los cuellos de botella, con la activación de mesas de trabajo para implementar nuevos proyectos y formular propuestas en colaboración con el sector privado y los entes territoriales. Su objetivo es claro: “disminuir la incertidumbre de las inversiones”.
La realidad económica es desafiante. Desde el segundo trimestre de 2023 hasta los primeros meses de 2024, el crecimiento económico no superó el 1%, y la inversión registró cinco trimestres consecutivos en números negativos. En este escenario, la alianza con el sector privado emerge como un elemento clave para la reactivación.
Bruce Mac Master, presidente del CGN y de la Andi, resaltó la importancia de crear condiciones propicias para que el sector privado pueda tomar decisiones. Señaló la necesidad de establecer un proceso rápido para identificar y apalancar proyectos de interés estratégico, facilitando la obtención de licencias y permisos y reduciendo el riesgo asociado.
El Gobierno también propuso una reforma tributaria y un esquema de inversiones forzosas para el sector financiero, dirigidos a sectores específicos. Estas iniciativas generaron opiniones encontradas. Mac Master señaló que la reducción de impuestos, en el contexto actual, parece poco probable debido a la compleja situación fiscal. Aumentar los impuestos, advirtió, podría llevar al país a una recesión.
En cuanto a las inversiones forzosas, Mac Master expresó su desacuerdo, argumentando que redirigir el ahorro colombiano hacia actividades con alto riesgo crediticio podría poner en peligro estos recursos.
Jorge Enrique Bedoya, presidente de la SAC, enfatizó que la seguridad física y jurídica es fundamental para la reactivación en áreas rurales. Aseguró que la inseguridad y las reformas legislativas afectaron estas zonas, y aunque espera una reactivación, reconoce que el proceso es urgente y complicado por factores adicionales como el fenómeno de La Niña.
La imprevisibilidad política también es un factor por considerar. Juan Fernando Cristo, nuevo ministro del Interior, aclaró que “no habrá constituyente, ni fast track, ni reelección”. Estas palabras, apoyadas por el ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla, buscan despejar el panorama y generar estabilidad.
Impacto a la economía
Los recientes acercamientos entre el Gobierno de Colombia y el sector privado revisten una importancia en un momento en el que la reactivación económica es una necesidad imperiosa. Estos diálogos buscan generar un ambiente de cooperación que permita superar la crisis económica que viene afectando al país, y cada paso hacia la colaboración representa una oportunidad para estabilizar y robustecer la economía nacional.
Los sectores identificados como prioritarios —turismo, agricultura, energía, transporte e infraestructura— son pilares de la economía colombiana. La cooperación en estos ámbitos facilitará la implementación de proyectos de gran envergadura a su vez que creará una sinergia que potenciará el crecimiento en otros sectores.
Además, la seguridad jurídica y física, especialmente en las zonas rurales, es un factor determinante para fomentar la inversión. La falta de seguridad puede disuadir inversiones y limitar el desarrollo económico. Por ello, es esencial que estos diálogos también aborden medidas para mejorar la seguridad, creando un entorno más favorable para los negocios y la inversión.
La importancia de una adecuada política fiscal también emerge en este contexto. La propuesta de una reforma tributaria y la crítica a las inversiones forzosas señalan la necesidad de encontrar un equilibrio que no inhiba el crecimiento económico ni la inversión privada. Las decisiones en materia tributaria deben ser tomadas con cautela para no ahogar la iniciativa privada ni llevar al país a una posible recesión.
Finalmente, la colaboración entre el Gobierno y el sector privado es vital para implementar “victorias tempranas” que sirvan como catalizadores de confianza y compromiso. Estos primeros éxitos son cruciales para marcar el camino hacia una recuperación sostenida y robusta, enviando señales a todos los actores económicos de que el país está en una trayectoria de crecimiento.