Ha comenzado una nueva era en el vóley peruano. De la mano del profesor Antonio Rizola —de notable experiencia en este deporte—, la selección nacional ha emprendido, desde ya, una aventura prometedora en la que buscará recuperar la esencia triunfal que le caracterizó a lo largo de su historia. Pero para eso, como dijo el propio César Vallejo, “Hay, hermanos, muchísimo que hacer”.
Tras ser anunciado, el entrenador brasileño decidió no perder ni un minuto de su tiempo. Rápidamente, se puso manos a la obra en la Videna. A falta de acción en la categoría adulta, él mismo se adjudicó la gran responsabilidad de hacerse cargo de la sub 17 de cara al Mundial que se aproxima en la capital. Y la intensidad va subiendo de nivel semana tras semana.
En una conversación con Infobae Perú, Antonio Rizola ofreció su realista opinión sobre la crisis actual del vóley peruano, pero presentó soluciones para ir escalando de a pocos y pronto volver al podio sudamericano. También habló sobre sus expectativas y otros temas esenciales para el contexto de la ‘bicolor’.
– ¿Cómo fue el primer contacto con la Federación Peruana de Vóley? ¿Qué le propuso u ofreció Gino Vegas?
A partir del momento que yo salí de la Federación Colombiana de Voleibol, inmediatamente Gino se contactó conmigo. ‘Supe que salió y ahora tengo interés en que usted venga aquí’, me dijo. No tratamos en ningún momento de cuánto iba a recibir de plata. Yo le dije que lo que más me interesaba era el proyecto porque no me gusta trabajar por un año en un proceso que no tiene secuencia. Yo le pedí que sea un proceso de mínimo tres años, con la opción de acrecentar más años después, mínimo dos, para que se tenga algún resultado. No solo es cuestión de resultados, es todo un entorno que necesita ganar confianza, cambiar la mentalidad, cambiar y capacitar entrenadores… todo esto es un proceso. Por eso, le pedí primero que quería estas condiciones de trabajo y después empezamos a discutir de pagos. Para mí era fundamental eso antes que cualquier cosa.
– ¿Qué opinión tiene del presente del vóley peruano? ¿Realmente ha tocado fondo?
Sí. Es muy triste para uno que creció perdiendo ante Perú y conociendo a Perú dentro del voleibol de altísimo nivel. Cuando yo empecé en el voleibol hace 40 años atrás, el voleibol peruano era líder en Sudamérica, mucho antes de Brasil. Para mí particularmente era una referencia. El trabajo de Akira Kato y de Man Bok Park era una referencia y con el tiempo esto se fue perdiendo. Ahora tengo un orgullo muy grande de tener la oportunidad de intentar recuperar esta condición de Perú, que no será fácil y no se hace en un año o dos años. Aquí Perú sufre un problema serio, que muchas personas viven los resultados de 40 años atrás y no aceptan los resultados actuales. Perú necesita toda una estructura por detrás para poder cambiar las cosas.
– Sabiendo usted que la selección pasa por el peor momento de su historia, ¿por qué aceptó el reto?
Yo tuve momentos buenos y espectaculares en el voleibol con las selecciones brasileñas. Pero a nivel de clubes, siempre tuve grandes desafíos. Los desafíos me motivan. Lo que parece imposible, me desafía, porque creo que todo tiene soluciones en la vida. Nada se pierde, nada no se recupera… Yo no desisto de nada. Sufro mucho, pero creo siempre en los desafíos. Y este desafío de Perú es un grande, pero creo que con el apoyo de Dios que me da salud y condiciones de trabajar, con apoyo de los dirigentes que dan condiciones de trabajo y con el apoyo de la prensa que gestiona la opinión pública, sé que me irá bien. No es que no quiero críticas. La crítica para mí es fundamental siempre que tenga bases y sugerencias no a nivel regional, nacional o sudamericano; sugerencias internacionales. Y ahí yo puedo sí aceptar críticas. Estas críticas las escucho y las evalúo.
