Los cuatro acusados de violar en grupo a una menor en una “casa de okupas”, tal y como ha descrito uno de ellos, en Palma han negado este lunes los hechos. “Nada es como se cuenta”, ha remarcado otro de los procesados.
La Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Baleares ha acogido este lunes la primera sesión del juicio, que sienta en el banquillo a cuatro hombres por una presunta violación grupal a una menor. Para todos ellos, Fiscalía pide penas que suman 240 años de cárcel.
Al inicio del juicio la magistrada ha reconocido el “inadmisible” retraso de esta causa y, seguidamente, una vez contempladas las cuestiones previas, se ha procedido a la declaración de los acusados, quienes únicamente han contestado a las preguntas de sus abogados.
El primero, a quien también se acusa de intentar vender a la víctima por 1.000 euros para prostituirla, ha negado los hechos alegando que “nada es como se cuenta”.
A preguntas de su letrado, el procesado ha admitido que conocía a la menor pero “de pasadas por el barrio” y ha negado haber mantenido relaciones sexuales con ella. De hecho, según ha apuntillado, se ofreció a hacerse las pruebas de ADN “voluntariamente”.
“Nada es como se cuenta. Éramos jóvenes, entrábamos y salíamos –de la casa okupa–, unos bebíamos alcohol y otros tenían relaciones con quien quería, pero nadie presionado”, ha contado al Tribunal, indicando también que la víctima “entraba y salía sola de la casa”, que “no tenía ni llaves”.
Además, sobre la menor, ha añadido que “se fugaba constantemente” del centro en el que estaba interna para irse con sus amigas o acudir al domicilio en la que presuntamente ocurrieron los hechos.
Contestando a su abogado, el hombre también que rechazado haber ofrecido a la chica para que ejerciera la prostitución. “Nunca, jamás”.
El segundo acusado, también respondiendo únicamente a su abogado, ha señalado que conoce al resto de procesados de ser “amigos del barrio”. Igualmente, ha rechazado que conociera antes del momento de los hechos a la víctima, a quien nunca había visto por la zona, según ha agregado.
El tercer encausado, quien ha tenido que detener su declaración por una indisposición que le ha obligado a abandonar repentinamente la sala, ha detallado que el domicilio de los hechos era “una casa de okupas”.
Además, ante la afirmación de Fiscalía de que usaron un palo para forzar la habitación en la que presuntamente se produjo la violación grupal, el hombre ha explicado que esa puerta se tenía que abrir con un palo. “No porque se tuviera que forzar, sino porque no había maneta para salir de la habitación; teníamos que abrir a veces con una cuchara porque no había maneta”, ha insistido.
El último acusado en prestar declaración ha negado, igual que el resto, los hechos, amparándose en que el día en cuestión se fue a casa porque su pareja le llamó. “No sé lo que ha pasado ni ha dejado de pasar”, ha relatado.
Seguidamente, se ha dado paso a la declaración de la víctima, que ha sido a puerta cerrada.
LOS HECHOS
La pena que pide la Fiscalía (240 años) es tan elevada al considerar a cada procesado autor de un delito de agresión sexual y cooperador necesario en la participación de otros tres, por tratarse de una violación múltiple de forma simultánea.
En concreto, el Ministerio Público pide para cada uno de ellos 15 años por su respectivas agresiones y otros 45 por colaborar en las acciones de los otros tres. Además, uno de ellos se enfrenta a siete años más de prisión por delito de favorecimiento de la prostitución, dado que supuestamente ofreció vender a la víctima por 1.000 euros para que ejerciera la prostitución.
Los hechos se remontan a enero de 2016. Según el escrito del fiscal, tuvieron lugar en el domicilio de uno de los procesados, en Palma. El Ministerio Público sostiene que los chicos entraron con la víctima en una habitación, forzando la puerta con un palo y le dijeron que debía mantener relaciones sexuales con todos ellos.
Siguiendo con el relato de la acusación, la chica se negó pero terminó manteniendo relaciones sexuales múltiples por miedo y ante la imposibilidad de defenderse.
Además, Fiscalía acusa al morador de la vivienda de haber ofrecido “vender” a la chica, por 1.000 euros, a un quinto acusado –en busca y captura– para prostituirla. Supuestamente, ambos llegaron a un acuerdo para repartirse las ganancias. Con todo, la menor no llegó a ejercer la prostitución.
El Ministerio Público recoge que la víctima, que tenía menos de 16 años en el momento de los hechos, quedó en estado de shock tras la violación múltiple y que como consecuencia de los hechos ha recibido tratamiento psicológico.
La acusación pública aprecia una agravante de trato vejatorio y actuación conjunta de varias personas.