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Tendencias de pasarela que se consolidan en el día a día

María Muñoz

Madrid, 9 may (EFE).- Durante las semanas de la moda de París, Nueva York, Madrid o Londres, las tendencias se despliegan sobre la pasarela, pero no es hasta meses después cuando, por medio de prescriptores, influyentes y rostros conocidos, algunas de ellas consiguen calar en la moda del día a día para quedarse.

Prendas que recuerdan a la estética de mediados de la primera década del siglo XXI, la vuelta de los estampados en clave años 70 o los zapatos en punta son, entre otras, algunas de las tendencias que, aunque arriesgadas, copan los estilismos a pie de calle y las tiendas de moda rápida en diferentes versiones.

Alberta Ferretti, Alexander McQueen, Ami Paris o Balenciaga son solo algunas de las firmas de alta moda que introducían esta silueta de calzado popular en los años 90 como una de las esenciales para las próximas temporadas, tanto en otoño-invierno como en primavera-verano.

“Aunque no lo parezca, es un calzado que es fácil de combinar, y que aporta sofisticación además de alargar la pierna ópticamente por su forma puntiaguda”, explica a Efe la estilista Silvia Molina sobre este calzado que, aunque vuelve con todo tipo de tacón fino, lo hace especialmente “en modelos bajos y planos”.

Esta altura del tacón va ligada al uso del calzado que, si en los noventa iba unido a un código más serio o formal, en pasarela aparece con estilismos de aire casual pensados para al día a día, es decir, a la comodidad. “Vemos como muchas influyentes nórdicas, de hecho, los combinan con pantalones de chándal”, añade.

En modelos satinados, de charol, de polipiel y con pequeñas tiras en la parte delantera, desde Gigi Hadid a Chiara Ferragni o Emily Slindev y las mayores influyentes de moda del momento se decantan por este calzado en sus diferentes versiones, sobre todo, en tonalidades negras y granates.

En 2016 el tiro alto entró en los armarios de las más atrevidas, y un par de años más tarde consiguió afianzarse de forma generalizada en todo tipo de pantalones -pitillos, rectos, holgados o de campana-, en fórmulas que con mayor o menor tiro siempre se situaban a escasos centímetros del ombligo, cubriendo la cintura o parte de ella.

La vuelta de la moda urbana como emblema de estilo lleva la balanza al lado contrario; el tiro extremadamente bajo es tendencia, y Rosalía, Hailey Bieber, Rihanna o Zendaya lo confirman en sus estilismos del día a día. Diesel, Chloè, Courrèges o David Coma son, entre otras muchas, algunas de las firmas que los han subido a pasarela.

“Con la vuelta del estilo de los noventa y los dos mil a la mayoría de los estilismos es normal que esta silueta vuelva, porque es una de las que más marcó la estética de estos años”, explica la estilista. “No hay por qué decantarse por modelos extremadamente bajos, existen opciones favorecedoras para todo el mundo”, añade.

Primero fue el ‘color block’, término usado para hacer referencia a estilismos compuestos por dos colores lisos conjuntados entre sí, y después el minimalismo ligado al ‘lujo silencioso’, con prendas monocromáticas sin ningún tipo de adorno. Ahora, los estampados florales son tendencia, aunque solo bajo algunos diseños.

“Es importante tener en cuenta que los estampados de grandes flores no suelen favorecer, además de saturar con facilidad”, advierte la estilista, que señala que el estampado vuelve “en patrones muy pequeños y también de composiciones que en color y forma recuerdan a la moda de los años 70”.

Así es como los vestidos presentados por JW Anderson para Loewe en su último desfile se convirtieron en algunas de las prendas más viralizadas del desfile, en una apuesta que también han compartido Anna Sui o Antik Batik. “Una prenda estampada en flores es un fondo de armario de primavera atemporal”.  EFE

mmu/agf/bal

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(Fototeca Cód/Ref: 21879820  y 21879790)

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