Poco después de que la Ley Bases y el paquete fiscal obtuvieran media sanción en la Cámara de Diputados, el presidente Javier Milei se mostró optimista respecto del futuro de la economía en la Argentina y reveló que “en algún momento del año” el Gobierno va a abrir el cepo, aunque aclaró que para eso primero hay que “hacer unas cuantas cosas”, entre las que estaría una modificación del sistema financiero.
En el último tiempo, el mandatario nacional mencionó en varias entrevistas radiales y televisivas que, si bien su idea es abrir el mercado de cambios lo antes posible, solamente lo va a impulsar cuando haya cierta garantía de que la medida no va a provocar una corrida bancaria.
“Yo sería bastante prudente, pero estamos haciendo cosas muy en esa dirección. Ahora ampliamos el Bopreal para que aquellos que tienen dividendos atrapados empiezan a encontrar una salida y, al mismo tiempo, estamos bajando fuerte la tasa de interés”, expresó este miércoles en diálogo con los periodistas Luis Majul y Esteban Trebucq en El Observador.
En este sentido, el jefe de Estado remarcó que “lo más importante de la Ley Bases es que afecta la dinámica de largo plazo de la economía argentina”, por lo que la iniciativa que está debatiendo el Congreso sería uno de los puntos importantes en el plan de la actual administración.
De acuerdo con lo que precisaron a Infobae fuentes del equipo económico de Milei, la idea de esta gestión sigue siendo ir hacia una competencia de monedas que derivaría en una dolarización, aunque para eso sería necesario avanzar con una reforma del sistema financiero que, no obstante, no vendría a través de otra ley, sino mediante “herramientas que fomenten por sí mismas un mercado más eficiente”.
“La propuesta es ir a una combinación donde la banca tradicional se dedique al crédito de corto plazo, mientras que de aquel del largo plazo se encargue el mercado de capitales”, precisó un asesor cercano al Presidente.
Lo que le preocupa a esta gestión ante una eventual salida del cepo no son tanto los ahorristas que puedan ir a comprar dólares, sino, sobre todo, los grandes importadores que tienen deudas pendientes en esa moneda y, al acceder masivamente a la divisa, podrían presionar una devaluación.
“Estamos en un campo minado y hay que caminar con cuidado. Para liberar el cepo, se tienen que hacer unas cuantas cosas, como terminar de liberar los dividendos atrapados, de limpiar el balance del Banco Central y de solucionar los pasivos remunerados”, advirtieron en el entorno del líder libertario.
Una de las intenciones del Gobierno, entonces, es separar a los interesados en comprar la moneda norteamericana en dos grupos: aquellos que tengan deudas a vencer en el corto plazo podrán adquirirla a través del BCRA, mientras que se fomentará a que vayan a conseguirla al mercado de capitales a aquellos que tengan compromisos con vencimiento más extendido.
En su libro “El fin de la inflación”, que publicó en plena campaña presidencial, Milei explicó gran parte del plan económico que pensaba llevar adelante en caso de ganar las elecciones y ya mencionaba el objetivo final de “avanzar en un sendero de medidas que a la postre termine con la eliminación del Banco Central”.
En ese texto, uno de los escritores invitados fue el ex ministro de Economía Domingo Cavallo, autor de la convertibilidad, quien aseguró que “no se puede pensar en una reforma cuando se parte de mercados cambiarios intervenidos y con muchos controles de cambio, no solo comerciales, sino incluso de todo tipo de transacciones”.
En este sentido, el ex funcionario menemista señaló la necesidad de hacer primero “una reforma muy profunda del Estado en sus tres niveles: nacional, provincial y municipal”, para “eliminar el déficit fiscal de manera estructural y sostenible en el tiempo”, así como también “dejar que los precios relativos busquen su nivel de equilibrio entre la oferta y la demanda”.
Esta primera parte del programa que recomienda Cavallo en el libro coincide con la política que el Gobierno llevó adelante en los poco más de cuatro meses que tiene de gestión, por lo que se podría intuir que el próximo paso será “una reforma monetaria”.
Sin embargo, en su obra, el propio Milei descartó implementar un sistema de paridad con el dólar, como ocurrió en los ‘90: “La pregunta es cuál fue el problema que tuvo la convertibilidad. A decir verdad, muchos economistas ya lo sabían desde antes, porque tuvo los mismos problemas que la Ley Peel (…) cada vez que el gobierno avanzaba sobre los bancos, tomaba créditos y después no pagaba. Eso terminaba en una corrida, con emisión y generación de saltos inflacionarios. Corregían la paridad y después seguían. Es decir, que este problema ya lo conocíamos. Fue justamente lo que ocurrió en la Argentina”, sostuvo.
En cambio, el Presidente se inclinaba en ese momento por una banca Simons, esquema inventado por Henry Simons y que consiste en dividir a las entidades financieras en dos sectores, uno que se ocupe de garantizar los depósitos que el público va a demandar y va a usar permanentemente y otro dedicado a la inversión.
Ese mecanismo también fue creado con el fin de evitar corridas y, si bien el equipo económico del mandatario nacional está analizando todas las posibilidades, por el momento la herramienta que se utilizaría para salir del cepo en la Argentina sería un poco diferente.
“Para hacer esto hay que frenar los tres posibles grifos de emisión monetaria, que son el sector externo, la financiación del fisco y una corrida. Una vez que estén cerrados estos tres mecanismos, nosotros vamos a lanzar la competencia de monedas y, al estar fija la cantidad de pesos, si los individuos necesitaran aumentar la monetización, lo que podrían hacer, por ejemplo, es sacar los dólares del colchón y ponerlos adentro del sistema”, anticipó el jefe de Estado este miércoles.