y abanderada por la inclusión a personas sexualmente diversas – crédito carolinagiraldobotero.com
Carolina Giraldo, representante a la Cámara por la Alianza Verde, presentará por tercera vez un proyecto de ley en el Congreso de Colombia para prohibir las prácticas de conversión.
La representante explicó que esta nueva versión del proyecto incluiría cambios respecto a las anteriores propuestas.
Según sus propias declaraciones, el proyecto de ley busca erradicar las prácticas de conversión, también conocidas como “terapias de conversión”, con las que pretenden cambiar la orientación sexual o identidad de género de las personas.
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“Bueno, la tercera es la vencida, vamos con toda, pero además andando con tranquilidad. Vamos a radicar un proyecto de ley más conciso. Creemos que es mucho más claro, que la gente va a entender que se trata que es un de un proyecto de ley de no violencia, de respeto a los derechos humanos para que en Colombia a nadie que sea heterosexual lo obliguen a ser homosexual y a nadie que sea homosexual lo obliguen a hacer heterosexuales. Cubre a toda la población colombiana para que cada cual vaya escogiendo su proyecto de vida”, dijo en entrevista con Rtvc.
Estas prácticas han sido ampliamente criticadas por organizaciones de derechos humanos y profesionales de la salud debido a aparente falta de base científica y los daños psicológicos que pueden causar en los pacientes sometidos.
Lo que trae la nueva propuesta
Giraldo, autora de la iniciativa, detalló que uno de los cambios principales en esta nueva versión del proyecto es la inclusión de sanciones más contundentes pero no “tan altas” para quienes promuevan o realicen estas prácticas. Además, se establecerán mecanismos de protección y apoyo para las víctimas de estas “mal llamadas” terapias, informó.
“Hemos escuchado a todo el mundo, principalmente a los sobrevivientes de estas mal llamadas “terapias de conversión” que generan ansiedad depresión, ideacción suicida, y que pasa por una serie de métodos violentos en realidad (…) Por eso queremos proteger a la gente”.
El proyecto de ley también contempla la creación de campañas de sensibilización y educación sobre la diversidad sexual y de género, con el objetivo de erradicar la discriminación y promover una sociedad más inclusiva. Estas campañas estarán dirigidas tanto a la población general como a profesionales de la salud y la educación.
(Carlos Ortega/)
“En este proyecto de ley, por un lado hacemos más énfasis en estrategias de prevención de atención y también de reparación para los sobrevivientes y las víctimas de estas prácticas. Por otro lado, se hace más concisa la pena, de hecho, haciendo un ejercicio de proporcionalidad en el proyecto de ley anterior, tal vez las penas las teníamos muy altas: entonces esta vez estamos creando un delito autónomo con unas penas razonables y creemos que eso también va a ser que la discusión en la Cámara de Representantes”, agregó.
En Colombia, las prácticas de conversión han sido objeto de debate durante varios años. Diversos sectores de la sociedad han manifestado su rechazo en varias ocasiones a estas terapias, con el argumento de que podrían ser una forma de violencia y discriminación. Sin embargo, hasta ahora, los intentos de prohibirlas no han prosperado en el Congreso.
La representante Giraldo destacó la importancia de contar con el apoyo de diferentes sectores políticos y sociales para lograr la aprobación del proyecto. “Es fundamental que trabajemos juntos para proteger los derechos de todas las personas y garantizar que nadie sea sometido a estas prácticas inhumanas”, afirmó citada por El Tiempo.
El proyecto de ley también incluye disposiciones para la formación y capacitación de profesionales de la salud mental, con el fin de asegurar que estén preparados para ofrecer un apoyo adecuado y respetuoso a las personas Lgtbiq+. Asimismo, se establecerán protocolos de atención para las víctimas de las prácticas de conversión, garantizando su acceso a servicios de salud y apoyo psicológico.
La iniciativa ha generado diversas reacciones en la sociedad colombiana. Organizaciones de derechos humanos y colectivos de diversidad sexual han expresado su respaldo al proyecto, mientras que algunos sectores conservadores hacen oposición, en virtud de una potencial intromisión en la libertad de expresión y de creencias en muchos espacios.
