Los Boston Celtics ganaron el segundo partido de las Finales de la NBA tras derrotar a los Dallas Mavericks por 105-98 en el TD Garden, gracias al gran encuentro del base Jrue Holiday con 26 puntos y 11 rebotes, frente al gran partido, otra vez sin premio, de Luka Doncic con un ‘triple-doble’ de 32 puntos, 11 rebotes y 11 asistencias.
Fue un choque mucho más igualado que el primer enfrentamiento entre ambos equipos, en el que la ventaja de los de Massachusetts nunca superó los 15 puntos. El primer cuarto finalizó con 28-25 en el marcador para los texanos, con 11 puntos de un Doncic que llegaba al encuentro tocado, pero que volvió a demostrar un nivel superlativo liderando a los suyos.
En el segundo acto, los locales se pusieron por delante para marcharse al descanso mandando 54-51. El base esloveno finalizó los primeros 24 minutos con 23 puntos en su casillero, pero la coralidad de los Celtics, con un imparable Jrue Holiday, con 17 puntos liderando la maquinaria, le dio la vuelta al choque.
Nada más salir de vestuarios, los de Boston estiraron su renta hasta situarse por encima de los diez puntos, tras varias buenas acciones de Jayson Tatum y Jaylen Brown, frente a unos Mavericks donde nadie acompañó a Doncic en su lucha contra los de Joe Mazzulla. Payton Pritchard puso el colofón ideal con un triple desde más de medio campo que situó el 74-83 a falta del último periodo.
En el último cuarto, los Mavericks trataron de seguir acercándose en el marcador, y no le perdieron la cara al partido, pero la distancia no les permitió en ningún momento soñar con la victoria. A falta de 3:32, los locales vencían 103-89, dando prácticamente por certificado el 2-0 en la eliminatoria.
Sin embargo, un parcial de 0-9 en los siguientes minutos, les hizo acercarse al milagro, aunque una canasta de Jaylen Brown le puso la rúbrica al choque. Los Mavericks tratarán de poner el 2-1 en la serie en la madrugada del próximo miércoles al jueves a las 2:30 hora española, en el American Airlanes Center, frente a unos Celtics que querrán dar un tercer paso, casi definitivo para hacerse con el título.