Si algo tienen ciudades como Barcelona, es la variedad. Desde una casa del terror con espectáculo incluido hasta un restaurante dedicado a Belén Esteban, las opciones de ocio y los puntos de interés gastronómicos se multiplican en la Ciudad Condal, donde el simple hecho de tomar una copa puede convertirse en toda una experiencia. La lista de bares curiosos en los que pasar un buen rato es muy larga y está llena de destinos que merece la pena tener en cuenta.
El Bosc de les Fades, ubicado en La Rambla, es uno de ellos. Anexo al famoso Museo de Cera de la ciudad, es uno de los bares más singulares del corazón de Barcelona, una cafetería donde disfrutar de un café o una copa en un ambiente de lo más singular. Desde su inauguración en abril de 1993, este establecimiento ofrece a locales y visitantes una experiencia única que combina una sencilla gastronomía y un ambiente fantástico.
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Al adentrarse en El Bosc de les Fades, los clientes se sumergen en un entorno mágico que emula un bosque encantado, repleto de árboles majestuosos, una cueva y decoraciones que capturan la esencia de un mundo habitado por hadas, brujas, enanitos y caballeros medievales.
Creado por la familia Alarcón, propietarios del Museo de Cera, este café-bar se ha mantenido con el paso de los años -ya más de tres décadas- como un tesoro local, conservando su encanto y misterio a través de su detallada decoración y su oferta gastronómica. Durante el día, este singular lugar invita a disfrutar de una selección de platos y bebidas en un ambiente mágico: desde un café y picoteo hasta la que muchos consideran la mejor hamburguesa de Barcelona. Por la noche, se transforma en un espacio ideal para relajarse y disfrutar de una amplia variedad de cócteles, vinos y ginebras.
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La propuesta gastronómica de El Bosc de les Fades es diversa y se adapta a todos los gustos. Los visitantes pueden deleitarse con platos como tortilla de patatas, variedad de croquetas, escalibada, empanadas, ensaladas de bonito, entre otros. Para acompañar, ofrece una selección de bebidas que incluye cervezas artesanales, cócteles de autor y cafés de diversos orígenes, extraídos de una máquina al estilo de la “belle époque”.
Dividido en diferentes salas, ambientadas con temáticas variadas, está lleno de rincones donde tomar una copa tranquilamente, en pareja o en grupo. El local sin duda ha estado y está presente en la vida de todos los barceloneses, aunque a día de hoy es un destino en gran medida turístico. A su ambiente se suma la banda sonora, que imita los ruidos del bosque con sonidos de grillos y otros animales nocturnos.
El Bosc de les Fades abre de lunes a domingo, ininterrumpidamente, de 10:30 a 00:30 h pero conviene ir a una hora de poca afluencia, ya que, en condiciones generales, no se realizan reservas de mesa.