Desde febrero pasado, el abogado francés Alain Pellet forma parte del equipo jurídico que representa al régimen de Daniel Ortega en la demanda que Nicaragua interpuso ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ) contra Alemania por supuestamente violar la convención de Naciones Unidas sobre genocidio.
Nicaragua acusa a Alemania de ayudar e instigar la comisión de genocidio, al suministrar armas a Israel y retener los fondos que se entregan a la Agencia de la Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina, conocida como UNRWA, por sus siglas en inglés.
Pellet ha participado en más de 50 casos en la Corte Internacional de Justicia (CIJ) a lo largo de su carrera, representando a unos 20 países entre los que se cuentan Rusia, Bolivia, Palestina, Irán, Perú y Nicaragua.
Con Nicaragua, Alain Pellet tiene una vieja relación porque representó a este país cuando el gobierno sandinista ganó una demanda a Estados Unidos en 1986. La Corte Internacional de Justicia de La Haya dictaminó el 27 de junio de 1986 que Estados Unidos debía indemnizar a Nicaragua por los daños ocasionados por las actividades militares que emprendió para desestabilizar al gobierno revolucionario de entonces.
En 1991, el gobierno nicaragüense presidido por Violeta Barrios de Chamorro, retiró la demanda presentada contra Estados Unidos, luego que este país se comprometió a brindar asistencia económica al nuevo gobierno en Nicaragua. La Corte no llegó a establecer el monto de la indemnización.
Pellet también participó en el equipo de abogados que representó a Nicaragua en sus demandas contra Colombia para definir los límites marítimos, que se han mantenido en la Corte desde 2001.
“Alain Pellet tiene un vínculo histórico con Nicaragua”, dice Félix Maradiaga, académico y opositor nicaragüense, y reconoce que “como abogado tiene muy buenas credenciales académicas en el tema de los diferendos internacionales”.
Sin embargo, a Maradiaga le llama la atención la definición que de sí mismo hace Pellet. En declaraciones a la revista alemana Voelkerrechtsblog, el abogado francés, se define como “mercenario” y “arma de alquiler”, para los clientes que lo contratan.
“Suelo decir que somos mercenarios. En ese sentido, estamos al servicio de nuestros clientes y cuando aceptamos un anticipo, somos armas en alquiler, lo que significa que recibimos instrucciones y debemos ser conscientes de las limitaciones políticas del cliente”, dijo a la revista alemana en julio de 2022.
En otra entrevista del periódico español El Independiente, realizada en marzo de 2022, Pellet dice ser parte de “una mafia legal internacional”, a propósito de su renuncia a seguir representando a Rusia tras la invasión a Ucrania.
“Soy parte de, digámoslo así, la mafia legal internacional y reconozco que estoy muy impresionado con el modo en el que los abogados se están movilizando en contra de Rusia”, apuntó.
Pellet decidió no continuar representando a Rusia porque consideró que luego de la invasión a Ucrania se volvió “indefendible”. “Estamos ante una agresión, uno de los crímenes más atroces del derecho internacional, y resulta muy difícil representar a estados que obviamente lo están violando”, dijo en la entrevista con El Independiente.
Es su forma de decir que los abogados internacionales “bailan al son que les toquen”, dice Maradiaga. “El derecho internacional está en formación, básicamente se va consolidando sobre la base de la jurisprudencia y de la aceptación universal. En términos más sencillos quiere decir que el derecho internacional está bastante sujeto a la habilidad retórica de quienes representan los casos”.
La demanda contra Alemania no le trae ningún beneficio a Nicaragua, considera el opositor. “Más bien nos trae un daño de reputacional, nos afecta directamente con un Estado, como es el Estado alemán, que históricamente, en las malas y en las buenas, ha estado con Nicaragua y ha sido uno de sus principales cooperantes europeos. Es un acto completamente desacertado del Estado de Nicaragua, pero siempre hay que insistir que el Estado está secuestrado por Ortega”.
Dice que no se conoce cuánto dinero le cuesta a Nicaragua llevar a delante la demanda contra Alemania, pero por su experiencia como antiguo secretario del Ministerio de Defensa de Nicaragua entre 2004 y 2006 sabe que una firma internacional cobra entre 800 y 1000 dólares la hora. “Fácilmente un caso como este puede andar por los dos millones de dólares”, añade.
Para Maradiaga, tras la demanda de Nicaragua contra Alemania “está la mano de Rusia”. “¿Por qué Alemania? Porque Alemania ha sido la piedra europea en el zapato de Rusia con respecto al tema de Ucrania. Y hay muchos otros intentos de desinformación, de propaganda, de ataque diplomático de Rusia a Alemania. Entonces, no hay que ser demasiado inteligente para saber cuál es la motivación que tiene Ortega, y la única motivación que se encuentra es precisamente los cercanos vínculos que tiene Ortega con Rusia”.
“Están golpeando a un estado clave de la OTAN. Están abriendo un debate interno en Alemania, porque para los alemanes el peor señalamiento que se le puede hacer a una autoridad política alemana es un señalamiento de replicar las prácticas de los nazis. Abre una herida muy sensible del imaginario colectivo alemán”, agrega.
“En su ánimo de reparar el daño que le hizo al pueblo judío, Alemania ha sido uno de los estados europeos más solidarios con Israel, sin embargo, internamente tiene muchas presiones por los excesos, hay que decirlo claramente, los excesos israelíes que llevan a la pérdida de vida civiles en Palestina”, dice.
Maradiaga considera que la demanda de Nicaragua “no va a caminar mucho”, porque el demandante está muy desacreditado, y porque un fallo contra Alemania “abriría una Caja de Pandora”.
“El día de mañana Suazilandia o Tombuctú van demandar a Estados Unidos, o Sierra Leona o Argelia van a demandar o Francia por genocidio y el tema del genocidio, para empezar, técnicamente es bien difícil demostrarlo”, señala Maradiaga.