– Llega con un buen currículum, dirigiendo por mucho tiempo en su natal Brasil a nivel de selección y siendo muy bien valorado en Colombia…
Cuando llegué a Colombia, como en cualquier país del mundo que llega un entrenador extranjero, se creó un problema interno porque todos quieren hacer el trabajo y se cuestionan por qué no asume un colombiano en vez de un extranjero. Es natural que pase. Colombia jamás había tenido un resultado internacional y eso era un problema. Ahí empezamos a resolver con calma demostrando no con palabras, sino con actitudes, porque yo puedo hacer aquí un discurso maravilloso, hablar palabras lindas que emocionan a las personas, pero son mis actitudes las que van a demostrar lo que estoy hablando. Esto se fortalece en el proceso.
– ¿Cómo ha encontrado a la Federación? ¿La crisis que hoy se vive a nivel económico influye mucho a nivel deportivo?
Yo conozco un poco la crisis que está pasando la Federación de Perú en cuestiones económicas. Y esto es uno de los motivos por los que creí en Gino, porque cuando él entró como presidente, la situación de deudas era absurda. Él tuvo que dedicarse, enfrentando muchas cosas, para arreglar la cuestión económica. Yo encontré una Federación con personas que sí quieren trabajar. Yo fui presentado en la Asamblea Ordinaria aquí con 61 presidentes de ligas, donde pude hablar con ellos y pedir su apoyo. Tuve el apoyo de todo el comité ejecutivo de la Federación y creo que esto es ya un paso importante. Primero la demostración de que Gino, con su estatus, pudo empezar a recuperar la cuestión económica de la Federación, que fue causada por gestiones anteriores. Está resolviendo y ya disminuyó mucho la deuda. Algunas cosas se quedan, pero esto es ya una demostración de responsabilidad y de criterios. Yo encontré una Federación que me apoya, buscando soluciones de problemas.
– Sobre ello, Eduardo Romay hizo una crítica a la Federación, diciendo que se ve más el lado empresarial y se deja de lado al deportista. ¿Considera lo mismo?
Yo no vi la entrevista de Romay, pero puedo decirte una cosa: muchas veces el atleta no tiene la visión empresarial. Porque si la Federación tenía que sanar las deudas, él (Gino) no puede pensar en nada más si no tiene plata. La primera cosa que tiene que pensar un dirigente es sanar las cuestiones económicas, porque sin plata no se hace deporte de alto nivel. El propio atleta que quiere un piso como este, un lugar con aseo y con los equipos necesarios para entrenar, necesita plata. Aquí hay muchas cosas que están paradas (en stand by), porque no hay plata para hacer los mantenimientos. Ahí uno pregunta, ¿qué es esencial? Hay que ajustarse a eso. El atleta muchas veces no tiene esta visión de la necesidad. Yo, como entrenador, siempre tuve un pie con zapatillas y el otro con zapatos, porque tengo que tener la visión del empresario y del entrenador. Yo, como entrenador, puedo necesitar muchas cosas, pero como empresario tengo que analizar, ¿tengo plata para eso? No. Primero voy a buscar la plata, después voy a dar las condiciones.
– ¿Cuáles son sus principales objetivos con la selección?
El primer objetivo es organizar la visión interna de los atletas y las condiciones de entrenamiento. Entiendo que tenemos que trabajar juntos, todos como un equipo. Tenemos que creer en el trabajo que vamos a hacer. Tenemos que tener compromiso y responsabilidad. Tenemos que tener lealtad con el país, con los colores que estamos defendiendo y con los compañeros. Primero no representamos un país, primero nos representamos a nosotros mismos. Yo tengo que valorar mi trabajo primero. Segundo, mi familia. Tercero, mis amigos. Y como cuarto y principal, represento al país. Sin esta base anterior no vamos a representar a ninguno. La primera cosa es representarse a sí mismo con orgullo. Esa para mí es la línea de trabajo. La parte técnica, táctica y física se entrena. Es lo de menos.
