El viernes 26 de abril se llevó a cabo una importante audiencia en un tribunal del sur de Florida, Estados Unidos, en la cual se presentó Stefan Andrés Correa, un estadounidense acusado de delitos de pederastia en Colombia.
Stefan Correa fue arrestado tras investigaciones que revelaron su presunto involucramiento en actividades ilícitas relacionadas con el abuso sexual de menores en Medellín, ciudad a la que viajó, por lo menos, en 45 oportunidades para violar a menores de edad que ubicaba a través de proxenetas que integran reds de explotación sexual.
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Durante la sesión, la corte enfrentó la decisión de mantener a Correa bajo custodia o permitirle la libertad bajo fianza. Finalmente, la jueza a cargo optó por ordenar que el acusado siguiera detenido, una medida que incluso la defensa de Correa no disputó.
Sin embargo, eso no fue lo que más llamó la atención de la audiencia, sino lo que pasó antes de que comenzara, cuando Correa mostró un comportamiento alejado de la culpa y, por el contrario, se le vio en una tónica burlesca.
Según dieron a conocer varios medios de comunicación que estuvieron en la Corte para la audiencia, el acusado de pedofilia tuvo una actitud de cinismo, marcada por las bromas y las interacciones jocosas con su abogada antes de la llegada de la jueza, lo que generó una fuerte indignación entre los presentes en la audiencia.
Correa se enfrenta a graves acusaciones, que incluyen intento de tráfico de menores y la planificación de viajes con el fin de cometer actos sexuales ilícitos.
Se estableció que el 3 de mayo se procedería a la lectura de cargos contra él, oportunidad en la cual deberá declarar si se considera culpable o inocente frente a las acusaciones por la comisión de delitos sexuales contra menores de edad en Colombia.
Durante la investigación del caso, las autoridades encontraron suficiente material probatorio para detener al hombre de origen ecuatoriano y nacionalizado estadounidense, a quien le descubrieron varias conversaciones con proxenetas en Colombia en las que pedía que le llevaran a Medellín niñas entre los diez y doce años para violarlas.
El caso de Correa llamó la atención no solo por la naturaleza de los crímenes sino también por su perfil, el farmacéutico fue aprehendido en el Aeropuerto Internacional de Miami cuando intentaba embarcar en un vuelo hacia Bogotá, con planes de continuar hacia Medellín, donde se presume que sostendría un nuevo encuentro sexual con niñas.
La detención del acusado fue posible gracias a la revisión de su celular personal, en el cual las autoridades descubrieron una alarmante cantidad de material explícito, con más de 50 videos de contenido sexual que implicaban abusos a menores de edad, en muchos de los cuales el mismo Correa aparecía cometiendo los abusos.
Investigaciones adicionales en otros dispositivos móviles del acusado revelaron aún más material incriminatorio, incluyendo grabaciones de abusos sexuales a niñas entre 9 y 14 años.
Dependiendo de cómo se desarrollen los procedimientos judiciales y las pruebas aportadas por la fiscalía, Correa podría enfrentarse a severas consecuencias, incluyendo una pena que va desde un mínimo de 15 años de prisión hasta la cadena perpetua.
Los investigadores consideran al hombre de 42 años como un elemento fundamental para identificar y comprender el funcionamiento de las redes de prostitución infantil en Medellín.
Correa, según las autoridades, representa el punto de partida para desarticuluar una vasta red de explotación sexual infantil con operaciones a nivel trasnacional, en la que estarían involucrados otros pedófilos como Timothy Livingston, que fue descubierto en un lujoso hotel de Medellín sosteniendo relaciones sexuales con dos niñas.