Las historias de emprendimiento que surgen desde la necesidad revelan la fuerza de las personas para enfrentar las adversidades y encontrar soluciones.
Tal es el caso de Fiorella Contreras, una mujer peruana que creció viendo a su madre trabajar incansablemente en la venta de productos artesanales, sin acceso a financiamiento formal. Hoy dirige una fintech que ofrece créditos grupales a mujeres rurales en Perú, cambiando sus vidas y las de sus familias.
Ocurre que ‘Tappoyo’ ha logrado revertir un círculo de exclusión financiera, donde muchas mujeres rurales no tienen acceso a créditos debido a la informalidad de sus negocios.
Este caso demuestra que con innovación y tecnología es posible incluir a sectores históricamente marginados en el sistema financiero formal.
La inspiración
Fiorella Contreras nació en Tarma, Junín, y fue la menor de cuatro hermanos. Desde pequeña, ayudaba a su madre en la venta de productos artesanales. A los 8 años ya mostraba un espíritu emprendedor, vendiendo flores y productos de temporada como queques con chocolate.
Sin embargo, a pesar de su esfuerzo, su madre no lograba acceder a créditos debido a la informalidad de su pequeño negocio, lo que limitaba sus posibilidades de crecimiento.
A pesar de las dificultades económicas, Fiorella y sus hermanos lograron terminar sus estudios. A los 17 años, motivada por su hermano mayor, la joven decidió mudarse a Lima para estudiar administración bancaria. Su pasión por el emprendimiento y las finanzas creció durante esta etapa, y años después se graduó, lista para enfrentarse al mundo laboral.
Su primer gran paso fue trabajar en una startup extranjera, donde permaneció por más de una década. Durante este tiempo también estudió Ingeniería Industrial, lo que le permitió adquirir una amplia gama de habilidades en el sector financiero.
Después de 15 años de experiencia en la industria, Fiorella sintió que era el momento de seguir su propio camino como emprendedora.
Las riendas de su destino
Junto a su hermano Renzo, un experto en banca con más de dos décadas de experiencia, Fiorella decidió fundar un banco diferente, inspirado en la historia de su madre y en la necesidad de muchas mujeres rurales que, como ella, se enfrentan a la exclusión financiera.
Así nació en 2018 “Tappoyo”, la primera fintech en Latinoamérica dedicada a ofrecer créditos grupales a mujeres rurales, con el objetivo de empoderarlas y transformar sus vidas.
La misión de “Tappoyo” es clara: convertir a las mujeres invisibles en emprendedoras invencibles. Para lograrlo, la fintech utiliza un sistema de crédito colectivo llamado “Mujeres Pro”. Este modelo agrupa entre 8 y 15 mujeres emprendedoras de una misma localidad, que se registran en la plataforma de “Tappoyo”. En menos de cinco días, la fintech evalúa y desembolsa los créditos.
Bien chequeados
El uso de la tecnología, en particular la inteligencia artificial, fue clave en la creación de este sistema. La plataforma cruza información de diversas fuentes, tanto tradicionales como alternativas, para generar perfiles detallados de las solicitantes. Esto permite a “Tappoyo” evaluar de manera más precisa el riesgo y otorgar créditos de manera eficiente.
A pesar de los desafíos presentados por la pandemia, “Tappoyo” no se detuvo. Continuaron operando, participaron en programas de aceleración de startups y establecieron alianzas clave, como con la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID).
En 2021, lograron convertirse en la primera fintech en Latinoamérica en desembolsar préstamos grupales a mujeres en zonas rurales, realizando más de 1,100 operaciones de crédito en su primer año.
El reconocimiento por estos esfuerzos no tardó en llegar. En 2022, “Tappoyo” ganó el “Gran Desafío Kunan”, un premio que les otorgó un capital de 50,000 soles. Un año más tarde, también fueron galardonados en la categoría de Creatividad Empresarial en los Premios ODS, organizados por Perú Sostenible.
Crecimiento para todas
Los resultados de “Tappoyo” hablan por sí solos. El 70% de las beneficiarias son mujeres solteras, el 85% de ellas ha logrado renovar su crédito, y tres de cada diez han iniciado un nuevo emprendimiento. El impacto de esta fintech ha sido significativo, no solo en términos financieros, sino también en la transformación de las comunidades rurales.
El crecimiento de “Tappoyo” sigue en ascenso. Para 2024, la fintech planea aumentar su número de beneficiarias de 3,200 a 18,000, lo que implicará un desembolso total de más de 20 millones de soles. Además, tienen en mente expandirse internacionalmente, comenzando por Colombia en 2025.
Fiorella Contreras, al igual que muchas de las mujeres a las que apoya, comenzó desde abajo, enfrentando dificultades que parecían insuperables. Sin embargo, su visión y determinación la han llevado a convertirse en una pionera en el sector financiero, demostrando que con las herramientas adecuadas, cualquier mujer puede convertirse en una emprendedora invencible.
Más información:
¿Qué es una fintech y cuál es su mecanismo?
Una fintech es una empresa que utiliza la tecnología para ofrecer servicios financieros de manera rápida y sencilla. A través de aplicaciones o plataformas en línea, facilitan operaciones como pagos, préstamos, o inversiones, todo desde el celular o la computadora. A diferencia de los bancos tradicionales, estas compañías suelen ser más flexibles y tienen menos requisitos para acceder a sus servicios.
Para los emprendedores peruanos, las fintech son una excelente herramienta, ya que permiten obtener financiamiento sin tanta burocracia. Por ejemplo, un hombre y mujer de negocios puede solicitar un préstamo en una plataforma y, tras completar un formulario en línea, recibir el dinero en su cuenta en poco tiempo. Esto ayuda a muchos negocios a crecer más rápido y gestionar mejor sus finanzas, sin depender de los largos procesos bancarios.
Diferencias entre bancos y fintech en Perú
Los bancos tradicionales en Perú son instituciones financieras establecidas que ofrecen una amplia gama de servicios, como cuentas de ahorro, préstamos y tarjetas de crédito. Tienen sucursales físicas donde los clientes pueden realizar transacciones, consultar saldos y recibir asesoramiento.
Por otro lado, las fintech utilizan la tecnología para ofrecer servicios financieros de manera más ágil y accesible. Estas empresas suelen operar principalmente en línea, lo que permite a los usuarios realizar transacciones desde sus dispositivos móviles sin necesidad de visitar una sucursal. Además, se centran en servicios específicos, como préstamos personales o pagos digitales, y generalmente ofrecen tasas más competitivas debido a sus menores costos operativos.