– Esta semana inicia la VNL (Voleibol Nations League) y debemos aspirar estar ahí, en la élite, pronto. Para eso, primero debemos subir en el ranking. ¿Cuál es el proyecto del profesor Rizola para llegar a ello?
Antes de que pasen dos años, no vamos a tener resultados internacionales. Hay que esperar un poco y ver quiénes de los que hacían parte de la selección peruana quieren seguir con este compromiso. Porque si usted me pide que te pague 10.000 soles mensuales para jugar en la selección, yo te digo que no tengo plata y como máximo puedo ayudarte con el transporte y los uniformes. Usted decide si quiere o no quiere. Entonces, necesito saber cuál es el grupo que va a estar conmigo para seguir así. No me importa si hay uno, dos, tres o cuatro atletas. Vamos a seguir, Perú no va a parar porque no hay atletas. Estoy seguro que el 99% del grupo entiende la situación en la que la federación está actualmente y vamos a tener que ajustarnos a eso. Tengo que conocer a mi equipo y luego conocer a los adversarios para tener perspectiva en un campeonato. La Federación Internacional cambió el sistema de clasificación para VNL y con este sistema actual, por 10 años Perú no va a entrar en la VNL. Si se cambia el sistema, puede ser posible entrar.
– Sobre la Liga nacional, ¿el nivel que ha podido notar es bueno? ¿Podría ser mejor?
Yo pude trabajar aquí, cinco años atrás, con la Universidad San Martín. Teníamos grandes resultados, pero por la pandemia paramos. Volví a ver los campeonatos por televisión y este año pude verlo en persona: el público, personal, estructura de juego, atletas… todo cambió y cambió para mejor. Estamos en un nivel muy bueno. Para el próximo año la perspectiva es mejor porque más equipos van a fortalecerse. Y esto me agradó mucho. Es fundamental que se tenga un nivel interno de competencia bueno para que las atletas crezcan.
– En la última temporada destacaron mucho las extranjeras y contribuyeron a mejorar el nivel de la Liga… ¿Se debe mantener esa línea?
En mi opinión, la Liga tiene que llegar a un momento en el que se debe disminuir el número de extranjeras por equipo. Hoy son tres, en mi opinión, dos sería el número ideal. Pero no en este momento, porque las extranjeras están aportando mucho. Necesita consolidarse esta liga con calidad para que los clubes hagan más inversiones y que los atletas de base tengan la oportunidad de jugar contra estas extranjeras, junto a estas extranjeras, para después disminuir a solo dos.
– En una reciente entrevista, Esmeralda Sánchez, que fue figura en el título de Alianza Lima, dijo que en un 99% rechazará una futura convocatoria a la selección al no sentirse bien valorada, ¿qué opina al respecto?
Yo no vi la entrevista. No comento lo que no veo. Yo no hago opiniones sobre alguna hipótesis (de la posibilidad de que jugadoras rechacen convocatoria). Yo espero el facto para dar mi opinión.
– Ángela Leyva estuvo un poco alejada de la selección el año pasado. ¿Ha podido contactarse con ella y qué expectativas hay?
Particularmente, Ángela es una persona que la quiero mucho. La conozco desde sus 14 años, jugando en campeonatos sudamericanos. Cuando estaba en San Martín, ella ya tenía un acuerdo con nosotros, de que iba a regresar para las finales a jugar en mi equipo (pero no se dio). La quiero mucho tanto a ella como a toda la familia. Voy a hacer contacto con ella para saber las condiciones que ella tiene hoy, si puede y si estaría disponible para entrar en la selección. Voy a hacer la misma propuesta que estoy haciendo a todas. Este es el compromiso que necesito. Entiéndase, no voy a convocarla, primero voy a hablar con ella para saber cómo está.
– ¿Qué hacer para fortalecer lazos en una selección que ha perdido mucha unión en los últimos años?
Hablando cara a cara. Un grupo se une cuando está junto y mirando directo a los ojos. De otra forma no existe cómo unirse. Cuando un grupo está con resultados negativos, normalmente cada uno quiere justificar sus condiciones y jamás asumir su culpa. La culpa es siempre del otro. El equipo necesita unirse, asumir la culpa total para seguir adelante.
