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La expareja de los dos acusados que se pelearon en un bar de Miguel Esteban (Toledo) asegura que se habían amenazado

F.C.V., varón que esta siendo juzgado por presentarse en octubre de 2020 en el bar que su expareja –D.J.J.– regentaba en la localidad toledana de Miguel Estaban junto a dos amigos con la intención de acabar con la vida del actual novio de ella –C.C.C.–, mantenía un enfrentamiento con este, hostilidad que se habían expresado por redes sociales.

Así lo ha relatado D.J.J., que este martes ha declarado como testigo en la segunda sesión del juicio que, con tribunal de jurado, acoge la Sección Primera de la Audiencia Provincial de Toledo, que juzga a F.C.V. por un homicidio en grado de tentativa, y a C.C.C. por un delito de homicidio y otro de homicidio en grado de tentativa, por haber acabado con la vida de uno de los varones –L.F.V– que ese día entraron en el bar de Miguel Esteban para intentar matarle.

D.J.J., que ha asegurado mantener una relación de “normalidad” con los procesados –C.C.C. y F.C.V.–, ha señalado que estos, aunque no se conocían en persona, se habían amenazado por redes, en concreto por Facebook. “Vi algo. F.C.V. mandó un vídeo a C.C.C. y este se irritaría”.

“Tenían una disputa entre ellos. Se amenazaban mutuamente y C.C.C. estaba harto de amenazas. Dijo que algún día le iba a hacer algo, pero no me dijo qué”, ha dicho la mujer.

Tras asegurar que sus hijas tenían buen relación con C.C.C., que por entonces era su pareja, ha contado que durante los seis meses que ya llevaba con él, el padre de sus hijas no se metió en su relación, pero que el día de autos –el 30 de octubre de 2020–, cuando se presentó en su casa para llevarse a las menores, “iba demasiado bebido”.

“Se le cruzaron los claves”, ha indicado D.J.J., que ha confirmado que ese mismo día, cuando su expareja se llevó a las niñas a Talavera de la Reina, la llamó cuatro veces en tono amenazante e intimidatorio y le dijo que iba a reclutar a gente y volvería a Miguel Esteban, donde ella regenta el bar donde sucedieron los hechos, para “ir a por ellos”, en alusión a ella y a su novio –C.C.C–.

Dicho esto, ha recordado que un amigo de F.C.V. la llamó para informarla de que este, tras dejar a sus hijas en Talavera, estaba de regreso a Miguel Esteban. “Por eso llamé a la Guardia Civil, porque iba demasiado bebido desde por la mañana y algo iba a pasar. Tenía miedo. A mí nunca me ha hecho nada, pero a mi pareja sí le podía hacer daño”, ha reconocido.

Tras asegurar que los agentes de la Guardia Civil le dijeron que no podían hacer nada, que si tenían problemas volvieran a llamar, ha explicado que cuando el padre de sus hijas entró en el bar le preguntó por C.C.C. y ella le dijo que no estaba. “Pero al salir este del baño, se abalanzó sobre él”.

“Yo me metí entre los dos para intentar separarles y C.C.C. me cortó con un cuchillo de estos grandes. Pero no me enteré hasta que empecé a sangrar y mi hermano me retiró y me metió en cocina mientras se peleaban. Cuando me quise dar cuenta, mi hermano me dijo que había fallecido L.F.V. y que el padre de mis hijas agonizaba”.

Tras asegurar que desconocía que C.C.C iba armado, ha dicho que, de saber que este portaba un arma blanca, no se habría metido a separarles. Arma, que según ha aseverado, su novio había comprado a la vuelta de unas vacaciones. “Le gustan las navajas”.

Aunque no ha terminado de precisar el tamaño concreto del arma y tampoco se ha referido a ella como catana, ha dicho que C.C.C. la tenía en la habitación y “la saco ese día”.

Lo que no ha recordado D.J.J. es que a C.C.C. le gustase la pesca, extremo que este si manifestó en la sesión de este lunes, para justificar la presencia del arma homicida en el coche en el día de los hechos, pues según relató había estado de pesca.

F.C.V. LA AMENAZÓ CON QUEMAR SU CASA CON ELLA DENTRO

De forma previa ha testificado P.J.R., hermano de D.J.J., a quien el presidente del jurado absolvió por vínculos familiares de un delito de encubrimiento en la primera sesión de este lunes. Según la Fiscalía, tras presenciar los hechos ocurridos y con la finalidad de ayudar a C.C.C. en cuanto a eludir su vinculación con los hechos, P.J.R. “cogió el arma tipo catana o similar empleado por el acusado, escondiéndola sin que finalmente fuera recuperada”.

Este testigo ha relatado que, en la mañana de ese 30 de octubre de 2020, su hermana le envió un mensaje en el que le contaba que había tenido problemas con F.C.V., que la dijo que “quería acostarse con ella” y que habían tenido una discusión, porque quiso llevarse a las dos hijas de la pareja.

“La dijo que iba a prender fuego a su casa con ella dentro”, ha asegurado el hermano de D.J.J., que ha proseguido que fue el abogado del padre de sus sobrinas, que intentó hacerlo entrar en razón sin conseguirlo, quien les aviso de que este se dirigía de nuevo a Miguel Esteban, donde él, junto a C.C.C., preparaban la cena en el bar que su hermana regentaba.

“Estábamos preparando la mesa y entró F.C.V. dando voces. Le dijo a mi hermana que si tenía ese local allí era porque él se lo había puesto”, ha dicho el excuñado de uno de los dos procesados, que no ha sabido precisar si este estaba borracho. “No entró dando tumbos, aunque nos dijeron que estuvo toda la mañana bebiendo”.

Ha recordado que en el momento que C.C.C. salió del baño, F.C.V., que entró con otros dos varones, se acercó y “le acometió”. “C.C.C. solo se defendía, no tenía actitud de atacar, nada más que de defenderse”, ha señalado P.J.R., que no ha precisado de qué dimensión era el arma blanca que C.C.C sacó para repeler el ataque.

“Pensé que era un palo. Todo ocurrió muy deprisa. Estaban de espaldas a mi y no veía con claridad, hasta que L.F.V. se echó mano al cuello y le empezó a salir sangre”, ha indicado el hermano de D.J.J., que ha concluido afirmando no haber visto nunca la catana en el bar.

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