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Un jubilado murió en el sanatorio privado Plaza de Rosario tras ser brutalmente golpeado por su pareja, cuya salud mental se encuentra bajo evaluación.
El ataque ocurrió el martes en una vivienda de la zona oeste de la ciudad, cuando la víctima, identificada como Paulino Oviedo, de 82 años, recibió una golpiza en circunstancias que aún se investigan. Uno de sus vecinos fue quien llamó a una ambulancia del PAMI para que recibiera la asistencia médica correspondiente.
De acuerdo con la información del medio local La Capital, el hombre llegó en grave estado, con laceraciones y múltiples heridas en todo el cuerpo, hematomas y una hemorragia interna. Pese a la complejidad de su cuadro, se encontraba consciente.
Las autoridades tomaron conocimiento del caso luego de que un llamado al 911 alertara sobre la presencia de un adulto mayor con graves lesiones en la guardia del sanatorio.
Como consecuencia de la gravedad de sus heridas, Oviedo quedó internado en terapia intensiva con estado reservado. Según se pudo reconstruir, el brutal ataque se habría producido 48 horas antes de la internación.
En ese sentido, las primeras averiguaciones realizadas por la Policía apuntaron contra la propia esposa de la víctima, Teresa A., una mujer de 77 años de edad. En consecuencia, la fiscal a cargo de la causa, Georgina Pairola, ordenó la detención de la mujer, quien quedó alojada en la seccional 2da, donde permanece incomunicada. En simultáneo, Pairola solicitó que se le tome declaración al hombre que ayudó al jubilado para poder esclarecer las circunstancias en las que sucedió todo. Además, la Justicia espera los resultados de la autopsia para poder tener más información sobre el caso.
A principios de marzo, otro jubilado fue asesinado por su pareja en la provincia de Santa Fe. La víctima fue Omar Alberto Pogliani, de 70 años. Su cuerpo apareció en distintas bolsas en la plaza Escalante.
La principal sospechosa es su pareja, una mujer de 38 años, identificada como J.S.S., que fue imputada por el delito de “homicidio agravado por el vínculo en carácter de autora”.
El macabro asesinato se conoció luego de que una vecina de la plaza Escalante encontrara una bolsa de consorcio con restos humanos dentro mientras caminaba con su perro por el parque. El animal fue atraído por un olor que describieron los testigos como nauseabundo.
Del lado este del puente peatonal, debajo del primer árbol, alguien había descartado lo que luego, una vez abierta la bolsa, se supo que eran las dos piernas completas hasta la cintura y la cabeza de Pogliani.
Los primeros resultados de la investigación comandada por la fiscal Ana Laura Gioria llevaron a la casa donde vivía el fallecido, en 1° de Mayo 4700, del barrio Fomento 9 de Julio. Allí, además de rastros de sangre propios de la carnicería que se había dado en el lugar, encontraron más restos óseos, pero quemados y con restos de ropa de Pogliani. Se comprobó que pertenecían a la misma persona que los de la plaza.
En ese sentido, fueron vitales las declaraciones de los vecinos para dar con la presunta homicida, ya que precisaron que Pogliani tenía una relación sentimental conflictiva desde hacía un tiempo con J.S.S., una trabajadora sexual con problemas de adicciones, con la que solían pelear muy seguido. Al respecto, una mujer contó que un par de días antes de la aparición del cuerpo ella misma había llamado al 911 porque escuchó golpes y gritos en el domicilio del hombre. Sin embargo, una vez en el lugar, nadie atendió al personal policial, por lo que se fueron sin poder hacer nada.
Al día siguiente, J.S.S. salió por el barrio a pedir cajas de cartón. Según ella, para quemar basura. Horas más tarde, afirman los vecinos que invadió la cuadra un fuerte olor a carne quemada.Finalmente, el domingo, el mismo día del hallazgo, la vieron salir de la casa de Pogliani, a quien nadie veía desde hacía tres días, con bolsas y muebles pertenecientes al hombre.
