El encuentro entre el Junior de Barranquilla y Atlético Bucaramanga parecía ser toda una fiesta en la quinta fecha de los cuadrangulares de la Liga BetPlay, ya que los dos equipos peleaban por tener opciones de avanzar a la gran final del fútbol colombiano por el grupo A.
Sin embargo, se detuvo el partido por disturbios a las afueras del estadio Metropolitano, debido a que se produjeron riñas entre aficionados rojiblancos y causó no solo la suspensión del encuentro, sino que algunos hinchas invadieran el campo de juego por el susto, ya que también se escuchó una detonación.
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Por el momento, tanto jugadores como jueces debieron irse al camerino mientras se resolvía la situación de orden público, con la Policía Nacional tratando de controlar las cosas, pero que seguramente causará una sanción por parte de la Dimayor para el escenario deportivo.
El “Metro” opacado por la violencia
Durante la noche del 25 de mayo, la fiesta en Barranquilla era para ver al Junior recibir al Atlético Bucaramanga, en un partido clave por los cuadrangulares y con el escenario deportivo con un más de 20.000 personas, apoyando a los rojiblancos por la victoria.
Sin embargo, sobre los nueve minutos del encuentro, el árbitro detuvo el partido por invasión a la cancha de los aficionados provenientes de la tribuna sur, donde se produjo una riña entre los mismos simpatizantes del club en la parte alta.
Sumado a eso, en el canal Win Sports denunciaron que se escuchó una detonación a las afueras del estadio Metropolitano, lo que causó pánico entre los hinchas, sobre todo aquellos padres con menores de edad, obligándolos a correr hacia otros sectores.
Tanto los jugadores del Junior y Bucaramanga, como el cuerpo arbitral, salieron del campo de juego hacia el camerino, mientras la situación de orden público se controlaba por parte de la Policía, que se enfrentó a los hinchas que causaron los disturbios en el sector sur.
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