– Karla Ortiz, capitana en los últimos años, ¿tiene su respaldo para continuar en la selección?
Todas las jugadoras que jugaron en la selección hasta el año pasado tienen mi respaldo. Todas. Indistintamente. Karla es una atleta a la que se tiene que llamar y hablar con ella porque es actualmente la capitana de la selección. Un entrenador que llega al país y sea al menos un poco inteligente, tiene que hablar con la atleta, saber de ella, lo que piensa, sus proyectos. Lo que quiero es hablar con la persona para conocer qué pasa, qué quiere y a dónde quiere llegar. Ahí vamos a ver si sirve para estar juntos o no.
– ¿Qué jugadoras del extranjero le ha llamado la atención?
Muchas. Me llaman la atención tanto las que están en el extranjero como las que regresaron del extranjero y están jugando acá. Son jugadoras interesantes. Yo no quiero estar con un grupo cerrado, quiero estar con un grupo abierto. Ya empecé incluso a hablar con una y con otra para ver cuáles son las posibilidades de que estén.
– ¿También ha tenido contacto con figuras históricas del vóley peruano? Cecilia Tait, por ejemplo, que ahora está dando una mano importante en la Federación desde su cargo internacional, ¿qué le ha expresado?
Cecilia es una amiga de hace muchos años. Pegó muy fuerte contra mis equipos cuando jugaba en Brasil. Pegaba duro. Después, cuando yo estaba entrenando en Italia, Cenaida Uribe y Carmen Pimentel jugaban conmigo allí. Natalia Málaga jugó conmigo en Brasil…O sea, yo tengo relación con todas esas jugadoras de la historia del Perú. Son jugadoras que respeto y las escucho mucho, porque ellas conocen cómo se vive aquí. A Cecilia, no solo en la Federación Internacional, también como miembro del Comité Olímpico Internacional, nos ayuda de muchas formas. Ayudó mucho apoyando a Gino y a mí en la decisión de estar aquí y de aceptar la invitación. Yo acepté mi invitación con este apoyo. El apoyo de Cecilia es muy importante para la Federación nacional y para mi persona en especial, porque ella conoce la historia y ella tiene un problema que para mí no es un problema: escucha una cosa que no le gusta y difícilmente se queda callada. Ella siempre actúa directamente en las cosas, defendiendo posiciones. Es una persona que me ayuda mucho.
– Usted llegó para asumir el papel en mayores, pero también viene trabajando con la sub 17. ¿Por qué sumó esa categoría a su trabajo?
Gino me contrató para ser entrenador de las mayores. Ese era mi acuerdo con él. Yo siempre le dije que quería la continuidad del proceso y qué mejor que coger un grupo de 17 años, que de aquí a 5 o 6 años va a estar en un Sudamericano de las mayores. Entonces, es importante poder seguirlas desde ya. Hablé directo con José Castillo, el entrenador que clasificó a Perú para el Campeonato Mundial Sub-17. Lo llamé, hablé con él directamente, no por teléfono y le dije: ‘Castillo, yo entiendo que usted no tiene experiencia necesaria para estar al frente de este equipo en un campeonato mundial, no para dirigir como entrenador, sino para soportar la presión de la prensa y de los hinchas en tu espalda, porque va a ser pesado’. Y él me contestó: ‘estoy de acuerdo, profesor’. Le propuse que trabajemos juntos en este grupo y yo me meto allí adelante. No porque quiera aparecer en la televisión, sino para que sea yo a quien van a criticar, porque yo tengo un poco más de historia para soportar esta presión.
– ¿Qué expectativas hay de cara al Mundial Sub 17 en el grupo complicado que nos ha tocado?
No vamos a ganar ni un set en este campeonato mundial. No vamos a pasar la ronda. Las personas tienen que saber que no es mentira. De los equipos que vienen a jugar vamos a ver biotipos, calidad de juego, velocidad de juego, coordinación motora… la diferencia es muy grande. Por eso es que digo que difícilmente vamos a pasar la primera ronda o que vamos a ganar un partido. A mí me gustan los desafíos, y desde ahora quiero trabajar con un grupo que va a llegar a mis manos en cinco años.
