Detrás le éxtio de una compañía, siempre hay historias de cómo fue la elección y creación de su nombre. Sus dueños siempre buscaron la forma de identificarse para darle forma a su idea de negocio e identidad. Con Amazon sucede lo mismo, aunque por poco su marca pudo haber sido otra.
En 1994, Jeff Bezos fundó una empresa que cambiaría la forma en que compramos y vendemos productos en todo el mundo. Sin embargo, antes de que Amazon se convirtiera en la empresa líder del comercio electrónico que conocemos hoy, tuvo un comienzo modesto y un nombre que pocos recordarían: Cadabra.
La empresa comenzó su camino en el garaje de Bezos bajo el nombre de Cadabra. La elección de este nombre no fue arbitraria. Su creador se inspiró en la palabra “abracadabra”, una frase asociada con la magia, esperando que su tienda digital de libros operara con una especie de “magia” para sus clientes. No obstante, este nombre pronto demostró ser problemático.
El abogado de Bezos señaló que “Cadabra” tenía connotaciones oscuras y, peor aún, en algunas llamadas telefónicas, los clientes confundían “Cadabra” con “cadáver”. Esta confusión fonética podría haber tenido un impacto negativo en la percepción de la empresa. Ante estos problemas, Bezos decidió que era necesario encontrar un nuevo nombre.
La búsqueda del nombre perfecto
Determinado a encontrar un nombre que evitara estos problemas y ayudara a su empresa a destacarse, Bezos y su equipo comenzaron a considerar otras opciones. Registraron varios dominios, incluyendo Awake.com, Browse.com, BookMall.com y Relentless.com. Cada uno de estos nombres tenía sus propias ventajas, pero ninguno terminó siendo el elegido.
Bezos tenía una estrategia clara en mente: quería un nombre que empezara por la letra A. En los inicios de Internet, las búsquedas y directorios se ordenaban alfabéticamente, y un nombre que comenzara con A aseguraría que su empresa apareciera en las primeras posiciones. Esta táctica de marketing era simple pero efectiva, y orientó la búsqueda hacia nombres que cumplieran con este criterio.
La decisión final llegó mientras Bezos hojeaba un diccionario. Entre muchas palabras, se encontró con Amazon. Esta palabra le llamó la atención por varias razones. Primero, su sonido era exótico y distintivo, lo que ayudaba a que se quedara en la mente de las personas. Además, Amazon es el nombre del río más grande del mundo (Amazonas), lo que resonaba con la visión que Bezos tenía para su empresa: construir la librería más grande y extensa del planeta.
El río Amazonas, conocido por su inmenso tamaño y su biodiversidad, simbolizaba perfectamente la ambición de Bezos de crear una tienda que ofreciera una vasta selección de libros y, eventualmente, mucho más.
El dominio Amazon.com fue registrado el 1 de noviembre de 1994. Sin embargo, no fue hasta el 5 de julio de 1995 cuando este nombre reemplazó oficialmente a Cadabra.
Y aunque Amazon fue el nombre elegido, Relentless.com (que en español significa “implacable”) también tiene una historia interesante. Bezos registró este dominio y, aunque no lo usó como el nombre principal de su empresa, lo mantuvo a lo largo de los años. De hecho, si hoy en día escribes Relentless.com en tu navegador, serás redirigido a Amazon.com.
La elección del nombre Amazon fue un movimiento estratégico que jugó un papel crucial en el éxito inicial de la empresa. Aparecer al principio de los listados alfabéticos en los motores de búsqueda y directorios le dio a Amazon una ventaja competitiva significativa en los primeros días de Internet. Además, el nombre evocaba una sensación de escala y diversidad que era perfecta para la visión a largo plazo de Bezos, que finalmente se cumplió con el paso de los años.