Las sequías en Loreto, provocadas por el descenso extremo en los niveles de agua del río Amazonas, han dejado embarcaciones varadas y han paralizado el transporte de alimentos y combustible.
Esta situación llevó al Gobierno de Dina Boluarte a declarar la emergencia en la región por 60 días debido al “peligro inminente ante déficit hídrico”.
La sequía no solo ha impactado el transporte de bienes esenciales; también ha afectado severamente la atención médica en la región. La capacidad de evacuación de pacientes con hidroavionetas ha disminuido en un 50%, y las hidroambulancias apenas operan al 75% de su capacidad, de acuerdo con la ONG Hombro a Hombro.
Enfatizan, además, en que es necesario reforzar la atención médica mediante el envío de especialistas, brigadas de respuesta rápida y con el equipo necesario para garantizar la salud de los ciudadanos.
“Además, se deben implementar casas de espera en Iquitos y otras localidades, así como asegurar el transporte de medicinas y agua clorada. Hacemos un llamado a la solidaridad y apoyo de las autoridades y la comunidad para enfrentar esta crisis de manera efectiva”, señaló la organización.
También reportan que el descenso del caudal de diversos ríos de la región ha complicado el traslado de personas y ha dejado comunidades enteras aisladas. La falta de acceso a alimentos y combustible ha llevado a que esta situación sea crítica.
La sequía ha traído consigo grandes desafíos no solo para la economía local, sino también para la salud pública y el medio ambiente. La declaratoria de emergencia por 60 días subraya la seriedad de la situación y la necesidad de una respuesta conjunta y efectiva.
La grave situación en Loreto se agrava aún más con la limitada capacidad logística para manejar emergencias sanitarias y otros desastres naturales. Los vuelos en helicóptero se han visto incrementados a 163 por mes para mover pacientes a los Centros Hospitalarios, lo que indica un aumento significativo en los recursos demandados para afrontar la crisis.
Continúa sequías en la Amazonía
Las alarmantes sequías en la Amazonía parecen superar la devastación registrada en el 2010. Según el Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología del Perú (Senamhi), los niveles de agua en los ríos Amazonas, Nanay e Itaya han alcanzado mínimos históricos que amenazan gravemente tanto a los ecosistemas como a las comunidades dependientes.
La situación es crítica en el distrito de Punchana, donde el Nanay presenta niveles sumamente bajos, con una reducción tan drástica que la profundidad del río en su desembocadura solo alcanza los 50 centímetros, cuando debería superarlos por varios metros. Así lo estableció Marco Paredes, jefe de Senamhi en Loreto, en entrevista con Panamericana T
“La parte más profunda del río Nanay debería tener tres a cuatro metros por encima del nivel actual, pero ahora no tiene ni 50 centímetros. Podemos pararnos en pleno cauce”, afirmó Paredes.
Asimismo, explicó que la disminución del caudal en los ríos varía entre 3 a 5 centímetros, acercándose a niveles críticos que podrían igualar o superar el récord de 2010.
El distrito de Punchana, que se encuentra al sur del curso Itaya, es una de las áreas más afectadas. Aquí la temperatura alcanza 34 grados Celsius, agudizando los efectos ya severos de la sequía. Una caída tan extrema en los niveles del Nanay obstruye actividades cotidianas como el transporte fluvial, y afecta gravemente la pesca y la agricultura, bases de subsistencia para la región. La Amazonía vive, de esta manera, una sequía hidrológica sin precedentes, con profundas implicaciones para la flora y fauna local.
“La profundidad debería ser mucho mayor, pero la realidad es que el río está prácticamente seco”, puntualizó Paredes, quien también recalcó el urgente llamado a medidas de mitigación y adaptación ante este fenómeno climático extremo.