– ¿Qué ha podido notar estas semanas en la sub 17? ¿Nos depara un buen futuro con las pequeñas?
Este grupo trabaja en dos periodos, en la mañana y en la tarde. La Federación me dio condiciones de traerlas aquí en la mañana, después descansar, almorzar aquí y están con dos horas de estudio obligatorio. Se sientan en el comedor estudiando. Después hacemos dos horas más de entrenamiento para que entiendan el significado de lo que es un equipo concentrado. En la tarde fuimos a un restaurante a almorzar y les estaba enseñando cómo un atleta de selección nacional se comporta en un restaurante. No gritando en la mesa, tirando las cosas, con el celular en la mano… Cosas simples que representan el hecho de estar con una camisa de una selección nacional. Este cambio de mentalidad es necesario. Estando con ellas más tiempo, más se gana en educación y preparación para el futuro.
– ¿Perú debería apostar más por el físico y la altura de las jugadoras?
No. Para mí tiene que apostar más en el trabajo técnico, porque no vamos a hacer crecer a los peruanos 10 centímetros en 10 años. Pero tenemos que encontrar una u otra atleta grande para el equipo. Yo hice una broma en mi presentación donde dije: ‘una niña de 14 años, con más de un metro 80 que sepa respirar y caminar, sirve para jugar voleibol’. Cuando salgo y voy a un shopping center, yo miro si hay alguna niña alta y camino en dirección a ella para ver si podemos invitarla a jugar voleibol. Sentado aquí en la silla no voy a encontrar a ninguna. Yo voy a girar por todo este país y estoy hablando con los entrenadores para encontrar a esas jugadoras grandes, pero será muy difícil prepararlas en este momento. Ahora, Japón fue campeón olímpico con un equipo bajito. Vamos a hacer esto, porque hoy es más difícil ser campeón olímpico mundial con equipo bajo, pero técnicamente tenemos que mejorar y esto se hará con metodología de trabajo.
– Se especula mucho el tema de ‘padrinazgo’ en las categorías menores, ¿qué tan cierto es que se hacen favores para que algunas jugadoras puedan pertenecer al equipo?
Yo no sé si es verdad. Conmigo no se hace. Si ha pasado, yo no sé, no puedo decir nada. Conmigo no. Tanto así que yo dije a los presidentes de Liga: ‘señores, si cada uno de ustedes me indica una atleta, serán 61 atletas que voy a mirar sin tener un conocimiento de un padrón internacional’. Uno puede recomendar una atleta y yo puedo verla, pero no en un entrenamiento de la selección nacional. La selección no es para hacer pruebas o recibir amigas o recomendaciones de amigos. La selección nacional representa a un país. Estas muchachas, cuando reciben una camiseta, tienen que valorizarla. Esta no es una academia en la que se invita a uno para hacer una prueba. Yo primero debo mirar en los entrenamientos en la academia o algunos videos para considerarlas. Aquí no se hace pruebas.
– ¿Cómo ve a la selección peruana de aquí a cinco años?
Yo lo veo donde quiero: en un podio. En cualquier categoría, lo quiero ver en un podio. Tenemos que llegar a una semifinal peleando, porque ahorita no vamos a llegar a un podio, pero hay que pelear con otra calidad, cambiar el biotipo de la selección y mejorar la calidad técnica y táctica de juego. Yo siempre aspiro a un primer lugar, el momento en el que se va a conseguir ese objetivo va a depender de la continuidad y compromiso. En el 2017, en Colombia, les pregunté a mis jugadoras: ‘¿cuándo creen que le podremos ganar a Brasil?’ Ellas me dijeron ‘ahhh, muy difícil’. Si usted no cree que podemos ganar un día, no ganaremos jamás. En cinco años, ganamos tres veces. Todo se puede lograr.